Después de que ella muriera, ¿has podido estar con alguien más?

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𝐑𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐚, 𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟕, 𝐦𝐢𝐧𝐮𝐭𝐨 𝟐𝟕:𝟑𝟏

..."La estamos tratando ahí, por si quieres saludarla"...

𝐍𝐄́𝐒𝐓𝐎𝐑 𝐏𝐎𝐕

Eso me había dicho mi compañera antes de irse, que si quería saludarla, ja, como si eso fuera una sorpresa para alguien, claro que quería saludarla, yo siempre querré saludar a Patricia, aunque sea sabiendo que después se viene una pelea, 1 minuto con ella siempre valdrá más la pena que 100 huelgas sin servicios mínimos, por más increíble que suene, incluso para mi, decir eso. 

Me dirijo a la sala de oncología infantil, donde estaban los niños que sufrían cáncer y se trataban en el Sorolla, seguramente Patricia habrá querido tratarse ahí por la privacidad, por ser quien es,  por los miles de buitres que estaban esperando el más mínimo desliz para destituirla de su cargo en la presidencia de la Comunitat Valenciana. 

Cuando entro la veo en ese sillón que tanto odia con un cable que se asoma por el cuello de su sudadera, incluso con el cáncer y su notable cansancio por la quimio, no puede ser más preciosa. Me siento a su lado y le paso el cubo de rugby que me señala con el dedo, la veo intentando resolverlo mientras se muerde ligeramente el labio por la concentración, parece una pequeña de 5 años, y no la dura presidenta que aparenta siempre ser. 

P: nunca me sale esto del cubo; bueno que, ¿ves algo de malo en mi plan para este hospital? 

Había estado leyendo el plan para la privatización del hospital que ella misma había elaborado, aún me sorprende que una persona con unos ideales tan opuestos a los míos haya traspasado todos los muros que yo mismo había levantado cuando mi mujer murió. 

N: es que no se por donde empezar, Patricia, ¿de verdad crees que con esto se atenderá más y mejor a los pacientes? mira podría rebatirte punto por punto,... pero ahora juegas en desventaja. 

P: no te dejes impresionar por el cable, pero me parece bien; juguemos a lo que quieras, vamos a hacer que la quimio es el suero de la verdad, eh? así que pregúntame lo que quieras, lo que quieras. 

N: ¿de verdad ibas a utilizar lo de mi mujer en mi contra? Sabía que ella no se refería a preguntarle cosas como esa, pero no pude evitarlo, necesitaba saber si hubiera sido capaz.

P: ay que rollo, pensé que ibas a preguntar, ¿yo que sé? el color de mi ropa interior, o por si solo soy de las que follan cuando van con tres copas de más.

N: no pinta que tengas que llevar tres copitas de más para echar un polvo.

P: no juegues a conocerme que ya te digo yo que pierdes. Dijo sonriéndome levemente. 

P: no, no lo hubiera utilizado, pero no por ti, por ella, no creo que se lo merezca, además mañana puedo estar yo en el mismo lugar, y pedirte que me mates. 

Un escalofrío recorrió mi columna haciendo que todo mi cuerpo se pusiera tenso de repente, sabía que Patricia lo estaba diciendo de broma, pero el simple hecho de imaginarme volver a pasar por lo mismo con la mujer que amo... me invadió un miedo de perderla del que hasta ahora no me había percatado. Porque si, por más que me lo he querido negar a mi mismo por las claras diferencias que nos separan, estoy irremediablemente enamorado de ella, después de años atormentado por mi pasado, Patricia hace mejor mi presente. 

P: ¿te puedo hacer una pregunta yo a ti, perdón? Me saca de mis pensamientos. Asiento.

P: después de que ella muriera, ¿has podido estar con alguien más?

Antes de que pudiera contestarle un chico con helados nos interrumpe entrando en la sala. 

X: ¿les apetece un helado? 

P: mira el tio, que majo, ahora que oficialmente tengo cinco añitos, te voy a decir que si, ¿quieres uno?

Niego con la cabeza, no me apetecía ningún helado, lo único que me apetecía hacer en ese momento era darle una hostia al heladero entrometido este. 

P: ¿de qué es?

X: de mango.

P: ah, de mango, gracias, oye, perdona si antes te he tratado mal. 

El heladero entrometido salió de la sala y Patricia se metió su helado de mango en la boca y lo chupó. He de decir que casi me ahogo con mi propia saliva, la cercanía y el puto helado van a ser mi perdición. 

N: tengo tus resultados Patricia.

P: ah y los vas a usar.

N: mi carrera de médico está en juego, si hubiera otra manera, lo haría. 

Ella empieza a acercarse y me indica con el dedo que lo haga también, sin saber como reaccionar lo hago, no se que coño está pasando pero no puedo alejarme, no ahora. 

P: ¿y porqué si hubiera otra manera lo harías? ¿no era que el Doctor Moa defendía que todos los pacientes son iguales para él?

N: sabes perfectamente que para mi no eres solo una paciente, Patricia. Dije casi rozando sus labios. 

P: ¿ah no? ¿y que soy para ti Néstor?

Dirigí mi mirada a sus labios, ella hizo lo mismo, no contesté, simplemente coloqué mi mano en su nuca y tiré de ella, eliminando los milímetros que nos separaban. Escuché el sonido del helado cayendo, pero fue demasiado borroso, solo podía prestarle atención al sabor a mango de los labios de Patricia, noté como introdujo su lengua poco a poco, como si tuviera dudas o miedo de hacerlo, disipé esas dudas haciendo lo mismo que ella, era un beso lento, pero con todas esas ganas que se habían acumulado entre nosotros en el ultimo tiempo. 

Patricia se separa un poco, quedando su frente contra la mía y nuestras respiraciones entrecortadas, abro los ojos lentamente y ella hace lo mismo, nos miramos, la veo morderse el labio suavemente. 

P: si me dices que así tratas a tus pacientes te apoyo con lo de la sanidad pública, no me lo digas dos veces y firmo.

Suelto una risa leve y le robo otro beso.

N: tú nunca serás solo una paciente Patricia, nunca.

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esta es una pequeña prueba de lo que me hubiera gustado que pasara en esta escena de "Respira", los demás serán del estilo, cambiando escenas que para mi no tuvieron un final, espero que os guste! 🥭






Deberíamos ser más valientes, ¿no? || Patricia y Néstor (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora