Cuando éramos familia 6

188 16 2
                                    



Corrí hacia Elijah quien no se movía, parecía una estatua, que solo me miraba de forma extraña. Cuando quede frente a él puse mis manos en su rostro.

—Te extrañe tanto.—Las lagrimas empezaron a salir.—Emma.—El me quito las manos de su cara y me abrazo. Me sentía llena de vida. Elijah fue y era mi mejor amigo. Podía escuchar su corazón que latía muy rápido y fuerte.

—¿Como es posible?—Me separo de él.—Te contaré todo te lo prometo.—El me limpio mis lágrimas que no dejaban de salir

—¿Que haces aquí?—Me preguntó el.—Ellos secuestraron a una amiga mía.—Señalé a el chico desconocido y a la tal Rose.—Yo les di la orden.—Elijah dejo de mirarme. Sabía que hacía eso cuando le incomoda algo.—¿Pero porque? Ella es una niña, tú no podrías hacerle daño a personas inocentes.—Las cosas cambiaron mucho, tengo que contarte tantas cosas pero primero tienes que ver a Niklaus el se volverá loco cuando te vea.

—Elijah... Me muero por ver a Niklaus y a toda la familia pero primero tengo algunas cosas que resolver, me estoy quedando en una casa que está a las afueras de Mystic Falls, por el bosque.

—¿Estas segura ahí?—Si tranquilo, te veo a media noche ¿si?—Elijah me abrazo de nuevo. Sus abrazos me devolvían a la vida.—Cuídate.—me dio un beso en la mejilla.

—Alicia vámonos.—Tomé a Alicia de la mano para salir de la casa.—¿El es Elijah? ¿El hermano de Niklaus?—Si, porfavor no les digas nada a Damon Stefan y Elena ¿Okey?—Esta bien.—Ella asintió.

Salimos de la casa y estaban los chicos esperándonos.

—Emma estábamos a punto de entrar.—Stefan se acercó a nosotras.—Todo salió bien pero no pude sacarles información.—Mentí

No quiero que ellos sepan de donde vengo y quien es mi familia, entre menos sepan mejor.

—Muero de hambre.—Alicia se quejó.—Podemos ir al Mystic Grill.—¿Que es eso.—Pregunté.—Un restaurante que está en el centro de la ciudad.—Me contestó Elena.—Vámonos.—Damon camino hacia el auto.

De camino al tal restaurante, Pasamos a qué me comprará un teléfono. Es una cosa tan extraña que sirve para hacer llamadas, mandar mensajes y más cosas que casi no entendí. Alicia y Elena me enseñaron a usarlo. Unos minutos después habíamos llegado al restaurante.

—¿Como es que no sabes que es un teléfono?—Damon pregunto mientras todos nos sentábamos en una mesa.—Bueno es que... La verdad es que estuve secuestrada muchos años y en ese entonces no existía nada de eso.—¿Quien te secuestro.—Stefan frunció el ceño.—No lo sé unas personas que sabían que era vampiro y querían experimentar conmigo.—Mentí.

—¿Cuanto tiempo estuviste secuestrada?—Damon pregunto.—¿Que les ofrezco de tomar.—Una mesera nos interrumpió.—Lo siento, tengo que ir al baño.—Aproveche la distracción para evitar las preguntas.

Cuando encontré los baños entre rápido y cerré la puerta con seguro.

Eso estaba pasando otra ves...

Cuando me ponía nerviosa, tenía miedo o estaba triste, dejaba de respirar, no podía hacerlo es como si mi corazón se detuviera. Y es extraño porque yo ya estoy muerta sesupone que no siento nada.

Tenía tantas emociones, La preocupación de salvar a Alicia, Mi reencuentro con Elijah.

Cuando logre calmarme me mire al espejo y me peine un poco el cabello con los dedos, salí de los baños para ir con los chicos.

Destino Donde viven las historias. Descúbrelo ahora