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Cuando terminamos de comer, Megumi y yo fuimos hasta mi habitación, mientras que rezaba a todos los dioses que esta noche, mientras estaba sonámbulo, hubiese recogido todos los trapos que había tirados en el suelo, toda la ropa que había en la cama que normalmente pasaba a la silla y un montón de cosas más.
Cuando abrí la puerta, incluso yo me sorprendí de lo limpia que se encontraba.
¿Seré sonámbulo de verdad?

—Llamaré a Yuuji para que él y el niño emo vengan.
—¿Niño emo? ¿Te refieres a Junpei?
—Eso, para que el y Jimpeu vengan.

Megumi solo rió y yo llamé a mi hermano.

—¿Sukuna?
—Cuando vais a venir.
—Pues, hay un problema, la madre de Jun me invitó para ir al cine todos juntos, ¡lo siento! Aunque si Fushiguro está contigo no creo que estés muy enfadado. Uy, me están llamando, ¡nos vemos!
—¡Espera, niñ...

Y me colgó, ese maldito idiota me colgó.

—¿Vendrán?
—No, dice que la madre de Jompeu le dijo de ir al cine.
—Junpei.
—Eso, Jenpei, lo que sea..

Estuvimos toda la tarde hablando, riendo e incluso peleando con un par de almohadas que había en la habitación.
Intenté atacarle por detrás y cuando trató de esquivarlo pude ver como perdía el equilibrio, se agarró a mi y de alguna manera terminamos los dos tirados en el piso, y él se encontraba encima de mi.
Mis manos estaban en su cintura ya que antes había intentado que no perdiera el equilibrio.
Ambos nos quedamos estáticos, mirándonos a los ojos.

—Sukuna, ¡todo fue increi...—Mi hermano abrió la puerta con rapidez mientras hablaba.— ¡Mierda, lo siento, no vi nada!

Volvió a cerrar la puerta con rapidez y sentí como Megumi se apartaba con velocidad.

—Lo siento mucho, ¿te hice daño?
—No te preocupes, creo que he pasado por cosas peores.

Pude ver que las mejillas de Megumi se encontraban totalmente rojas y sonreí un poco.
Se sentó en el borde de la cama con algo de timidez y comenzó a jugar con sus dedos.

—¿Quieres ver una película? Todavía es muy pronto, si deseas luego puedo acompañarte a tu casa.
—Está bien, pero no es necesario que me acompañes, puedo ir solo.

Después de un rato Megumi decidió una película que tenía un perro en la portada, algo que me dio mala espina.

"Hachiko"

—¿Seguro que quieres esa?

Asintió mirando a la pantalla, suspiré y puse la película.

...

Después de una hora, pasó justo lo que pensé que pasaría.
Ahora tenía a mi lado un Megumi llorando mientras veía como el perrito por fin se reunía con su dueño, aunque llevaba llorando más o menos desde la mitad de la película.
Aparecieron los créditos y pasé mi mano por la espalda de Megumi, que se tapaba la cara.

—No me mires.
—No sabía que eras tan sensible con las películas.
—Te dije que no me mires.

No pude evitar reír y el solo pudo llorar más, lo cual me causó algo de ternura.

—Venga ya, no llores...

Le ofrecí un pañuelo y secó sus lágrimas con rapidez, ahora solo quedaba ese tembleque en su labio como muestra de que había llorado.
Pasé mi brazo por su hombro y le acerqué más a mi, él puso su cabeza sobre mi hombro mientras seguía mirando los créditos.

Megumi decidió que ya tenía que volver a su hogar, y antes de que pudiera irse le tiré un poco del brazo para susurrarle al oído.

—No creo que lo sepas, pero si echas una captura a la foto de perfil de alguien, le llegará una notificación a esa persona.

Pude ver sus mejillas totalmente rojas y sonreí.

—¡Nos vemos, Megumi!—Dije antes de ver cómo se perdía en aquella oscuridad de la noche.

Entré de nuevo en casa y pude ver a Yuuji en el sofá, jugando con sus dedos.

—Perdón por interrumpirles, Sukuna...
—¡No estábamos haciendo nada!
—Toge y Maki no piensan lo mismo.

Me explicó que estaba en una videollamada con Toge y Maki, ya que los otros no contestaron, y cuando fue a contarme como le fue en la cita, tenía la cámara enfocando hacia mi habitación, por lo que esos dos idiotas me habían visto.

—Como digan algo, les mataré...
—Agradece que no te vieron Nobara o Yuta...
—Cierto. Si me hubiera visto, estaría en la obligación de romperle el cuello.

Cuando entré en mi habitación recibí un mensaje de Megumi.

Gumi

-Oye, ahora mismo te odio y todo eso.
-¿Pero puedo llamarte? Intento hacerme el valiente pero no está funcionando muy bien.

-¿Donde estás?
-¿Quieres que vaya?

-Solo necesito llamarte, por favor.

Cuando llamé a su número, no tardó ni un solo segundo en atender la llamada.

—¿Megumi, quieres que vaya?
—No es necesario, no te dejaría volver solo de todas formas.
—En realidad no me importa una mierda lo que me digas, acabo de agarrar una sudadera y ya estoy saliendo de mi casa.
—¡Sukuna, la próxima vez llamaré a Nobara, estás advertido! Ni se te ocurra dar un paso más.
—Está bien.

Se sobresaltó al oír mi voz justo detrás de él.

—¡Te dije que no vinieras!
—Y yo te dije que no te haría caso.

Suspiró y noté que se acercó a mi, sentía su cuerpo temblar a mi lado.

—¿Qué ocurre?
—Nada.
—Estás temblando.
—No, no lo estoy.

Comencé a andar en dirección a su casa y él fue a mi lado, y me detuve cuando escuché el ruido que hacían sus dientes, ruido que intentaba disimular con todas sus fuerzas pero no consiguió.

—¿Tienes frío? Como no se te ocurrió llevarte una sudadera.
—En la tarde hacía calor.

Me quité mi sudadera y la pasé por encima de sus hombros.

—Póntela, yo estoy bien.
—¿No tienes frío?

Negué con la cabeza y sonrió tímidamente antes de ponérsela. Le quedaba algo grande de en los brazos y eso le hacía ver aún más tierno.
Cuando llegamos a su casa me despedí de él con una sonrisa.

—Y recuerda, la próxima vez que quieras una foto mía sin camisa, puedes pedírmela.

Pude ver como frunció el ceño y eso me hizo sonreír.

—Vete de mi casa, ahora.
—¡Buenas noches a ti también, Megumin!

Cerró la puerta de su casa y yo fui directo hacia la mía, mientras hablaba con Yuuji por teléfono contándole todo lo que había sucedido.

Cerró la puerta de su casa y yo fui directo hacia la mía, mientras hablaba con Yuuji por teléfono contándole todo lo que había sucedido

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𝑻𝒉𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒄𝒊𝒏𝒈 𝒃𝒐𝒚 | 𝖲𝗎𝗄𝗎𝖿𝗎𝗌𝗁𝗂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora