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Holaaas, vengo para decirles que este cap también será narrado por Megumi, solo para que conozcan mejor al bebo.
La canción que hay aquí arriba será nombrada, la puse por si quieren escucharla mientras leen.
¡Espero que les esté gustando mucho!

★☆★☆★☆★☆★

Cuando entré en la casa pude percatarme de que no estaba solo, mi tío se encontraba allí.

—Megumi, aquí, ya.

Suspiré al escuchar su voz y me acerqué a él manteniendo las distancias.

—¿De donde vienes?
—Estuve con un amigo.

Me miró con desagrado e intentó levantarse, di un respingo hacia atrás pero no pudo hacer mucho después de beberse dos botellas de Ron. Solo cayó al suelo y comenzó a decir cosas sin sentido.

—¿Sabes? Cuando mi hermana se suicidó, pensé que era tu culpa, por mucho tiempo te estuve odiando, aunque ahora lo sigo haciendo.
—Tío, yo no tengo la culpa.
—Si que la tuviste, aunque no quieras admitirlo es algo con lo que tienes que aprender a vivir.
—¿Y qué hay de mi padre, nada fue su culpa?
—Tú padre era un perdido, un completo idiota, estaba arruinado, y todo por ti.

Suspiré y me di cuenta de que hablar con un borracho solo sería un dolor de cabeza.

Agarré las botellas vacías y las tiré a la basura. Subí hasta mi habitación y me senté en la cama mirando al techo.
Sentí como mi vista se nublaba y los sollozos no tardaron en hacerse presentes.
Quería estar con Sukuna, si él estuviera aquí, seguro que diría alguna tontería para hacerme reír, o me daría un abrazo para calmarme.
No quería escribirle, porque sólo le preocuparía.
Quizás vendría y tiraría piedras a mi ventana hasta que la abriera, o quizás me llamaría para hablar.
Sonreí al pensar en aquellas sonrisa tan hermosa y el esos ojos color carmesí tan intenso que costaba creer que eran de un humano.

Decidí poner algo de música en mis audífonos para no molestar a mi tío, que seguía dormido en el sofá de la planta baja.
Comenzó a soñar una melodía que se me hacía bastante conocida, Last words of a shooting star, comencé a tararear la canción mientras intentaba hacer que mis lágrimas cesaran, aunque esa canción no era la más adecuada.

Escuché una notificación y cuando la miré pude ver que era de Sukuna.

Sukuna

-¿De verdad que no quieres otra foto sin camiseta?
-Tengo varias bastante comprometedoras...

-¿Por qué estás tan obsesionado con estar sin camiseta?
-Eres muy raro.

Estaba sonrojado hasta las orejas, no entiendo como alguien puede ponerme así de nervioso solo con un mensaje.

-Bueno, no todo el mundo tiene este cuerpo.

-Repito, eres muy raro.

-No seré tan raro si tú mismo tienes una foto mía en tu galería

-Púdrete.

Apagué el celular y después de un rato, vencido por la frustración salí de la habitación hacia el salón, donde mi tío seguía dormido.
Entré en la cocina y busqué una de las botellas de ginebra que mi tío tenía guardada y comencé a beber.
Estaba asqueroso, no iba a mentir, pero sentir ese ardor bajar por mi garganta se sentía demasiado bien.
Cuando ya estaba lo suficientemente mareado, salí de la cocina con algo de torpeza, llevando la botella a la que le quedaban un par de tragos más conmigo.
Cuando por fin llegué a mi habitación me tumbé en la cama y me llegó una notificación de Sukuna.
Ni siquiera leí lo que me dijo antes de llamarle.

𝑻𝒉𝒆 𝒑𝒊𝒆𝒓𝒄𝒊𝒏𝒈 𝒃𝒐𝒚 | 𝖲𝗎𝗄𝗎𝖿𝗎𝗌𝗁𝗂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora