Capítulo IV || Carpe Noctem (reescrito)

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"La oscuridad ofrece libertad, donde el día impone limitaciones. Tómala y hazla tuya."

Dabi salió de la habitación después de vendar la herida recién cauterizada en mi pierna. Me quité la otra bota, quedando en calcetas, y me recosté nuevamente en la cama. Había sido un día agotador, tanto física como mentalmente y para bien o para mal, el cansancio comenzaba a apoderarse de mí, pero no estaba segura de si dormir en un lugar cómo ese era una buena idea.

Miré al techo durante un buen rato, analizando la perturbadora situación en la que me encontraba: rodeada de los villanos más buscados, y ahí estaba yo, sola, herida, y completamente vulnerable. De igual modo, no tenía a donde más ir; a cualquier lugar que fuera, todos me odiaban. Unirme a ellos me pareció la única opción en aquel momento, pues además de darme un techo bajo el cual dormir, me estarían brindando todas las herramientas para desenmascarar esa hipocrita sociedad de héroes que tanto me había estado molestando. Según palabras de Dabi, todos en la Liga teníamos motivaciones diferentes, pero nuestro objetivo era el mismo. Aunque tampoco podía negar que de momentos, mi mente se inundaba de dudas.

¿Realmente era seguro estar en ese lugar? Por supuesto que no. ¿Podría haberme aliado a la Liga sin exponerme de esta manera? Tal vez, pero ya estaba allí y era muy tarde para siquiera pensar en arrepentirme de cualquier cosa.

— Lo hecho, hecho está, Hana— dije para mi misma, intentando calmar esos nervios aunque fuera un poco, y cerré los ojos decidida a descansar de una vez por todas.

Giré en la cama durante horas, buscando una posición cómoda para dormir, pero nada parecía funcionar. Esa sensación que me mantenía despierta no solo provenía del dolor de la herida, si no de algo más profundo. Ese algo en mi cabeza me gritaba que cuando cerrara mis ojos, alguien entraría a la habitación con toda intención de hacerme daño. Ni siquiera conocía el lugar y se suponía que durmiera cómo si mi vida no corriera peligro.

Eso es... —pensé— si doy un vistazo y corroboro que solo es mi mente inventando escenarios, podré dormir tranquila, al menos por hoy —.

Después de cuestionármelo unos minutos, me levanté insegura de la cama, con movimientos torpes gracias al vendaje en mi pierna. Caminé lentamente hacía la puerta y la abrí con cautela, solo para encontrarme con un pasillo sumido en una oscuridad inquietante. Mi quirk, por algún motivo emitía una luz débil al activarlo, por lo que manifesté en mi mano una pequeña esfera de energía con el propósito de iluminar un poco mi camino. A mi alrededor había una hilera de puertas que, a decir verdad, no me interesó a abrir. Mi atención estaba más puesta sobre las escaleras que se encontraban al final del pasillo. Me dirigí hacía ellas, escuchando mis pasos resonar en el suelo de madera vieja, y bajé, más por inercia que por decisión consiente. Avancé hasta llegar frente a una cortina que cumplía la función de una puerta, ocultando lo que estaba del otro lado; solo pude ver una tenue luz parpadear a través de las telas.

Sin bajar la guardia, me asomé con cuidado de no mover bruscamente la cortina; no sé que esperaba encontrar, pero definitivamente no imaginaba lo que vi: una clase de bar o cantina casi a oscuras. Esa luz que vi antes provenía de nada más y nada menos que del viejo portátil de Dabi, quien estaba sentado frente a él, completamente absorto en lo que fuera que estuviera haciendo.

Mi respiración se volvió más lenta, intentando no llamar la atención. Al mismo tiempo, mi naturaleza curiosa me impulsaba a averiguar que era lo que él estaba haciendo allí, solo a altas horas de la madrugada. No por nada dicen que la curiosidad mató al gato.
Sin levantar la vista de la pantalla, la mano de Dabi dejó de moverse y el sonido de las teclas cesó.

𝐁𝐀𝐍𝐈𝐒𝐇𝐄𝐃 » DABI x OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora