Parte 8 Los celos de Terzo

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-¿Dónde estuviste anoche?

-Con el señor Cardinal Copia.

-¿Cardi?

-Sí...

-Se puede saber... ¿por qué carajos pasaste la noche con él?

-No tengo qué darte explicaciones Terzo, ¿acaso yo te pregunto cuando te metes con otras?

-Te pregunté algo...

-Noooo, y espera, a que te cuente lo que pasó con Primo y Secondo

Terzo me dio una cachetada.

-¿Qué vergas te pasa?

-Recuerda que aquí quien manda soy yo... y aunque estés bañada estás impregnada de olor a alcohol. ¿Qué tomaste?

-Mucho, no me acuerdo.

Intente salir corriendo pero Terzo me tomó del brazo, su fuerza era mayor a la mía, no pude zafarme, me jaló y me acercó hacía él, me puso de frente y me miró.

-Tú eres solo mía.

-No.

Comenzó a lamer mi cuello.

-¿Ah no? 

Lo empujé.

-Tú eres de todas, déjame ir.

Comenzó a besarme, yo lo forcejeaba, hasta que cedí

Comenzó a besarme, yo lo forcejeaba, hasta que cedí

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No podía, era imponente, su porte, su voz, sus manos, sus gruñidos en mi oído, mis piernas al rededor de las suyas, me besaba el cuello, las orejas, la boca, ahí en la pared sentí su miembro, había recordado por qué me encantaba, no perdonaba su m...

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No podía, era imponente, su porte, su voz, sus manos, sus gruñidos en mi oído, mis piernas al rededor de las suyas, me besaba el cuello, las orejas, la boca, ahí en la pared sentí su miembro, había recordado por qué me encantaba, no perdonaba su maltrato, pero, rayos! cogía tan bien!

Me jaló a su enorme sofá y me tiró ahí boca arriba, se subió en mí y comenzó a embestirme 

-Gime, puta.

me quería contener pero no pude, comencé a gemir despacio, este jugó con mis tetas, sacaba su pene lentamente y de golpe lo metió otra vez. yo le arañaba su espalda. nos tiramos al suelo, ahora yo brincaba encima de él.

-¿Estás celoso?

Me volvió a dar otra cachetada.

Me detuve, me toqué la mejilla, quizás él pensaba que me iba a ir, pero sonreí como una loca.

-Dame otra, idiota.

Nos revolcamos por todo el piso, la pared, el sofá.

-¿Donde quieres mi semen?

-En la cara -dije gimiendo.

Me puse de rodillas y el se puso de pie frente a mí, comenzó a masturbarse en mi cara hasta que me llenó el rostro de su delicioso jugo y este resbalaba por la cara y por mis pechos. 

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