El olor a cigarrillos y alcohol vagaba por todo el lugar, acompañado de la música que resonaba y hacía casi temblar las paredes. Las luces de neón parpadeaban, creando sombras danzantes que se movían al ritmo de la música.
Era ya de madrugada, pero a pesar de eso, el lugar estaba repleto de gente. Mujeres bailando con una energía desbordante, hombres tomando y drogándose, buscando a una fémina que los hiciera divertir esta noche. Y después estaba yo, sentada en una esquina junto a dos amigos de mi hermano, Park Jongseong y Park Sunghoon. Los tres amigos de la infancia compartían edad, misma universidad, iban a las mismas clases y, por si fuera poco, pertenecían al equipo de baloncesto, mi hermano siendo el líder como siempre.
Bostecé aburrida, recargándome en mi asiento. Amaba las fiestas; sin embargo, eran tan monótonas que ya no me parecían divertidas, y estos tres hombres no me ayudaban, solo hablaban de deportes y esas cosas.
Crucé mis manos al igual que mis piernas, miré la hora y eran exactamente las 3 a.m. Mañana tenía clases, ¿me importaba? Sí, pero por alguna extraña razón quería permanecer aún en este lugar por alguna extraña razón.
Vagué mi vista por todo el lugar para entretenerme un rato. Gente bailando y riéndose, otras besándose y toqueteándose más allá de lo habitual. Podía sentir una pesada mirada sobre mí, pero no lograba ver de qué o quién se trataba. Era tanta la multitud que no podía ver más alrededor.
— Traeremos más bebidas, Haerin. — Me avisó mi hermano, Jaeyoon, mas conocido como "Jake" — No te escabullas.
Rodeé los ojos y asentí.
Los tres se levantaron de la mesa y caminaron al barman que estaba en el lugar. Ahora estaba sola y peor de aburrida.
La multitud comenzó a esparcirse y fue ahí cuando capté unos ojos marrones posados en mí. Sin una expresión, solo mirándome. No pude distinguir quién era por la distancia que había entre los dos, pero estaba segura de que no me parecía conocido. Nunca lo había visto en mi vida. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda, como si esos ojos pudieran ver a través de mí, desnudando mis pensamientos más profundos.
Decidí no darle más importancia y me recosté en mi asiento, tratando de ignorar la sensación de inquietud que me invadía. Le di un trago a mi bebida esperando pacientemente a mi hermano para decirle que quería largarme de aquí; empezaba a incomodarme un poco el hecho de que un desconocido me mirara tanto.
Pasaron unos minutos y Jake aún no regresaba. Estaba por irme a buscarlo cuando de pronto una mano fría se posó en mi brazo. Me di media vuelta para observar quien me tocó y darle una paliza pero me quedé helada al ver que era la persona que tanto me miraba todo este tiempo.
— Hey. — Pronunció con una sonrisa mostrando ligeramente los dientes.
— ¿Nos conocemos? — Le pregunté alzando una ceja mirándolo a los ojos.
— No, pero podríamos hacerlo. — Respondió lamiendose la comisura de sus labios.
Solté una risa nasal y no pude evitar observarlo de abajo a arriba. Era apuesto, más bien jodidamente sexy. Era alto, con un cuerpo delgado pero visiblemente trabajado. Dirigí mi mirada a su rostro otra vez, analizando cada parte de él. Llevaba unos piercings en cada oreja, pequeños aros plateados que brillaban bajo la luz. Su cabello, de un rojo vino oscuro, estaba ligeramente desordenado, lo que le hacía ver aún más guapo. Sus cejas, ocultas parcialmente por su flequillo que caía sobre ellas, eran oscuras y bien definidas, enmarcando unos ojos profundos que parecían esconder secretos. Sus ojos, de un marrón oscuro casi negro, tenían una intensidad que me hacía sentir como si pudiera ver a través de mí. Su nariz era recta y proporcionada, con un ligero toque de arrogancia. Sus labios, ligeramente rosados y llenos, se curvaban en una sonrisa que podía derretir a cualquiera. Su mandíbula era fuerte y bien marcada, dándole un aire de determinación y misterio. Incluso su piel, pálida y suave, parecía perfecta bajo la luz tenue del lugar.
— ¿Te comieron la lengua los ratones o qué? — Mis pensamientos fueron interrumpidos por su voz, profunda y ligeramente burlona.
Sabía que este tipo solo era un cazador de mujeres con solo verle la cara: una sonrisa arrogante y ojos que brillaban con una confianza excesiva. Reí por lo bajo, sintiendo la música retumbar en el fondo y las luces de la discoteca parpadear a nuestro alrededor.
— Lo siento, pero no me llama la atención conocer a hombres como tú. — Respondí, cruzando los brazos y levantando una ceja. La música retumbaba a nuestro alrededor, y las luces parpadeantes de la discoteca creaban sombras danzantes en su rostro.
Él soltó una carcajada que resonó por encima del bullicio, sus ojos brillando con diversión.
— No creí que se me notara tanto. — Vi cómo se acercaba un poco más a mí, su aliento a alcohol mezclado con un perfume fuerte y amaderado invadiendo mis sentidos. Su proximidad me hizo retroceder un paso instintivamente. — ¿Cuál es tu nombre?
— Te dije que no quiero conocerte, ¿por qué insistes?
Se acercó a mi oído haciendome estremecer por el contacto de su pecho con el mío.
— Que tú no quieras conocerme no significa que yo tampoco quiera conocerte a ti. — Susurró con voz ronca.
Sabía que intentaba provocarme y efectivamente lo estaba haciendo, pero yo no era una presa fácil. Tenía mis límites.
— Lo que quieres será en vano, porque no te diré nada sobre mí. — Le susurré en su oído y me aparté de él rápidamente.
Me sentía acalorada, esa conversación por alguna razón me dejó agitada. El aire de la discoteca se sentía denso y cargado, mezclado con el olor a sudor y perfume barato. Me metí entre la gente, esquivando cuerpos danzantes y luces estroboscópicas, para buscar a mi hermano. Lo vi recargado en la barra, con una cara de decepción que rápidamente cambió a una expresión de sorpresa al verme.
— Quiero largarme de aquí, Jake. Estoy aburrida y mañana hay clases. — Dije, tratando de hacerme oír por encima del estruendo de la música.
— ¿Desde cuándo te importan las clases? — Se rió, sus ojos brillando con incredulidad.
— Desde que mamá y papá discutieron por mi futuro y me quitaron todo, incluyendo mi celular. — Le recordé, cruzando los brazos.
Él soltó un suspiro y sacó su celular del
bolsillo.— Te pediré un taxi, nosotros aún nos quedaremos.
— Perfecto, por mí haz lo que quieras. — Le respondí, girándome para dirigirme a la salida y esperar el taxi. Jake les dijo a los chicos que esperaran las bebidas y caminó detrás de mí, siguiéndome de cerca.
No pude evitar girar a los lados, intentando buscar a ese hombre. Tenía curiosidad sobre él, por muy extraña que fuera la situación. Había tenido muchas experiencias con chicos queriéndome llevar a la cama, pero con ese chico fue distinto. Tal vez se le daba mejor a él que a cualquiera. Lo vi hablando con otra chica, ambos riéndose y mirándose pícaramente. Él la sujetaba de la cintura mientras ella se inclinaba lentamente hacia sus labios. Dejé de mirar y volví mi atención al frente, saliendo del lugar.
Lo de que quería conocerme era solo una mentira y eso estaba claro.
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hearts intertwined ୨ৎ heeseung
FanfictionHaerin siempre había vivido a la sombra de su hermano mayor, Jake. Mientras él brillaba en la cancha de baloncesto y en los estudios, ella se sentía invisible en su propia casa y escuela. Sus padres, orgullosos de los logros de Jake, apenas notaban...