XXIII- No es tan culpable

99 6 0
                                    

| James |

— ¡Dime!, ¡qué es lo que tramas con ese imbécil de Yojhan! ¡Ya le dijiste quien soy!, si claro, seguramente ya lo dijiste.

Eren, — ¡James, clámate!, ¡mi madre nos puede ver!

— ¡Y qué!, ¡esa mujer ni siquiera es tu madre. ¡Respóndeme!, ¡qué es lo que planean hacer con mi amigo!

Eren, —¡No sé, ya te lo dije!. ¡Me estas lastimando!

— Vaya, pareces una niña, tan rápido te cristalizas. ¡Cuéntame, de dónde aprendiste a actuar tan bien!. ¡Quieres engañarme poniendo esa cara de sufrimiento!, ¡ha!

Eren, —¡James, me estás haciendo daño suéltame!

— Enserio, ¿te estoy haciendo daño?, vaya, si solo estoy tomándote de los brazos, creo que he sido suave hasta ahora.

Eren, — ¡James, yo no sé nada, por favor créeme!

— ¡No te creo!, ¡ustedes son como arpías!, ¡siempre están al acecho! ¡Dimeee ...

— Chicos, ¿Qué pasa?

Eren, — ¡Mamá! no nada, solo estamos jugando.

— Ha, si señora, estábamos jugando, no es nada.

— Bien, entonces bajen para cenar, ya está todo listo.

— Gracias.

Cuando escuche la voz de esa mujer de inmediato solté los brazos de ese idiota, odio que se haga el tonto, me dan ganas de golpearlo tanto al punto de hacerle lo mismo que le hicieron a Sky, pero no lo hare, sé controlarme, y sobre todo no soy como ellos.

De alguna manera voy a lograr que me diga la verdad, tiene que ceder de algún modo, si no es por las buenas será por las malas.

| Eren |

¡Siempre ha sido White!, ¡siempre fue él!, ¡me pregunto cuando alguien se preocupará por mí!, me duele lo que hace James, no es la fuerza con la que me agarro, ni el golpe que me dio contra la pared, son sus filosas palabras, la furia con la que me grita, su mirada fulminante, como si yo hubiera golpeado a White, está bien, lo observé, pero jamás lo toque. Me pregunto por qué me tiene que gustar una persona que me odia. El color verde de mis brazos me recuerda al dolor del rechazo, a esa grieta que me carcome el alma, me muestra la realidad, pensé que James comenzaba a confiar en mí, pero me doy cuenta que solo está utilizándome para tener un lugar donde vivir, sin embargo, no puedo hacer nada, prefiero que me lastime a mí a que se lastime a sí mismo.

— ¿Estás bien hijo? Por qué te pusiste esa casaca, hace mucho calor. - Pregunto mi madre intrigada, pero obviamente no podía contarle lo que había pasado, entonces solo le dije que así me sentía cómodo, pude sentir la mirada amenazante de James sobre mí desde el extremo de la mesa.

— Bueno, pero si te sientes resfriado dime cariño, te llevare al hospital, mañana tienes examen.

— No te preocupes mamá, estoy bien.

Cuando terminamos de cenar, cada quien fue a su habitación, yo en la mía aún estaba triste por lo que paso, solo pude sentarme a pensar en mi desdicha, en lo injusto que fue él; de pronto escuché un pequeño golpe en la puerta, así que me puse de pie y abrí desganado.

— ¡James!

— ¿Cómo están tus brazos?

— ¡Ha!, ... bien.

— Toma esto.

Recibí la pomada mientras vi cómo se marchó sin decir nada más, en ese momento el pequeño frasco curo todos mis dolores, lo tome y lo pase sobre las marcas que me dejo. Fui a dormir sosteniendo aquella pomada como un tesoro, era lo primero que él me había regalado. Tal vez me haya hecho sentir mal, pero el James que amo aún vive en su corazón, no puedo odiarlo.

| James |

No puedo quedarme sin hacer nada, ¡haaa!, pero odio estar en esta situación, quiero salvar a Sky, quiero poner un muro entre él y el mundo, quiero ser el único que tiene acceso a su vulnerable ser, sin embargo, ni siquiera puedo cuidarme a mí mismo, ahora estoy en la nada, sin dinero, sin familia, ni amigos cercanos, el único que me importa está en blanco, ni siquiera me recuerda, y mi madre por más que la defiendo de todo, aun me pongo a pensar que no me quiso lo suficiente como para quedarse con vida junto a mí, al final ella me dejo sin pensarlo.

Hoy, al ver la cara de miedo y dolor de ese chico inútil me sentí extraño, al principio pensé que solo era actuación, pero cuando no me acuso con su madre, cuando se fue a su habitación resentido y se quitó esa casaca vi las marcas en sus brazos, me culpe, me culpe como nunca, por más que intento ser duro, no puedo, aun me siento miserable, seguramente así se sienten las personas que hacen daño a los demás por primera vez.

Quiero ser como ellos, quiero ser manipulador, quiero herirlo como lo hizo con mi amigo, pero en cuanto más lo intento más tengo miedo, no quiero verme en el futuro tras una cárcel, no quiero ser un criminal sin remordimiento, no quiero herirlo pero tengo que hacerlo.

🍂El dolor del casi algo🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora