Vas a salir de esta, ¿me oyes Patricia?

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𝐑𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐚, 𝐜𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖, 𝐦𝐢𝐧𝐮𝐭𝐨𝐬 𝟎𝟖:𝟓𝟏 𝐲 𝟐𝟔:𝟐𝟎

𝐏𝐀𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐀 𝐏𝐎𝐕

Estaba en la habitación del hospital Sorolla con Emilio intentando pensar en que coño podíamos hacer para que la gente no se enterara de porqué estaba realmente en el hospital.

E: mira, vamos a decir que has venido a supervisar personalmente el protocolo de la gota fría.

P: eso no se lo va a creer nadie.

De repente escuchamos como llamaban a la puerta, y se vio pasar a Néstor, una sonrisa interior se formó en mi rostro sin que pudiera evitarlo, no lo había visto desde el otro día, desde que... bueno, eso.

N: ¿nos dejas un momento a solas por favor?

Emilio salió de la sala sin cuestionar nada, al final Néstor seguía siendo mi medico y hasta donde yo sé, no sospecha nada. Me senté en la camilla esperando a que Emilio saliera para poder hablar tranquila con Néstor. Él se apoyó con los brazos en el filo de la cama y los dos suspiramos, casi al unísono, temiendo la conversación que se venía. 

P: creen que estoy demasiado enferma como para malgastar el tratamiento conmigo. Digo haciendo mi mejor esfuerzo porque no se me quiebre la voz.

N: lo importante es que tenemos la posibilidad de la operación. 

P: ¿la que decías que era tan peligrosa?

N: la que va a salir bien. 

Si cualquier otro medico o persona me hubiera dicho eso, lo hubiera mandado a la mierda sin confiar en sus palabras un instante, pero era él, era Néstor, como no iba a confiar en él, si me miraba de esa forma, tan suya...

N: yo mismo me voy a encargar de operarte. 

Tomó asiento a mi lado. 

P: tienes un ego... ¿crees que diciéndome eso me quedo tranquilísima?

Por mucho que me costara reconocerlo, si me dejaba mucho más tranquila, pero eso no se lo podía decir a él. 

N: el ego va con la profesión de médico, pero no voy de farol. 

Solté una pequeña sonrisa ante eso. 

N: vas a salir de esta, ¿me oyes Patricia?

Yo tenia mi mano apoyada en su pierna y él la sostuvo, levemente, pero actuando para mi como el mayor de los seguros, le di la mano de vuelta, y nos miramos, deteniendo por un instante el mundo a nuestro alrededor, en ese momento no existían cánceres, políticas, antípodas ideológicas, debates mediáticos, privatizaciones, tratamientos... 

Ahí, en la cama de ese hospital con nuestras manos entrelazadas, solo existíamos él y yo, y ese pequeño mundo que habíamos creado a pesar de todo lo que nos separaba. 

Escuché un ruido proveniente de la puerta, no se si él también lo escuchó, pero no apartó sus ojos de los míos, así como yo tampoco lo hice, no nos dimos cuenta de que no estábamos solos hasta que vimos a la doctora Amaro parada en la puerta disculpándose por interrumpir. 

Deberíamos ser más valientes, ¿no? || Patricia y Néstor (One Shots)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora