Capítulo 11

702 48 11
                                    

—Abuelo —intento tragar saliva para hacerle frente, pero estoy aterrada, me retuerzo los dedos entre mis manos y cualquiera que me vea puede notar mi incomodidad

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Abuelo —intento tragar saliva para hacerle frente, pero estoy aterrada, me retuerzo los dedos entre mis manos y cualquiera que me vea puede notar mi incomodidad.

—Yo hablaré con él, Valentina, sube a tu habitación —Marco se levanta de la silla y se acerca a mi, poniendo su mano en mi espalda.

—¿QUÉ COJONES ESTÁ PASANDO ENTRE VOSOTROS DOS? —mi abuelo, un hombre tranquilo, me grita por primera vez en mi vida, y yo me quedo paralizada como un conejo deslumbrado en la carretera.

—Vete —el hombre junto a mi cuerpo me besa la cabeza y me empuja hacia la puerta, sin hacerle frente a mi abuelo, sin girarse por su arrebato de ira.

Obedezco, aún no soy capaz de hablar con alguien más de este tema.

—No vas a ninguna parte, Valentina, siéntate y dime que ocurre. ¿Por qué mi ejecutor tiene que hablar en tu nombre?

Suspiro, antes de dar un solo paso, y miro a Marco que me observa en silencio. Las lágrimas acuden a mis ojos y empiezo a sentirme entre la espada y la pared.

—Tina, cariño —mi abuelo suaviza el tono de su voz y da un paso en mi dirección, pero me sobresalto y doy dos pasos hacia atrás, abrazando mi cuerpo, clavando mis uñas en mi piel, negando con la cabeza.

Marco toma el control de la situación y se sitúa delante de mi, ocultándome con su cuerpo de la mirada de mi abuelo.

—No la presiones, no está preparada —su voz grave me calma los nervios y puedo notar la amenaza oculta en sus palabras.

Apoyo la frente en su espalda, y su aroma me envuelve, calmando mi ansiedad. Cierro los ojos y cuento mentalmente para tranquilizar mi respiración.

—¿Preparada? ¿De qué estás hablando? —la voz de mi abuelo vuelve asustarme, joder. —¿Y qué cojones haces? Quítate de en medio.

—Marco —susurro, no quiero que se meta en problemas por mi culpa, se que me ha oído, pero ni se inmuta.

—Tu nieta necesita tiempo para hablar, no voy a permitir que la presiones.

—¿Que tu no me vas a permitir? Aparta —mi abuelo da un paso en nuestra dirección pero Marco no se mueve. —¿Te recuerdo para quien trabajas?

Cojo aire y salgo de su espalda, haciéndole cara a mi abuelo, limpiando las lagrimas que aún mojan mis mejillas con una mano.

—Por favor, no discutáis, te lo contaré —mi abuelo se cruza de brazos esperando mis palabras, y el hombre junto a mi, da un paso atrás, lo miro por encima del hombro un segundo y su mirada me da la fuerza que necesito. —Enzo —dudo, mordiendo mis labios, incomoda por confesarlo ante mi abuelo, pero la presencia de Marco detrás de mi me calma. —Enzo y su amigo abusaron de mi.

Un silencio incómodo envuelve la habitación, el aire se ha espesado de golpe y siento que me ahogo, cierro los ojos con fuerza, aguantando el llanto que amenaza con salir de mi pecho, cuando siento los brazos de mi abuelo rodearme.

Una Joven Tentación (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora