Me desperte antes de que Lirick, mi cabeza estaba apoyada en su pecho me di cuenta de que los dos estábamos desnudos y lo único que nos tapaba era la manta. Sabía que me había equivocado y no tendría que haber echo el amor con el. Me asuste y me levante de la cama sin despertarlo, me puse una bata y me fui a la ducha. Cuando salí Lirick aun dormía, Srhas ya había entrado en la habitación y me había dejado el vestido en la silla como siempre. Me puse el vestido. Mientras yo me estaba poniendo mis manoletinas Lirick despertó. Yo no lo mire, Lirick soltó un gruñido cuando se estiro.
-Ah, ya estas despierta - dijo Lirick frotándose los ojos.
-Si... - dije con un tono serio. Me termine de poner las manoletinas y me fui a mi tocador a peinarme. Lirick se levantó y se puso su ropa, yo lo miraba atraves del espejo mientras me seguía peinando. Yo me segui concentrando en peinarme pero seguía pensando en lo que hice con Lirick y me dejé llevar. Lirick se me acerco por detrás me rodeo con sus brazos musculosos por las espalda acercándome a él y me dejó un cálido beso en el cuello. Me hice aún lado y le quité sus brazos de mi cintura.
- ¿ Que pasa? - dijo Lirick con el ceño fruncido y extrañado.
- Nada - dije sería
- No, dime que te pasa.
Suspiré y me giré para mirarlo de frente.
- Lo que pasó ayer estuvo mal, vale? No quiero que vuelva a pasar.
- Que? - dijo Lirick aun frunciendo el ceño.
- Lo de ayer fue solo una cosa de una noche... no volverá a pasar... me dejé llevar, nada más...
- Que te dejaste llevar? - soltó una pequeña risa un poco irónica. - pues para mí no fue solo de una noche, ya te digo yo que fue el mejor que he echo en mi vida.
- ¡Pues para mi no, Lirick ! - dije molesta - Estoy comprometida con el príncipe, no me puedo enamorar de ti. - Yo tenía los ojos llorosos, no quería mostrar lo que sentía. Me odiaba a mi misma por haberlo echo, no sabía lo que sentía en eso momento pero sabía que estaba mal. - Lo siento, Lirick... pero no puede haber nada entre nosotros. - no le di tiempo a que contestara y empecé a caminar hacia la puerta, me giré para mirarlo y pude ver la tristeza y la decepción en sus ojos, pude ver que el brillo que siempre tenía en sus ojos había desaparecido. Sin dejar que me afectara salí de la habitación dejándolo solo allí con la tristeza que envidia ej su interior. Fui con la cabeza alta mientras caminaba por los pasillos.
Yo no podía estar enamorada de Lirick, esta mal. Dios como fui tan tonta, yo debía estar enamorada del príncipe. Tenía ganas de llorar pero no sabía porqué era... Le rompi el corazón a Lirick, pero sabía que eso ni iba ningún lado. Vampiro y humana?
Por dios estaba loca si pensaba eso. Y que pensaría la gente sobre mi? No, no... no puedo estar con Lirick.
Me calme y llegue como si nada al comedor acompañada de un guardia. En el comedor me esperaba el príncipe Anthony. El levantó la mirada el periódico y me dedico una sonrisa. Se levantó de su asiento y camino hacia mi dando unas grandes zancadas. Cuando estuvo enfrente mia le devolví la sonrisa e hice una reverencia.
- Buenos días, preciosa - cogió mi mano en un agarre suave y delicado. Deposito un largo beso sobre ella mientras me miraba a los ojos.
- Buenos días, alteza - sonreí e hice un pequeño asentimiento con la cabeza.
- Estas preciosa, como siempre. - soltó mi mano y me hizo un gesto con su mano para que me sentará, me acerque a la silla y el la hizo hacia atrás. Me senté y el la acomodo para que yo estuviera bien puesta. Se volvió a sentar en su sitio y me mantuvo la mirada con una sonrisa traviesa por un momento. Sin desviar la mirada ni un segundo de mis ojos le hizo un gesto a Srhas que estaba sosteniendo una bandeja de plata que contenía una taza y una tetera. Srhas se acerco a mi con una expresión de angustia y preocupación, me puso la taza blanca con dibujos de flores de color rosa palo y verde clarito. Cogió la tetera que era igual que la taza. Empezó a servir el líquido en la taza, el líquido era de un marrón oscuro que supuse que era café como el que me daban todas las mañana. Srhas no me miró en ningún momento. Mientras ella me servía me echo una mirada de reojo, después desvío la mirada.
- Lo siento - dijo ella sin mirarme y volvió a donde estaba antes. No entendí porque me dijo eso pero no le di mucha importancia. Me quede mirando el líquido marrón que contenía la taza, olia bastante a café pero había un olor fuerte en el, supuse que era café negro y que por eso olia fuerte. El príncipe Anthony carraspeo para llamar mi atención, levante mi mirada de la taza y le mire.
- Bebe. - dijo serio pero sin quitar esa sonrisa traviesa de la cara. Se me hizo extraño que me pidiera que bebiera.
- Eh... ¿Porque? - funci el ceño.
- Quiero que lo pruebes... te hará bien,bebe - mantuvo esa sonrisa mientras que tomaba un sorbo de su taza. Mire la taza y el líquido marrón que contenía, cogí la taza con las manos temblorosas. ¿Porque estaba temblando? ¿tenía miedo?
Me lleve la taza a los labios y el líquido rozó mi labio inferior. El príncipe Anthony me miraba con mucha atención, finalmente tomé un pequeño trago. Sentí el líquido bajar por mi garganta, por un momento pensé que me pasaría algo.
- ¿Esta bueno?
- Em... si, si - dije un poco nerviosa.
- Me alegro, termina de comer... después vamos a dar un paseo. - asentí y empecé a comer mis tostadas.
Nos pasamos todo el desayuno sin decir una palabra. Me bebi toda la taza y empecé a sentir como un nudo en el estómago. Terminamos los dos de comer, el príncipe Anthony me miró y puso su brazo sobre la mesa.
- Has acabado, querida ?
- Eh? Oh, si, si...
- Bien... - se levantó de su silla y camino hacia mi. Se quedó de pie a mi lado y me ofreció su brazo. - Vamos, querida... quiero dar un paseo con mi preciosa prometida. - Sonrei y me puse de pie, cogí su brazo y el me dio beso en la frente. Empezamos a caminar, salimos del comepdor. Íbamos por el pasillo, detrás nuestra iban dos guardias y Srhas con ellos. Ella se veía preocupada y nerviosa. El príncipe Anthony iba tranquilo mirando hacia el frente. Llegamos al jardín por la parte detrás. Era un gran sendero de flores que formaban el símbolo real, en un laberinto. Empezamos a caminar por el en silencio disfrutando del día que hacia. El sol iluminaba todo el jardín, sus rayos fuertes y calientes, sentía que su calor me besaba la piel. El clima era perfecto, el sonido de los pájaros que era casi como una música que se mezclaba por el aire, las hojas de los árboles y las flores se movían al compás del canto de los pájaros, en una danza perfecta. Me podía quedar ahí toda la vida, ese momento era perfecto, me quería perder en ese canto precioso, quería poder tocar las nubes ha hacían perfectas figuras en el cielo. Ahí con el príncipe Anthony de su brazo con ese paisaje, era lo mejor no me quería ir nunca de ese lugar. El príncipe Anthony se acerco a mi oreja y me susurro, podía sentir su aliento chocar contra mi oreja.
- Wendy, querida... - salí de mis pensamientos y lo mire.
- Si?
- Te quería recordar que mañana tenemos el baile en Cleverland y es nuestra primera presentación como pareja real. - suspiro y me miró a los ojos. - Se que lo harás bien, no hables con nadie y solo responde a las preguntas que te hacen... Se buena y comportarte mañana. - dijo con una sonrisa.
- Oh, eh, si claro, no te preocupes. - sonrei. El me dio un beso en la frente.
- Eres preciosa, sabías? - sonrei y le mire a los ojos. Empecé a sentirme mareada, los ojos me pesaban, sentía que mi cuerpo se derrumbaba poco a poco.
- ¿Te encuentras bien, querida? - dijo el príncipe Anthony con una pequeña sonrisa.
- Em... si, claro. - menti, pero no mostré ni nervios ni lo que sentía. El no respondió y seguimos caminando. Segui sintiendo esa misma sensación, pero ahora sentía que tenía que pedirle pedirle permiso a cada pie para caminar. Todo me daba vueltas y empecé a mirar todo borroso, no podía más y sin que pudiera decir palabra cai al suelo.
- ¡Wendy! ¡Querida! - escuche los gritos del príncipe Anthony. Deje de escuchar con claridad, apenas veia, sentía que me movían pero no sabía quien era. Lo único que escuchaba eran palabras sueltas.
- Que... porque le... no puede ser... - hice un esfuerzo para escuchar.
- Que le has echo? - reconocí la voz, era Lirick, mi Lirick, quería hablar, quería poder decirle que estaba bien y que no se preocupara por mi.
- No le he echo nada, se ha caído al suelo! - se excusaba el príncipe Anthony. Conseguí abrir los ojos pero seguía mirando borroso, conseguí enfocar la vista y pude ver a Lirick de cuclillas a mi lado tocándome el brazo, abri mi mano y la acerque lentamente a la suya entrelazando mis dedos con los suyos.
- L-lirick... - dije con voz temblorosa y baja.
- Estrellita, estoy aquí, estoy aquí... shh, tranquila... - dijo con voz tranquilizadora mientras me acariciaba los nudillos con su pulgar y me miraba a los ojos.
- Porfavor... n-no t-te vayas...
- No me iré, no te preocupes, estoy aquí, estrellita - no pude decir palabra, los ojos se me cerraron, dejé de escuchar y de mirar, casi desmayada. Sentía como si estuviera atrapada en mi interior como si mi alma no estuviera en mi.