20- 𝘼𝙩𝙧𝙖𝙘𝙘𝙞ó𝙣

128 8 5
                                    


Mis fosas nasales se inundaron de un olor delicioso, obligándome a despertarme, me estiré perezosamente y no reconocí la cama donde estaba tumbada, a medida que pasaba el tiempo empecé a recordar lo que me pasó la noche anterior, era surrealista.

Miré alrededor, no veía a aquel tipo tan raro de anoche, busqué cualquier cosa que pueda usar como arma.

Me levanté silenciosamente, se escuchaba como cocinaban, caminé lentamente y me asomé por la puerta, estaba de espaldas a mi, perfecto.

- Deja la lámpara y siéntate a comer - me ordenó aquel tipo de ayer, estaba a unos pocos metros de él con la lámpara preparada para darle en toda la cabeza.

Me sentí humillada, me había preparado muy bien aquella caminata silenciosa y estaba preparándome una buena lucha.

Dejé la lampara en la isla de mi lado, y me senté, no sabía que tenía tanta hambre hasta que aquel tipo se acercó a mi y colocó un plato de comida enfrente de mi.

Colocó el plato, y se quedó paralizado, yo también, inconscientemente me giré un poco, para poder mirarnos, estábamos a centímetros, y nos atraiamos como dos imanes, nos vimos extrañados, se que el también sentía lo mismo, y ninguno de los dos podíamos explicarlo.

Se alejó lentamente y se sentó enfrente de mi, lo agradecí después de aquel momento tan raro.

- como se que no me quieres envenenar? - me crucé de brazos y me negué a comer.

- te queremos viva, y nuestra principal misión es convencerte, no obligarte a nada - me explicó con su cara de pocos amigos - y eso nos obliga a ser amables y atentos contigo - eso tenía más sentido.

Empecé a comer bajo la mirada de aquel tipo, como si me fuera a escapar en cualquier momento, me había dejado varios platos de comida por la mesa, y empecé a probarlos todos.

Me acabé el plato de tortitas y quise probar las fresas con chocolate, Choso empezó a recoger la mesa mientras me comía la fresa, al llevar chocolate se me desparramó todo, y parecía una niña pequeña lamiéndome por fuera de los labios y mis dedos, me había manchado toda.

De repente una mano me sujetó fuertemente de la muñeca, y Choso acercó su cara hacia la mía, con su mano libre la posó en mi espalda, atrayéndome a él, me quedé en shock.
Su respiración estaba realmente agitada, sus ojos me observaban como si fuese un pedazo de carne, sus manos buscaban contacto físico con mi cuerpo, y su boca buscaba como loca la mía, que mosca le había picado?

- no vuelvas a hacer eso - respondió, su respiración era muy agitada, no entendía nada.

- que? - me estaba empezando a dar miedo, y estaba realmente confundida, estaban pasando muchas cosas en tan poco tiempo.

Este se alejó respirando agitadamente, y se fué con un paso ligero al cuarto de baño.

- si se te ocurre escapar, ya no seré tan gentil - me amenazó antes de cerrar la puerta de un portazo.

Cuando me vi completamente sola, fui corriendo hacia la puerta de la habitación, sería tan tonto de dejarla abierta? Si

Abrí y empecé a correr como loca, no sabía dónde iba, pero en algún lugar habrá un mapa del motel o algún escondite mínimo.

Paré al ver como no me seguía y encontré un plano del motel, estaba investigando por donde tendría que salir, pero noté una amenaza cerca y mi infinito se encendió por instinto, vi a Choso al otro lado del pasillo, y una linea de sangre que la había parado el infinito.

Con un simple gesto con una de mis manos hice que toda esa sangre que era como una cuchilla vuelva a ser líquida y caiga al suelo por leyes de la física.

Empecé a correr, mierda, no había podido ver cual era la salida, aunque no sería tan fácil, estaría el resto rodeando la zona.

Doblé una esquina y me encontré a Suguru, que me miraba con confusión, mierda, este parece muy fuerte, no podré contra esos dos.

La única opción que vi fue ir corriendo como niña pequeña y colocarme detrás de Suguru, que este estaba flipando, pero se hizo una idea de la situación al ver como Choso segundos después apareció de muy mala uva.

- wow, relaja - Suguru se vio obligado a levantar sus manos en gesto de paz, yo miraba a Choso mal asomándome por detrás de este - que tal si me dejas a mi ahora? - se ofreció, este simplemente me dedicó una última mirada de odio y se marchó sin decir nada.

- será capullo - me quejé, cuando vi que se iba pude soltarme de Suguru y separarme.

- que te apetece si paseamos? - me ofreció con una de sus más sinceras sonrisas - ven, te daré ropa para que te cambies - no sabía que hacer, pero no iba a volver con aquel loco de la sangre.

Me había dado un vestido de tirantes y corto muy veraniego para ser pleno invierno, junto con una chaqueta fina blanca y unas sandalias, que demonios?

Entendí todo cuando de repente aparecimos en una playa.

- es la expansión de dominio de Dagon - explicó al ver mi cara de asombro.

Empezamos a andar y estaban Mahito, Jogo y Hanami. Me sorprendió bastante como hacían vida normal, como si no eran conscientes de lo malas personas que eran.

- Mei! - me llamó Mahito, estaba en el agua - ven a bañarte! - me decía mientras me tiraba agua, me sorprendía como ayer quería matarme y hoy me trataba como su mejor amiga.

- quieres un refresco? - me ofreció Suguru tumbándose en una tumbona, yo negué, estaba realmente sorprendida por este tipo de ambiente con personas tan malas.

Me senté en la tumbona que estaba en medio, a un lado tenía a Jogo y al otro a Suguru.

- como me encanta el verano, a ti no Mei? - odiaba como Suguru era tan amable, como si estuviera aquí por voluntad propia.

- creo que vosotros sois los más inteligentes y fuertes de aquí - expliqué al ver cómo Hanami hacia un castillo de arena en la orilla y empezó a pelear con Mahito cuando esté lo aplastó sin piedad - no se que esperáis haciendo esto - veía seriamente hacia el frente, y no hacía falta ser maga para adivinar sus caras serías - pero no pienso daros lo que queráis tan fácilmente - les advertí.

- lo prefiero así - Suguru sonrió, pero no de la misma forma que antes - así lo disfruto más - su sonrisa siniestra me hizo recorrer un escalofrío por toda mi columna vertebral.

- tampoco creíamos que fueses tan tonta como para darnos lo que queremos con el simple hecho de hacer esto - habló por primera vez Jogo.

- que demonios queréis de mi? - hablé frustrada.

Vi como Jogo miraba a Suguru, y no me gustó nada lo que transmitían sus miradas.

- quiero que tengamos un hijo Mei - soltó Suguru rompiendo ese silencio incómodo.

𝔍𝔲𝔤𝔞𝔫𝔡𝔬 𝔠𝔬𝔫 𝔣𝔲𝔢𝔤𝔬❤️‍🔥 [yuji itadori]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora