OO7

317 64 11
                                    

Conforme los días habían estado pasando Satoru, notó algo más, y cada cosa le hacía perder mucho más la cordura

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Conforme los días habían estado pasando Satoru, notó algo más, y cada cosa le hacía perder mucho más la cordura.

Mucho más de lo que podría haber imaginado.

Megumi Fushiguro, sin duda, no solo era buena esposa, buena también lo estaba, pero eso es otro tema, su actitud era bondadosa, más allá de su bella apariencia, su linda y amable actitud, hizo que Gojo fantaseara mucho más de lo que últimamente lo venía haciendo.

Tal vez, le serviría pensar con la cabeza de arriba y no con la de abajo, solo así podría mantener sus sucios pensamientos en otras cosas, como por ejemplo, divertirse.

Y es que a eso había venido.

― ¡Satoruu! ― Yuuji lo sacó de sus pensamientos.

Él peli blanco parpadeó varias veces antes de girar a mirar a su amigo, quien se encontraba detrás de él.

― ¿Ajá?

― Andas más raro de lo normal, ¿en qué andas pensando?

En tú mamá.

Pero decidió callar a su subconsciente, no podía decir eso, si no, Yuuji se encargaría de enterrarlo vivo en la arena con esa pala de plástico que tenía entre manos.

― Me siento mal, ¿nos vamos o te quedas? ― el pelirosa le hizo una señal de que se marchara solo, Gojo asintió y se fue.

No era mentira, estar tanto tiempo en el sol, hacia que se agobie más de lo normal, y su cabeza parecía querer explotar.

Al llegar a la bonita casa de playa de los Ryomen, lo primero que noto fue que se encontraba vacía, no había nadie, eso, hasta que escucho perfectamente unos ruidos en la sala. Que al prestar más atención, supo de inmediato que eran gemidos, gemidos de la mamá de su amigo, la mujer con quien había tenido sus sueños húmedos desde hace unos días.

Al acercarse al lugar proveniente, fue a dar hasta el lugar donde estaban los padres de Yuuji, ellos estaban teniendo sexo.

Uno muy bueno al parecer.

Y Satoru se quedó de espectador número uno, mirando maravillado la vista del desnudo cuerpo de Megumi, esta estaba completamente desnuda, sus grandes pechos daban una buena vista a Gojo, estos rebotan con mucha agresividad, estaba montando al señor Ryomen, quien parece más que disfrutarlo, pues una de sus manos se acercó a los senos de Megumi, apretando con algo de fuerza, sacándole un gemido a su esposa, si, sin duda era mejor de lo que alguna vez se imaginó.

Pues las ganas de tocarle aumentaron mucho más de lo esperado. Pero en lo mientras atendería su problema entre sus pantalones.

ɥou mom?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora