Mamada Real

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"Redacta Gael"
Anoche las cosas se pusieron un poco ardientes, este chico sacó mi lado morboso, no me arrepiento de nada, él nunca se enterará que lo hice a postas, seguiré dándole juego, pero por ahora mantendré un poco la distancia.

Estaba desnudo encima de mi cama, envuelto en aquellas sábanas blancas cuando Abraham sale de su habitación y se queda parado en la puerta mirándome disimuladamente, le digo que termine de pasar,

—¿Cómo has dormido?—pregunto sutilmente

—Fenomenal señor, gracias a usted no dormí en esas mazmorras—dice mirando al suelo

—Perdón si hice algún ruido, es que me asomé tarde en la noche en la ventanilla para poder fumar un cigarrillo—le digo

—No!!, para nada caí rendido como un niño pequeño—me responde mientras guardaba sus manos en los bolsillos—

—Pues nada! Alcánzame mi ropa, está encima del gabinete—le digo para ver su reacción al verme desnudo.

Él camina hacia donde le ordené mientras yo me quitaba la sábana que me cubría, al él voltearse se queda mirando fijamente mi pene, mientras disimulaba las ganas de morder sus labios.

Se acerca para darme la ropa y se queda cerca de mí mirando para todos lados, al parecer le daba pena volver a mirarme la polla, tomo mis calzones y comienzo a subirlos, cuando llegue a la zona de la verga me rasqué la misma y continué subiéndolo, sus ojitos brillaban de una manera perfecta y su cremallera se abría lentamente, la erección quería romperle el pantalón, obvié su calentura y continué como si no hubiese visto nada.

Le ordeno que se quede limpiando mi habitación mientras voy a desayunar, los otros criados habían puesto la mesa, moría de hambre.

Me marcho y al llegar a la mesa comencé a hablar con mi familia, mi madre comenzó a recordar a mi padre, cosa que me hizo pensar demasiado, debe de estar revolviéndose en su tumba por lo que hice anoche, me arrepentí y decidí tomar la situación con carácter hostil y maduro.

Mis montas a caballo comenzaban dentro de una hora, decidí ir a la habitación y tomar mi traje para el evento, cuando estoy llegando me sorprendí, veo a Abraham tumbado en mi cama con su polla erecta haciéndose una excitante paja mientras le pasaba la lengua a la sabana que había manchado de semen la noche antes, me cegué por completo.

—¡Como te atreves!, miserable—le digo furioso

—Señor!, no me haga daño—me dice mientras daba un salto hacia el suelo, estaba sin calzones su verga se puso flácida debido al susto, lo tomé por el cabello y le pego una fuerte cachetada.

—Me debes respeto, no me gustan estas mariconadas—le digo furioso

El solamente lloraba y me suplicaba que le perdonase, lo agarro de su mano y lo encierro en su habitación, lo siento en la cama y le digo

—Te gustan las pollas?, ¡pues cómete esta vergota!—

Él me miraba con miedo pero a la misma vez con deseo, mi polla comienza a levantarse y mi glande rozó sus labios.

—Pero señor, no soy homosexual, lo prometo—me dice mientras sentía el calorcito que desprendía su rica boca hacia mi polla—

Comencé a restregarle la verga en la boca, él me agarra de las nalgas y comienza a metérsela toda, sus labios gruesos chupaban el tronco de mi polla y sus ansias de sexo lo incitaba a que me devorara el pene, yo comencé a follarle la boca mientras empujaba su cabeza para que me hiciese una garganta profunda, sentía todas sus amígdalas como chocaban con mi glande.

—Ahh, vez como te gusta la verga?— le digo mientras disfrutaba esa mamada—

El no podía hablar, solo gemía y hacía unas pequeñas arcadas, le saco la verga de la boca viendo cómo la punta de mi pene estaba llenita de saliva, le tomó su cabello y lo empujó hacia abajo obligándolo a que me chupase las pelotas y el culo,

—Virgen Santa, bendita boca—le digo mientas le volvía a meter la polla en su boquita—

Comencé a penetrar mi verga más duro, con rabia, quería que este sintiera el placer al máximo, el apretaba mis nalgas fuertemente y se introdujo mi verga hasta que estallé en su garganta, el no pudo contener tanto semen y me lo escupió en la verga, le dije que se lo tragara, el acerca nuevamente su boquita y comenzó a lamer mi glande hasta tragarse cada gota de mi semen

—Aquí no ha pasado nada, si escucho algún rumor sobre esto, yo mismo té mataré— le digo mientras sacudía mi pene en su cara.

El Rey [Gay +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora