Karla.
Nos encontrábamos comiendo cada uno conversando con él que tiene a su lado. Menos yo ya que al que tengo a mi lado me asusta con toda la crema que lleva en el rostro, sumado que lleva más de veinte minutos rociándose repelente para mosquitos.
—¿Podrías parar ? — pido tosiendo — Creo que me estoy asfixiando
Él niega y comienza a rosearme con el repelente en las piernas y brazos.
—¿Qué haces?
— Te pueden picar — me dice.
— No creo que...
— Solo déjate, no es que quiera que los mosquitos te chupen el alma — me dice y no puedo evitar reír.
Río y se me escapa la razón por la cual no río en público. Hacer como un cerdo cuando ríes no es lo más atractivo, me detengo y evito verlo a los ojos por unos segundos hasta que volteo y él me observa con sus ojos azules que, maldita sea siempre siento que entran en mi alma.
Lamé su labio inferior antes de sonreír bajando la mirada.
— Ríete. Te doy permiso – le digo rendida ante mi humillación.
No me hace caso y sigue esparciendo el repelente en mi pierna.
— Es lindo — dice — Muy lindo a decir verdad.
Trago en seco.
— Tenemos conceptos muy distintos de las cosas lindas — digo y él me ve a los ojos.
— Tu concepto a de ser muy básico si me lo preguntas — dice haciéndome rodar los ojos.
— Bueno, es normal — ladea su rostro observándome con detenimiento.
— Creo que no será aburrido esperar — dice confundiéndome. — Incluso creo que será placentero.
—¿Has enloquecido?— le pregunto.
Las chicas ocupamos una tienda y los chicos otra, por suerte la familia de los K como los apodamos, es adinerada y tenían estas tiendas de dormir en su casa. Más que tiendas para acampar parecen pequeñas casas, si no logro conseguir dinero para mi apartamento cuando sea adulta, seguro esta sería mi segunda opción.
— Así que... ¿hablamos cosas de chicas?— pregunta Kate, todas la miramos.
No estamos en confianza, no la conocemos y por ello no sentimos la confianza que solemos tener estando solo las cuatro.
— ¿Qué quieres hablar?— le preguntó para no parecer groseras.
— Ya saben.... Chicos — dice apretando sus piernas en su pecho.
Volteo a ver a las chicas que se ven entre si, Emma me observa y asiente.
— Ninguna de nosotras tenemos novio — digo.
—¿Ninguna?— cuestiona— Soy muy bonitas para no tenerlo.
Asiento.
— Lo sabemos, solo que ningún chico se a esforzado lo suficiente — digo.
— ¿Qué hay de Emma?— la ve con interés.
Mi prima deja de acomodar su almohada y la voltea a ver.
— Hay alguien — digo.
Se las intenciones que tiene, puedo ver la malicia en sus ojos y no me agrada. Sumándole su acercamiento a Chris, se lo que quiere y se nota que no se detendrá, pero qué lástima por ella ya que si intenta ser una perra yo seré el doble de perra que ella.
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Siempre nosotros.
RomanceLa vida de dos adolescentes Emma Tylor y Christopher Bass. Dos adolescentes atormentados por sus decisiones y fututo, adolescentes que toman la decisión de escapar del mundo mientras estén juntos. Pero como todos los seres humanos tendrán que tomar...