Gokú se encontraba en una sesión de adoración con un adorador francés de unos 45 años. Después de que el Dios posó para él usando una ajustada tanga con estampado de leopardo, este adorador solicitó al Dios que se recostará boca abajo sobre la cama, y se moviera como si estuviera follando a alguien. El Dios Musculoso puso su formidable cuerpo gigante sobre la cama y comenzó a frotar su bulto contra el colchón. "Aaaaah, aaaaah, ssss, sí", gruñía mientras hacía sensuales movimientos como si estuviera penetrando a una persona imaginaria que, inmediatamente, tuvo rostro de Darwin en la mente del titán.
El adorador caminaba alrededor de la cama mirando y tocándose, mientras pasaba ligeramente su mano por el cuerpo de Gokú. Su gran espalda que cubría casi toda la cama, sus glúteos que se contraían y rebotaban al ritmo de los movimientos de su pelvis y sus piernas que se ponían duras con el esfuerzo al moverse, ofrecían un espectáculo sumamente erótico. "AAAAH, AAAAH", gemía y gruñía el Dios musculoso mientras frotaba su gran pene, oculto bajo la tanga, contra el colchón, al tiempo que abrazaba una almohada bajo su cuerpo. En su mente Darwin gemía y se retorcía de placer.
La respiración de Gokú aumentó así como la velocidad de los movimientos circulares que hacía con su pelvis para darse placer con el colchón. "AAAAH, AAAAH", la sensación en su pene era deliciosa y más al imaginar al dulce Darwin recibiendo aquellas embestidas. Casi a punto del clímax, Gokú recordó que estaba en una adoración regular y no debía eyacular. Así que se detuvo y observó a su adorador que ya estaba exhausto sobre un sillón. La imagen y sonidos que Gokú le ofreció fueron tan excitantes para él que había terminado hace varios minutos, pero Gokú había continuado su espectáculo pensado en Darwin.
La sesión finalizó y Gokú se dirigió a su habitación sumamente excitado y con su pene duro como roca a punto de reventar la tanga de leopardo. Al entrar se colocó frente al espejo listo para admirarse a sí mismo y descargar la porción de semen que ya humedecía su tanga cuando, de repente, fue llamado por Ulrich a su oficina. "No puede ser, ¿ahora qué?", dijo el Dios frustrado, pero Ulrich era el jefe y debía acudir a sus llamados. Gokú tomó nuevamente su bata del suelo, se la colocó y fue a su encuentro.
"Buenos días, Dios Gokú", dijo Ulrich al recibirlo, sin levantar la mirada de unos documentos y con un tono frío. "Buenos días", dijo Gokú, extrañado por la actitud del anciano que, en otras ocasiones, lo saludaba con algún cumplido: poderoso, imponente, soberbio, etc. Al viejo le gustaba resaltar las cualidades de los dioses. El musculoso tomó asiento en la silla frente al escritorio de Ulrich y éste respiró profundo antes de tomar la palabra.
"Dios Gokú, lamento que sea necesario recordarle que los Dioses Musculosos son seres superiores que deben resguardarse en este recinto sagrado, lejos de la mirada de la gente común y apartados del mundanal bullicio, y que las pocas salidas que se les permiten son un beneficio que deben cuidar con la mayor atención", dijo en tono serio. "¿Qué sucede?", respondió el Dios con el alma ya fuera del cuerpo por el susto, pues ya sabía a qué venía este reclamo.
"He recibido unas imágenes inquietantes de usted en un balneario muy concurrido. Estas fotos, entiendo, están circulando en diversas redes sociales por el impacto que su físico causó en los presentes. Por favor, explíquese", continuó Ulrich con la reprimenda. Gokú, resignado a que era imposible ocultar el hecho ante la existencia de fotografías y videos, respiró y dijo, "lo siento Ulrich, fue una salida por una ocasión especial, no volverá a suceder". Ulrich no parecía satisfecho con la explicación y parecía más enfadado.
"Tengo entendido que, además de estas, ha tenido salidas muy frecuentes últimamente", recordó el anciano. Gokú de inmediato contestó "¡PERO HAN SIDO A LUGARES MENOS CONCURRIDOS!" Ulrich negó con la cabeza, "lo siento Dios Gokú, pero se le ha dado la confianza de abandonar libremente el Templo y ha abusado de este derecho. Creo que es natural sentirnos traicionados y en la necesidad de aplicar una sanción ante esta falta. Así que sus salidas quedarán canceladas por dos meses", dijo Ulrich. "¡QUÉ!, ¡NO, NO PUEDE SER!, ¡DEBO SALIR NO LO ENTIENDES!", gritó alterado el Dios Musculoso.
ESTÁS LEYENDO
Gokú y el Templo Musculoso
FanfictionAgobiado por la falta de empleo y dinero con los cuales sostener a su familia, Gokú recibe una invitación para trabajar en un misterioso "Templo musculoso", un lugar dedicado a la apreciación de los físicos más imponentes del planeta... y al placer...