capitulo 44

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+18!!

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A veces las cosas no se dan como uno piensa, a veces la noche no termina como uno creería.

Es por eso que en el asiento de atrás del taxi que había llamado se encontraba un Enzo mirando hacia la ventana con una sonrisa plasmada en su cara por haber conseguido lo que quería.

—No sonrías, no es gracioso, Enzo Jeremías— la voz seria de Julián hizo que el morocho largara una pequeña carcajada. —¿Por quéee?— dice alargando la <<e>>, lo mira a los ojos y le agarra la mano. Enzo está feliz porque después de una semana sin verse ahora están juntos, compartiendo un auto que los llevará hasta su casa, como la primera vez.

Julián trató, en serio trató de negarse pero era débil. O el extrañar tanto a quien fue su novio lo hizo aceptar tan fácilmente.

No era un pecado.

Tampoco sería la primera y última persona que cae por los encantos de su exnovio o su novio, todavía no sabía cómo dirigirse a lo que eran actualmente.

Llegados a la casa de Enzo, fueron directamente a la habitación del morocho —Sabés cómo extrañé tenerte acá conmigo— los brazos del morocho le rodean la cintura mientras le da un beso en sus labios. Julián no lo diría pero tambien lo extrañó, extrañó todo: estar con él y su mamá tomando mates, dormir abrazados y el sexo por supueto.

Siguieron besándose, expresando en esas caricias lo mucho que se amaban y lo mucho que se añoraban.

Enzo los arrastró hasta su cama aún con sus labios puestos en los de Julián, él abajo y su castaño encima. Poco a poco la ropa iba desapareciendo de sus cuerpos para terminar en el piso de la habitación.

Con ambos frotándose entre sí y sus bocas largando pequeños gemidos, el calor comenzó a elevarse y el frenesí de las caderas del castaño empezó a ser más rápido.

—Quiero sentirte dentro— le susurra Julián a la oreja del morocho. Enzo no pierde el tiempo y lentamente introduce su miembro en el agujero del castaño quien suelta un leve gemido con sus ojos cerrados y su boca entreabierta.

En estos momentos no le importa no haberse puesto protección, no le importa el estado de su relación y no le importa el riesgo que corren, solo quiere sentir las paredes del agujero de su Julián rodear su miembro, apretarlo. Por más veces que Enzo lo haya cojido no se estiraba y lo vuelvía loco lo apretado que se encontraba siempre.

Sus posiciones cambian y ahora es el castaño quien se encuentra debajo, con sus piernas dobladas a la mitad y el cuerpo de Enzo encima, entrando y saliendo.

Los gemidos que largan son música para los oídos de ambos —Más profundo mi amor, por favor—, le suplicó Julián con un <<mi amor>> escapando de sus labios. Aquello exitó aún más al morocho que hizo lo que le pidieron.

Las embestidas más profundas, los cuerpos más sudados y los gemidos más audibles.

—¿Así te gusta?— lo provocó Enzo —¿Eh? ¿Que haga lo que me digas?— Julián solo asiente, sumido en un espacio de deseo y excitación. —Respondeme.

—Sí sí, me encanta— la voz aguda y sus ojos aun cerrados, disfrutando de cómo Enzo lo tomaba, lo manejaba, lo amoldaba a su gusto.

—Quiero que te vengas antes que yo y sin tocarte ¿Si?— El tono demandante de Enzo hacía que la boca del castaño largara gemidos. —¿Si?— le repitió, dejándole claro quién mandaba en esa cama, a ese cuerpo cuando estaban desnudos.

Con un asentimiento Julián responde —Si si— aun sumido en la lujuria.

—Así me gusta.

El movimiento comenzó a aumentar y el ruido de sus pieles chocando podía sentirse del otro lado de las paredes. Los gemidos de Julián tampoco quedaban atrás.

Sabía que el castaño se estaba por venir por eso comenzó a ir más profundo de lo que ya estaba. Sus caderas se movían rápidamente provocando que el cuerpo de Julián se moviera para arriba y abajo y que su cola rebotara contra sus piernas.

Miró hacia el techo y siguió con sus embestidas hasta que los lloriqueos del castaño frenaron habiendo llegado al clímax. El siguió abusando de aquel agujero intentando buscar su propia liberación.

Cuando el líquido blanco llenó sus paredes hasta desbordarse fue que sacó su miembro, todavía sumido en un deseo incontrolable recogió un poco de su semén y con los dos dedos lo llevó a la boca de Julián quien la abrió gustoso esperando saborear aquel delicioso esperma.

Sus ojos cerrados y su lengua lamiendo con ímpetu hasta dejar limpios ambos dedos.

—Mi putita codiciosa— lo llamó Enzo agachándose para darle un profundo beso y sintiendo el sabor de sus propios jugos.

Se recostó atrayendo al castaño a su pecho como siempre, —te amo— habló el castaño dejando un beso entremedio de su torso.

—Yo te amo más.— le respondió el morocho dejando un beso en aquellos rulos hermosos que tanto le fascinaban.

Esto no cambiaría nada, Julián lo sabía, Enzo lo sabía. Ambos lo sabían.
































buenas nochessss lo feliz que estoy por el partido de hoy!! hermosos goles hermosos chicos. tenes que cerrar el estadio🫦🫦👏🏻

it's heroin but this time with an E; au julienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora