•AU:Original •Resumen:Sanji está dipuesto a curar el corazón herido de Luffy siempre que lo necesite. •Palabras:905
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Luffy despertó agitado, estaba sudado por todos lados, sus mejillas empapadas por las lágrimas y un jadeo lastimero salió de sus labios.
Llevó una mano a su pecho sintiendo su corazón latir frenéticamente, como si fuera a salir de su pecho. Hizo todo lo posible por retener los sollozos de dolor al recordar la terrible pesadilla que perturbó sus sueños.
Eres un inútil Luffy ¿No dijiste que ibas a salvarme?Eres un debilucho que no pudo proteger a sus nakamasni salvar a su hermano,eres un llorón inútil.
Aquellas palabras resonaron en su mente. No, simplemente había sido una pesadilla, pero fue tan real. Tener a su difunto hermano frente a él, lleno de heridas y con aquel agujero en el pecho diciendo aquellas palabras... simplemente logró romperle el corazón y provocar que las lágrimas escaparan de sus ojos.
A pesar de que ya habían pasado dos años de aquella tragedia, las pesadillas no paraban. Casi todas las noches Ace aparecía en sus sueños. Su mente le recordaba una y otra vez ese maldito día en el que lo perdió.
Comenzó a temblar, se sentía impotente, vulnerable, tenía miedo. ¿Y si aquel suceso volvía a ocurrir con alguno de sus nakamas?
Si no fue capaz de salvar a su hermano ¿Sería capaz de salvar a sus amigos?
Los sollozos eran cada vez mayores, las saladas lágrimas no se detenían, un nudo se formaba en su garganta que no lo dejaba respirar. Sentía que iba a morir.
-Tranquilo Luffy-Susurró una voz a su lado.
Luffy volteó. Sanji estaba ahí, a su lado apoyando una mano en su hombro. El rubio lo atrajo a su cuerpo en un abrazo fuerte, en ese momento el capitán se permitió romper en llanto en los brazos de su pareja.
El rubio no habló, simplemente abrazo con fuerza a su monito, acariciaba su espalda con delicadeza y besaba su cabeza para calmarlo. Despertar a media noche con Luffy llorando por una pesadilla en la que Ace era protagonista se había vuelto una horrible costumbre.
-F-fue mi culpa...no-no pude...salvarlo-Sollozaba entre cortado el chico de cicatriz.
-No digas eso mi Luffy, hiciste todo lo que podías. ¿Creés que a Ace le gustaría verte así?-El mayor ya no sabía que palabras decirle para hacerle entender-. Él jamás te culparia, tienes que dejarlo ir-
Monkey se aferró con más fuerza al rubio, llorando, dejando salir todo el dolor que lo atormentaba.
Sanji tuvo una idea. Separó con cuidado al menor de él, tomó con dulzura su mano y levantó a ambos de la cama para dirigirse a la cocina.
-¿Qué hacemos aquí Sanji?-El monito estaba confundido, limpiando como podía los mocos que salían de su nariz por haber llorado.
El cocinero no respondió, solo lo sentó en una silla, él se sentó en frente y tomó una servilleta, con ella comenzó a secar las mejillas húmedas de su amor, con una suave sonrisa en su rostro.
Una vez terminada esa tarea, dejó un pequeño beso en la frente del Luffy y se levanto para ir a cocinar.
El capitán lo observaba. Sanji tomó varios trozos de carne del refrigerador, los cuales comenzó a condimentar y cortar para luego llevarlos al horno. Luego tomó algunas verduras que, aunque no eran las favoritas del menor, las toleraba; las cortó en pequeños trocitos y las puso a dorar.
Tomó algunas papas que peló y corto para mandarlas al horno junto a la carne. Agregó salsa y condimentos a las verduras y luego puso a hervir el arroz. El monito lo observaba hipnotizado por sus movimientos y el aroma de la deliciosa comida.
Una vez todo estuvo listo, Sanji lo emplató con sumo cuidado y esmero. Los jugosos trozos de carne con las papas horneadas cubiertas de salsa y el arroz a un lado humeaban frente al sombrero de paja.
-Disfruta tu cena de madrugada, carne y papas al horno acompañados de arroz y una bien condimentada salsa, echa con todo el amor de tu servidor-Sanji dejó el platillo frente al menor y plantó un suave beso en sus labios.
Luffy tomó los cubiertos y probó aquel plato; sus ojos se iluminaron y todas sus penas fueron olvidadas en ese instante en el que el delicioso sabor entró en su paladar.
Comenzó a devorar sin piedad la comida frente a él como de costumbre, sin ningún cuidado y terminando con toda la cara manchada, pero sobre todo, con una alegre sonrisa en su bonita cara.
Sanji rió con un cigarrillo en sus labios, se colocó detrás del monito y lo abrazó por los hombros reposando su barbilla en la cabeza azabache. Una vez terminó de comer, Monkey soltó un eructo satisfecho que hizo reír al mayor.
-Nunca más te sientas culpable de lo que pasó aquel día. No fue tu culpa-Sanji habló-. Pero recuerda que siempre que estés triste, ven a mi, voy a prepararte comida con mucho amor y te prometo que voy a sanar tu corazón siempre que sea necesario-
Una traicionera lágrima escapó de su ojo oscuro, Luffy estaba feliz, tenía al mejor cocinero, al mejor nakama, al mejor novio a su lado.
-Te amo Sanji-Susurró bajito haciendo sonreir al nombrado. . . . . .
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