No Somos Amigos

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Gente disculpen la demora, es que como saben hay veces donde la inspiración viene y va. En mi caso tarda un poco más pero como le dije... Esta historia no se pasará y la terminaré si o sí!! Así que vamos a ello. Pero antes un pequeño recordatorio. Esta es una obra continuación de un fanfic ya hecho llamado “Dolor Ardiente” si desean entender cómo comenzó este fanfic les sugiero que lean primero ese de tan solo 4 o 5 capítulos cortos. Después de todo eso explica mucho más el giro de acontecimientos en este fanfic y aclara varias cosas sobre la trama. En fin. Disfruten!!!!

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Ya era de día y siendo sincero... Ya se harto de esa mirada de perro muerto que Lancelot no paraba de darle desde que se levantó. -¿Que tanto me ves?.- por un momento pensó en decir algo, pero optó mejor por callar y ver hacia otro lado.

-¿Donde carajos está Percival?, ¡Fue al baño, no a ver si puede hablar con los animales!.- se levantó y rápidamente terminó de guardar el resto de cosas. La verdad ya se estaba hartando de todo este viaje y la conversación de ayer solo trajo malos recuerdos.

Sus pensamientos fueron desviados casi al instante con la llegada de Percival. -¡Ya era hora!, vámonos.- Percival se le quedó viendo de mala manera por su comentario. -¿Podrías por favor intentar por lo menos llevarte bien con nosotros?... Al menos hasta que todo esto termine.- Tristán vio a Lancelot de pies a cabeza y luego negó lentamente. -Eso sería ser hipócrita... Y no lo soy... Bueno, no tanto como tú.- Mentiría si dijera que una vena estaba por estallar en su frente. Está personalidad de Tristán ahora lo estaba haciendo enojar y mucho.

-Ahora... Debemos irnos empiecen a volar y que sea rápido...- Giro su mirada a percival. -Y no pienso hacer más paradas, así que muévete o quédate.- Empezó a elevarse mientras los otros lo seguían tomo la ruta que más le pareció conveniente mientras en todo el vuelo podía sentir la mirada asesina de Percival. Si las miradas mataran estaría seguro de que ahora estuviera 6 metros bajo tierra.

-¿Estas seguro de que sabes a dónde vamos?... Ayer dijiste que sentiste un tipo de distorsión o algo así. No dudo de tí pero yo no siento absolutamente nada.- No contesto solo se quedó en silencio hasta que Percival empezó a molestarse debido al trato que Tristán le estaba dando a su amigo. -¡Oye, te hizo una pregunta!... No te cuesta nada contestar.- Tristán para de inmediato dejándose caer al suelo a gran velocidad, el estallido que se escuchó y quebró por completo la tierra bajo el disipó la niebla que los otros dos no sabían ni en qué momento del viaje había aparecido.

Ambos bajaron junto a Tristán quien solo veía frente a el hacia la nada. -Parece que en serio no tenías ni idea de a dónde íbamos.- Tristán no dijo o expreso nada. Simplemente avanzo con cuidado y estiró su mano frente a el siendo cauteloso como si quisiera atrapar algo. De un momento a otro, en el mismo aire, una sustancia parecida al agua empezó a rodear los dedos de Tristán y lo jalo por completo hacia dentro. Algo que son dudas dejo en pánico y confusión a Lancelot y Percival pues no tenían idea de lo que había pasado.

-¡Se lo trago, esa cosa se lo trago!.- ambos fueron tomados con fuerza de sus vestimentas por unos brazos que salían de dentro de lo que parecía ser agua jalando los hacía adentro por completo. Y al instante fueron transportados a otro lugar por completo diferente. -Nadie me devoró idiota... Simplemente está es la entrada más accesible... O bueno, mejor dicho la única accesible a Camelot.- Lancelot vio algo sorprendido a Tristán por cómo obtuvo está información, pero algo que lo dejo más perplejo fue sentir una magia extraña. -Imagino que fue eso lo que sentiste cuando estábamos fuera.- Percival volteo hacia donde estaba Tristán y vio algo que lo dejo bastante inquieto. Frente a ellos había una barrera extraña hecha con magia del caos, pero está estaba rota como si de cristal se tratase y se estaba pudriendo. Un extraño arbusto de rosas y raíces la estaba consumiendo de a poco.

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