Deberíamos ser más valientes, ¿no? || Patricia y Néstor (One Shots)

Te acordaste.

𝐍𝐄́𝐒𝐓𝐎𝐑 𝐏𝐎𝐕

Pasaron los días y Néstor no volvió a ver a Patricia.

No debería haberle sorprendido, teniendo en cuenta que aquella noche en la playa había sido la primera vez que se habían cruzado de verdad desde la instauración de las nuevas medidas en el Sorolla. Pero después de lo que había pasado entre ellos, Néstor casi esperaba encontrársela por todas partes, como si el mundo conspirara para juntarlos y hacer las cosas incómodas.Pero nada de eso ocurrió. Se levantaba y desayunaba solo, como siempre, iba al hospital, trabajaba todo el día, cuando tenía guardia se quedaba, volvía a casa y dormía. Eran todas las actividades habituales y relajadas... pero casi se sentía raro.

¿Cómo podía ser todo normal después de algo así? ¿Después del huracán que ella había supuesto en su vida?¿Cómo era posible que los días no cambiaran?

Pero las noches sí.

En sus sueños, en más de una ocasión, Patricia hacía acto de presencia. Estaba oscuro y ella le decía adiós, y cada vez, él intentaba hablar o llamarla, pero no le salía la voz. Se despertaba de tanto forcejear. Entonces se quedaba mirando al techo y se sentía como un idiota. Hacía un tiempo que habían cortado el contacto prácticamente de raíz, no funcionaba, ¿qué más había que decir? ¿por qué seguía teniendo ese sueño?

Luego comenzó otro día y fue como si nunca hubiera sucedido. Era confuso.

Pudo haber esquivado ese beso.

No era la primera vez que Néstor pensaba en eso, y no era la primera vez que Biel le llamaba la atención por estar perdido en sus pensamientos. Podían estar comiendo después de la guardia por la playa y su mente se iba, de vuelta a esa noche, de vuelta a esa misma playa que era el único testigo del viento en su pelo y del vuelco en su corazón. De su cuerpo envolviéndola y de los brazos de ella envolviéndolo a él.

El caso es que, aunque Patricia le cogiera por sorpresa, podría haber evitado lo que pasó. Podía haber dicho que no.

Igual que podría haberla dejado en la playa, o haber pedido un taxi para llevarla a casa, o haberse ido de su lado en cuanto estuvieron lo bastante cerca de la casa.

Pero no hizo nada de eso.

Y no... lo lamentó, exactamente. Pero deseaba no saber todo lo que sabía ahora. Deseaba no recordar ese beso.

La vida era más fácil antes.

Al cabo de una semana, Néstor empezó a preguntarse si todo había sido un sueño. En retrospectiva, todo lo que Patricia le había contado parecía un poco irreal. Cómo la abrazaba y la calmaba con el arrullo de las olas rompiendo. Le pareció que aquella noche, después de años viendo a la presidenta de la comunidad en la tele y en las noticias, y de los meses que hacía que la conocía de verdad, había podido ver un lado de ella que era... duro. Le había reprochado su falta de honestidad hacia él cuando puso fin a las cosas entre ellos por haberle mentido, y luego obtuvo una honestidad tan brutal que no estaba seguro de merecerla.

Néstor se había sentido tan separado de ella entonces, cuando descubrió que le había mentido, como si la conexión que creía que tenían fuera una mentira, como si todo lo que creía saber de ella fuera una niebla a la que ya no podía dar forma.