capitulo 28

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Entre la muerte y el perdón.

--- Martín perdóname.

Abrazo a Martín con fuerzas consiente de que es la última vez que lo voy hacer, lo desarmo y me levanto rápido apuntándole al pecho.

--- ¿Que haces Cataleya? --- se levanta con una paciencia.

--- Por tu culpa mataron a Erick.

Le sigo apuntando en el pecho

---- ¿Cuantas veces te lo voy a repetir ? yo no lo mate.

--- Yo se que no fuiste tu, pero si no me hubieras secuestrado él aun estuviera vivo, --- las lágrimas resbalan por mis mejillas --- si no me hubieras secuestrado, yo estuviera ahora mismo en la escuela con mi mejor amigo criticando a mis compañeros como siempre lo hacíamos, si no me hubieras secuestrado mi mamá no me hubiese dejado de hablar. ¡Gracias a ti mi vida es una mierda Martín!

--- Cataleya no sabes lo que haces dame él arma.

--- No, de la única manera puedo ser libre y salvar a mi familia es matandote.

Camina hacia mi.

--- No des un paso más --- le quito el seguro al arma --- Tu peor error fue haber confiado en mi, espero que algún día me perdones Martín.

Aprieto el gatillo y cierro los ojos por el impacto, aplano los labios conteniendo el llanto, vuelvo abrir los ojos y Martín se está agarrándo el costado derecho del abdomen donde impactó la bala, no dice nada solo me mira mientras cae al suelo. Le quito el cargador al arma y lo lanzó lejos.

--- Cataleya yo confíe en ti.

--- No tenías que hacerlo.

Me dirijo hacia la puerta.

--- ¡Vuelve aquí!

Me detengo y lo miro por última vez, salgo corriendo y tomo la mochila pequeña que habia preparado con anticipación, sintiendo el peso de cada decisión en mis hombros. Salgo corriendo hacia el auto que me espera a pocos metros, las llaves ya en mi mano. Me subo, cierro la puerta con un golpe sordo y enciendo el motor, pero mi mente está en otra parte, atrapada en el caos que acabo de dejar atrás.

Le disparé. Lo hice. Pero mientras el auto avanza por las calles desiertas, una sensación horrible se apodera de mí. ¿Qué he hecho? Martín me secuestró, me amenazó, destrozó mi vida... pero ¿merecía morir ? Mi corazón no puede soportar la idea de que él esté muriendo solo, sin que nadie sepa lo que pasó realmente.

El arrepentimiento me asfixia, y el sonido del motor parece ensordecer mis pensamientos. No puedo seguir adelante sin saber. Piso el freno de golpe, el chirrido de las llantas resonando en la noche vacía. Respiro hondo, como si el aire pudiera devolverme la calma, pero solo logra aumentar mi desesperación.

Debo regresar. Tengo que saber si lo maté. Si Martín aún vive, si hay alguna posibilidad de arreglar esto, de salvar lo que queda de mi humanidad. Con el corazón latiendo furiosamente, doy la vuelta y acelero de nuevo, volviendo a la escena del crimen, a enfrentar las consecuencias de lo que hice.

Tengo que volver. Necesito saber si aún hay tiempo para salvarlo... o para salvarme a mí misma de lo que he hecho.

Llego a la mansión y freno de golpe.

¡Emilio! --- lo llamo para que venga --- ¡Emilio!

No me contestasa y sigo caminando rápido hacia la salón, abro la puerta y... Martín no está, solo hay un charco de sangre. Entro con la mirada fija en el charco de sangre confundida, yo le dispare debería de estar aquí...

Tentaciones IrresistiblesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora