Mensajes

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Estaba sentado en mi escritorio rodeado de libros y hojas desordenadas, cada una plagada de anotaciones rápidas y formulas garabateadas

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Estaba sentado en mi escritorio rodeado de libros y hojas desordenadas, cada una plagada de anotaciones rápidas y formulas garabateadas. El sol cálido se reflejaba por la ventana, pero yo apenas lo notaba. Mi mente estaba completamente inmersa en mi proyecto de investigación, donde los conceptos y los problemas parecían moverse entre sí, retorciéndose como serpientes que se escapaban de mi control. El aire en la habitación se sentía denso, cargado de concentración y frustración.

Llevaba horas trabajando, el silencio solo roto por el zumbido del ventilador que giraba perezosamente en la esquina. Mis dedos empezaban a sentirse rígidos y mis ojos ardían de tanto fijarse en las líneas interminables del texto. La fatiga comenzaba a instalarse en mi cuerpo, pero aún no podía detenerme.

De repente el zumbido suave de mi teléfono vibrando contra la superficie de la madera del escritorio me saco de mi concentración. Suspiré, molesto por la interrupción y eché un vistazo a la pantalla esperando ver una notificación. Pero lo que vi me dejó congelado por un segundo.

Un mensaje de un número desconocido.

''Estas muy concentrado en tus tareas... ¿Has olvidado de lo que pasa a tu alrededor?''

Fruncí el ceño confundido.

¿Que era eso? ¿Una broma de mal gusto? Mire el mensaje de nuevo, tratando de entender el tono extraño y casi burlón detrás de esas palabras. ¿Quién podría haberlo enviado? Intenté ignorarlo, obligándome a pesar que solo era algún error o un mensaje enviado al destinatario equivocado. Sin embargo una sensación de incomodidad comenzó a instalarse en mi pecho.

Intentaba volver a concentrarme, el teléfono vibró de nuevo. Esta vez, la tensión en mi estomago se hizo más notoria. Algo no estaba bien. Abrí el nuevo mensaje con un nudo en la garganta.

''No deberías confiar en todos. Cuida bien tu espalda''

Era extraño. Muy extraño. Pero los mensajes no tardaron en llegar de nuevo.

''Lo estoy observando... Y a ti también''

Un escalofrió recorrió mi espalda. La idea de ser vigilado me hizo sentir vulnerable y expuesto. Era como si una presencia oscura estuviera al acecho, lista para atacar.

Decidí enviar un mensaje rápido a Sunghoon. Solo necesitaba escuchar su voz, saber que él estaba bien, que el mundo fuera de mi cabeza seguía funcionando como siempre.

''Hey amor, ¿donde estás? ¿A qué hora llegas?'' 

Escribí de manera casual, aunque mis dedos temblaban levemente sobre el teclado.

No pasó mucho tiempo antes de que su respuesta llegara.

''Estamos cerca de la cafetería, disfrutando un poco. ¿Y tú? ¿Sigues trabajando?''

''Si, casi termino con el proyecto. Pero ya me esta dando hambre, así que dentro de un rato voy a preparar la cena. No te demores demasiado, ¿si, lindo?''

Traté de hacer que mi respuesta sonara ligera, para que no pareciera que estuviera afectado por los mensajes inquietantes.

''En un rato estoy en casa, amor. No te preocupes. Te traeré algo.''

La dulzura en la voz de Sunghoon siempre lograba sacarme de una sonrisa, y esta vez no fue la excepción. Su tono cálido, con un toque de juego, me envolvió en una sensación de tranquilidad que necesitaba más de lo que pensaba.

Mientras intercambiábamos mensajes sobre la cena, traté de enfocarme en ese momento. Fui a la cocina y comencé a preparar la cena, confiando en que, una vez que Sunghoon llegara, todo volvería a sentirse bien. Los extraños mensajes desaparecían, o al menos eso creía.

Pero justo cuando estaba colocando los platos en la mesa, el sonido de vibración de mi teléfono interrumpió mi acción.

Un mensaje nuevo del desconocido.

Abrí la notificación con el corazón acelerado, y cuando vi la imagen que adjuntaba, todo mi cuerpo se tensó.

Una foto de mi departamento. Tomada desde un ángulo que mostraba claramente que el responsable estaba muy cerca. Quizás justo afuera de la ventana. Estaba cerca, demasiado cerca.

''Bello hogar, Jake. A veces, las cosas pueden volverse peligrosas en un lugar familiar. Ten cuidado, porque los secretos tienen la costumbre de salir a luz cuando menos lo esperas.''

La inquietud me invadió, pero no iba a dejar que el miedo me controlara. Con manos temblorosas, respondí de una forma impulsiva.

''¿Quién carajos eres? ¿Que quieres de mí?''

El silencio siguió a mi mensaje, un silencio que pesaba como una piedra. Me quedé mirando el teléfono, esperando una respuesta que nunca llegó. El sonido de la llave la cerradura rompió el silencio. Miré hacia la puerta, y finalmente Sunghoon entró. Al verlo, toda la tensión en mi cuerpo pareció desvanecerse. Su sonrisa suave, sus ojos que siempre brillaban al verme, todo en él era reconfortante.

—Jakey, amor, ¿todo bien?—preguntó con un tono lleno de cariño. Sunghoon siempre podía leerme, incluso cuando intentaba ocultarlo.

Intenté sonreir, pero no pude evitar que mi voz temblara un poco.

—Sí, solo... es el proyecto. Ha sido un día largo.

Sunghoon dejó las bolsas que llevaba y se acercó a mí con pasos lentos, rodeando mi cuello con sus brazos. Sentí su calor envolviéndome, su mentón apoyándose suavemente en mi hombro mientras su respiración calmada me tranquilizaba.

—Tranquilo, ya estoy aquí—susurró y el sonido de su voz me hizo soltar un suspiro.

Lo abrace de vuelta, enterrando mi rostro en su cuello. El aroma familiar de su perfume y la sensación de su piel con la mía me devolvieron a la realidad.

—¿Seguro que estás bien? —insistió, deshaciendo el abrazo lo suficiente para mirarme a los ojos.

Asentí lentamente.

—Solo... unos mensajes extraños. Nada importante. Estoy bien ahora que estas aquí.

Sunghoon me dio una mirada de confusión.

—Jake, si algo te molesta, dímelo. No quiero que te sientas solo en esto. ¿Si?

—Lo se, lo se—respondí esbozando una pequeña sonrisa—Solo te extrañe.

—Y aquí estoy—dijo Sunghoon antes de besarme en la mejilla—Vamos a cenar. Después hablamos más de eso.

Sentarme a cenar con él, sentir su presencia y sus pequeños gestos de cariño, me hicieron sentir más seguro. Mientras servía la comida, decidí bloquear el número y concentrarme en disfrutar con Sunghoon. Pero, en el fondo no podía evitar pensar en las palabras de aquel desconocido.

 Pero, en el fondo no podía evitar pensar en las palabras de aquel desconocido

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𝐎𝐁𝐒𝐄𝐒𝐒𝐈𝐎𝐍 𝙝𝙚𝙚𝙝𝙤𝙤𝙣 - 𝙟𝙖𝙠𝙚𝙝𝙤𝙤𝙣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora