~ Punto de quiebre.

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༻ 𝑻𝒐𝒙𝒊𝒄 ༺

Aunque eran dolorosos, Yūji decidió continuar con esos encuentros entre él y Satoru.
Si bien había considerado seriamente el consejo de su padre, no tenía el valor suficiente para confesar sus sentimientos de tal forma.
Porque si, el peli rosa ya no podía negarlo más, estaba enamorado de ese albino, sin embargo, en su corazón seguía viviendo Yūta, su novio.

El segundo obstáculo que había.

Tampoco quería soltarlo a él, ya que formaba una parte muy importante de su vida, desde que eran jóvenes.

Es por ello que decidió guardar silencio, abriendo las piernas solamente cuando fuera necesario y su cuerpo lo clamase.

Y como si fuera otra persona, Satoru actuaba de forma fría, muy distinto al de antes.
Ignoraba las llamadas de Yūji y no respondía a los mensajes de texto donde el chico peli rosa le pedía reunirse para otro revolcón.
Con leerlo le hacía saber que estaba disponible para recibirlo en ese momento dentro de su oficina... y no en esos lujosos hoteles que antes solía reservar.

Todo era tan distinto.

Evitaba ver la cara de Itadori, únicamente le tocaba lo necesario y ni siquiera se molestaba en quitarse la ropa... bajar el pantalón era más que suficiente, ya que después tenía que volver a su pesado trabajo.

Sin mencionar una sola palabra, eran como dos desconocidos que se hacían un mal favor.

Aunque era doloroso, Yūji se negaba a soltarlo.

— Te ves terrible.— dijo la mujer castaña.— ¿No estás durmiendo bien?— preguntó, notando el excesivo cansancio que había en el rostro de su amigo.

— Tengo problemas de insomnio.— suspiro con pesadez, antes de golpear la mesa con la cabeza.

Reunidos en un café de la cuidad, los dos planeaban su día de compras mensual, ya que no tenían la oportunidad de verse tanto, como en la preparatoria.
Era evidente que todo eso le estaba afectando al chico, no obstante, prefería lidiar solo con su problema.

— Oye.— de pronto Nobara cambio el tema.— ¿Ese de allá no es Megumi?— ya que ella seguía mirando a su alrededor, alcanzó a ver al azabache a la distancia.

— ¿Dónde?— rápidamente se reincorporó en su asiento, buscándole desesperadamente.

Tenía días sin verlo y hablar con él le sería útil.

— Por ahí.— señalo.— Junto a ese enorme tipo de aspecto extraño.— dijo.

Se les veía muy animado.

— ¿Satoru?— interrogó para sí mismo al reconocer al otro sujeto.

Con el entrecejo fruncido, Yūji se preguntaba que caraj0s hacían juntos esos dos.

— ¿Lo conoces?— preguntó con curiosidad la castaña, ya que el hombre parecía ser mucho mayor para ser un amigo de la escuela.

— Es mi tutor académico y el jefe de mi papá.— dijo, antes de ponerse en pie, caminando a toda prisa hacía los contrarios.

— Oye... ¿A dónde vas?— interrogó, pero no obtuvo ninguna respuesta y que Itadori había mencionado la palabra "jefe", Nobara creyó que lo mejor sería no involucrarse en esos asuntos, así que sólo siguió a su amigo con la mirada hasta perderlo.

Prefería quedarse en aquella mesa para disfrutar de la bebida que minutos antes había comprado.
Mientras que Yūji, apresurando sus pasos y abriéndose camino entre la multitud, buscaba llegar a ellos de inmediato.

Necesitaba saber qué estaba sucediendo.

Y sólo cuando estuvo lo suficientemente cerca fue que los llamó, provocando que más de uno a su alrededor voltease a mirarlo con molestia.

— Satoru...— pronunció su nombre con fuerza.

— ¿Itadori?— Megumi fue el primero en mirar atrás, ya que podía reconocer aquella voz en cualquier lugar.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Yūji?— seguido de Satoru, quien se sorprendió un poco, aunque intento disimular.

— Satoru, podemos hablar un momento.— pidió, frunciendo el ceño con malestar

— Estoy ocupado, ahora no tengo tiempo para ti.— fue duro, algo que sorprendió a Megumi, ya que momentos antes hablaba con un tono muy amigable.

— Gojō... ¿Lo conoces?— hizo la pregunta que más inquietud despertaba en él.

— Si.— quien respondió fue el peli rosa.— Soy su...— pero antes de poder terminar con aquella frase, el hombre peli blanco le interrumpió.

— Es el hijo de uno de mis tantos empleados.— soltó de inmediato.

— Oh vaya.— entonces Megumi lo recordó, Getō, el padre de Itadori trabajaba en una gran empresa, aunque nunca se imaginó tener una cita con el suelo de tal complejo.

— ¿Me permites un momento?— tomó la mano del azabache, dando un suave beso.— Hablaré con él rápidamente y volveré contigo.— sonrió, causando que la tensión abandonará el cuerpo del menor.

— De acuerdo.— correspondió con una voz gentil.

— Ven conmigo, Itadori.— y volviendo a su tono serio, el albino paso bruscamente a su lado, pidiendo que lo siguiera.

— Tsk.— el peli rosa no podía creer tal descaro de su parte y ya que estaba molesto, ni siquiera se despidió de su mejor amigo, quien, confundido, no entendía que había hecho para ganarse tal despreció.

Caminando por los grandes pasillos del centro comercial, ambos se dirigían al baño para tener un poco más de privacidad.

— ¿Qué quieres?— mencionó apenas cerró la puerta.— ¿Acaso me estas ac0sando?— frunció el ceño.

Esa actitud en Yūji no le parecía muy graciosa.

— Por supuesto que no, sólo fue una coincidencia el encontrarnos aquí.— ni siquiera planeaba verlo en los siguientes días.

— Entonces responde a mi pregunta... ¿Qué quieres ahora?— se mantenía firme.— ¿Necesitas que te c0ja aquí mismo?— lanzó su pregunta.— ¿No puedes controlar ese deseo de vrga que te domina cada vez que me ves?— habló con burla.

— Eso no es lo que busco.— susurró.— ¡Lo que quiero es que me digas que haces con él!— gritó.

— ¿Te preocupa?— levantó una ceja con sospecha, no entendía a dónde pensaba  llegar.

— ¿Están teniendo una cita?— su corazón dolió al mencionar aquello.

— Y si así fuese... ¿Qué problema tienes con mi vida privada?— se acercó de forma amenazante.— ¿Lo recuerdas?— interrogó por lo bajo.— Fuiste tú quien dejó en claro que lo nuestro sólo es algo físico y pasajero.— se rió, tenía un serio problema con aquellas palabras.

— No lo entiendes.— apretó los puños.— ¡Tú eres sólo mío!— gritó, llevando su vista hacía el más alto.

Sin embargo, lo que recibió no fue precisamente un abrazo.

— Controlate.— golpeó su mejilla con fuerza, ya estaba cansado de esa mierda.— Yo no soy propiedad de nadie, deja de pensar que soy un juguete el cual puedes usar cada vez que se te antoje.— tal vez debía poner un alto.

No obstante, se dio cuenta del error que había cometido segundos después.

Con un delgado hilo de sangre descendiendo por su labio y sin decir una sola palabra más, Itadori se fue de ahí.
Ya que estaba molesto, Gojō no había medido su fuerza, lastimando al menor.


~ Rody. ☬

Toxic [GoYuu] [Omegaverse] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora