hola! volví con otra adaptación de una historia que me gustó mucho cuando la leí. espero que les guste y la disfruten como la historia anterior que les compartí :)<3
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Todo en el lugar gritaba que yo no tenía nada que ver ahí.
Las escaleras se caían a pedazos; estaban todos muy juntos, codo con codo, en un ambiente que era una mezcla de transpiración, sangre y moho. Sus voces se confundían mientras gritaban números y nombres una y otra vez, y movían los brazos en el aire, intercambiando plata y gestos para comunicarse en medio del estruendo.
Me abrí paso entre la multitud, siguiendo de cerca a mi mejor amigo.
—¡Guardá la plata en la billetera, Julián! —me gritó Paulo. Su radiante sonrisa relucía incluso en la tenue luz.
—¡Quedate cerca! Se puede armar quilombo cuando arranque todo —gritó Leandro a través del ruido.
Paulo le agarró la mano y después tomó la mía mientras Leandro nos guiaba entre ese mar de gente.
El repentino barullo de un megáfono cortó el aire cargado de humo. El ruido me sobresaltó. Había un hombre sentado en una silla de madera, con un fajo de plata en una mano y el megáfono en la otra. Se llevó el plástico a los labios.
—¡Bienvenidos al Círculo! Me llamo Adrián. Yo pongo las reglas y yo digo cuando paramos todo. Nada de tocar a los luchadores, nada de ayudas, no vale cambiar de apuesta, ni meterse al ring. Si no siguen las reglas se van directo a la calle sin ver un puto peso de lo que apostaron.
El corazón me palpitaba en el pecho. Le dije a Paulo que no tenía ningún problema en venir a este lugar, pero estando presente en dicho lugar, me daban ganas de aferrarme a él y esconderme detrás suyo.
Sé que él no me pondría en peligro, pero el hecho de estar en un sótano con unos cincuenta tipos borrachos, decididos a derramar sangre y ganar plata, no me hacía confiar mucho en nuestras posibilidades de salir sin ningún problema de ahí.
Desde que Paulo había conocido a Leandro en la cursada de una de las cátedras que tenía, empezó a acompañarlo a las peleas clandestinas que solían hacer cerca de la facultad. Cada pelea se llevaba a cabo en un lugar diferente y se mantenía en secreto hasta una hora antes.
Como me movía en un entorno bastante más tranquilo, me sorprendió saber de un mundo clandestino, pero Paulo lo conocía desde hace mucho. Enzo, compañero de habitación y primo de Leandro, participó en su primera pelea hace siete meses. Se decía que él, ya como estudiante de primer año, había sido el rival más letal que Adrián había visto en los tres años desde que había creado el Círculo. Al empezar el segundo cuatrimestre, Enzo era invencible, por lo que las ganancias le permitían pagar sin problemas con su primo el alquiler y los demás gastos.
Adrián se llevó nuevamente el megáfono a los labios; el ajetreo y los gritos aumentaron a un ritmo febril.
—¡Esta noche tenemos a un nuevo adversario! El luchador y estrella del equipo de los tigres, ¡Alexis Macallister!
Las ovaciones continuaron y la multitud se separó como el mar Rojo cuando Alexis entró. Se formó un espacio circular; la tribuna silbó, abucheó y se burló del rival. Él daba saltos, sacudía el cuello de un lado a otro; tenía el rostro serio y concentrado. La multitud se calmó con un sordo rugido, y yo me llevé las manos a los oídos cuando la música retumbó por los parlantes.
—El que viene no necesita presentación, pero como me da un poco miedo, lo vamos a presentar. Tiemblen, muchachos. Chicas, no se desesperen. Con ustedes: Enzo Fernández.
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desastre | julián x enzo
FanfictionJulián no se mete en quilombos y trata de llevar una vida tranquila. Cree que ya logró enterrar su pasado, pero cuando llega a la universidad, aparece alguien que pone en peligro su sueño de una nueva vida. Enzo Fernández es justamente el tipo de ch...