•AU:Original. •Resumen: Simplemente, Luffy y Sanji amándose locamente durante Whole Cake. •Palabras:1360. •Aclaración: Pensamientos de Sanji:"comillas" Pensamientos de Luffy:(paréntesis) •Recomendación:Durante la lectura, escuchar 'Amar como tú' de Steven Univers (canción en la cuál me inspiré esta vez) para una mejor experiencia.
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-¿Creíste que me iría tan fácilmente? No me jodas-
"Por favor, cállate y vete, huye."
-¡No importa cuánto me patees, al final tú eres el que se lastima!-
"Él sabe que soy una persona de mierda.
-¡Nuestro viaje no ha terminado, esperaré aquí! ¡Si no vuelves me quedaré aquí muriéndome de hambre!-
Pero aún así quiere salvarme."
-¡Sanji, sin ti...no puedo ser el rey de los piratas!-
El carruaje se alejaba cada vez más hasta desaparecer de la vista de Luffy. El tercer príncipe Vinsmoke derramaba silenciosas lágrimas intentanto ignorar las burlas de sus hermanos y los gritos desesperados y furiosos del joven pirata. Él debería largarse, no debería estar arriesgando su vida por alguien como él.
Era una basura. Había golpeado a su capitán, lo insultó y traicionó. No tenía ningún derecho a regresar al barco, por más que quisiera. Pero lo extrañaba, aunque quisiera olvidarlo y seguir, lo necesitaba. Era el maldito amor de su vida.
No prestaba atención a lo que decían a su al rededor, su mente divagaba en los recuerdos que ese tonto pirata vulgar que se las arregló para robarse su corazón, que cayó rendido ante él.
"Ojalá puedira dejar de amarte, así no tendría que encerrarme a gritar cuánto te quiero hasta que mi corazón deje de doler. Así no tendría que pensarte mientras cocino tu comida favorita."
Rogaba, pedía, suplicaba y esperaba que hayan huido y estén lejos de esa isla de mierda, quería que estuvieran a salvo.
Sanji siempre creyó ser una mala persona, después de todo sus genes así lo dictaban, y después de tratar de ese modo a quién decía amar, sabía que ahora era verdad, era malo. Luffy era bueno, muy bueno, Sanji no era como él.
...
Ahora corría bajo la lluvia, buscando entre los cuerpos inertes a su capitán. Sentía la desesperación apoderarse de su cuerpo a cada segundo que pasaba sin encontrarlo, sintiéndo su corazón romperse en pedazos con cada cadaver o ser inconsciente que creía que era él.
Entonces lo vió. En ese instante su corazón realmente se rompió al ver lo demacrado que estaba por su culpa, se veía débil y maltratado. Luchó por no soltar las lágrimas que ahogaban su corazón ante tal imagen.
Con todas sus fuerzas se acercó a él tendiendole la canasta destrozada y el mal intento de comida que preparó y estaba arruinado. Un nudo se formó en su garganta al ver aquellos ojos negros que tanto le gustaban brillando al tener aquella patética comida frente a él.
