Capítulo 8

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Hinata sentía curiosidad.

¿Cuáles eran los asuntos más importantes que tenían que tratar los Gobiernos?

¿Política?

¿Economía?

¿Educación?

¿Medicina?

¿Agricultura?

La verdad, todos eran muy importantes, más después del golpe de Estado.

Kageyama le explicaba a Hinata que cada Gobierno tenía su propia manera de manejar cada uno de esos puntos, además de otros, y contaban con diferentes ministerios para que se encargaran de aquellos.

A Hinata le pareció que estaba haciendo una pregunta estúpida. Eso tampoco había cambiado mucho, sin embargo Kageyama lo animó haciéndole caer en la cuenta de lo magnífica que era su curiosidad y ganas de aprender.

— "En el colegio todos se burlaban de mí y me llamaban 'sapo' o 'lambón' solamente porque quería aprender y preguntaba mucho... No tengo muy buenos recuerdos de mis días en el colegio". —

"Mm. Aquí eres considerado un genio". — Hinata giró su cuello tan rápido que creyó haber escuchado como crujían sus huesos. Dolió un poquito, pero no le diría a Kageyama.

"¿Ge-genio?" — Preguntó incrédulo.

"Ja, ja". Rió sutilmente el azabache. — "Sí, Hinata. Genio. Kenma me ha hablado de sus sesiones y de lo inten... De lo curioso que eres. También que aprendes rápido y tienes una gran capacidad de retener información. Me comentó que te hizo un quiz y que lo respondiste como si se tratara de un juego".

Hinata empezó a sentir su rostro caliente.

"De hecho me lo mostró. Estaba muy animado cuando lo hizo, para ser Kenma-san". Ahora sí que estaba seguro de que su rostro podría compararse con una remolacha. — "Tal vez puedas trabajar junto a él y continuar tu educación en política".

Hinata no podía creer lo que escuchaba.

Nunca se imaginó que alguien, además de sus padres y hermana, lo adulara de tal manera. Ni siquiera sus profesores lo elogiaban cuando tenía un puntaje perfecto, era satisfactorio escuchar algo así viniendo de una persona tan especial como Kageyama.

"Lo pensaré".

"Ok. Ahora, quería hablar contigo sobre un asunto importante". — El rostro de Kageyama se tornó serio, muy serio a decir verdad y eso le causó algo en el interior a Hinata. Pero no lo diría, así que disimuló lo mejor que pudo.

"Di-dime". Excelente. Así se disimulaban los nervios. Bien hecho Hinata.

Kageyama arqueó su ceja de manera divertida, Hinata chasqueó su lengua, y sintió que perdía. No sabe muy bien qué, pero era como si perdiera contra Kageyama, como si estuvieran compitiendo por algo, y Kageyama sonrió triunfante, sintiéndose ganador de algo.

"Bueno, mi querida Mandarina".

"¡¿Ja?! ¡¿Man-mandarina?! ¡Oye! ¡No me digas así!"

Kageyama se carcajeó. La verdad adoraba molestar a Hinata, verlo sonrojado y nervioso era uno de sus mayores placeres. Nunca se había divertido tanto, ni siquiera cuando era niño, siempre pensó que algo, no, alguien le faltaba y luego apareció Hinata.

Su destinado.

"Lo siento. No te lo tomes como un insulto". — Hinata cruzó sus brazos sobre su pecho y a eso le acompañó un puchero en sus labios.

Love never diesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora