Embotellado - Destino final.

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Aquí donde la última copa de vino se acaba, estoy terminando algo que nunca quise que llegara a su fin. 

Ojalá pudiera hacer realidad tus palabras, esas promesas susurradas en noches de pasión y sueños compartidos. 

El sabor agridulce del vino se mezcla con el de mis lágrimas, recordándome que incluso las cosas más dulces pueden tener un final amargo.

Detener el tiempo y quedarnos eternamente en aquella habitación de hotel, los dos abrazados, sintiendo el latido del corazón del otro. Ese momento, congelado en mi memoria, se repite como una película en bucle. La calidez de tu cuerpo, el aroma de tu piel, la suavidad de tus labios... todo se desvanece lentamente, como la niebla al amanecer, dejando solo el eco de lo que fue.

Para mí, la mejor forma de despedirse de alguien a quien de verdad amaste y quien de verdad te amó, es agradeciendo por todo lo bonito. No funcionó lo nuestro, pero sabes, te agradezco por los buenos momentos porque en algún punto de mi vida, fuiste todo lo que yo quise. Fuiste mi sol en días nublados, mi refugio en tormentas emocionales, mi risa en momentos de tristeza.

Gracias por los recuerdos y experiencias tan bonitas:

- Por los besos robados en esquinas de calles desiertas y las caricias que hablaban más que mil palabras.

- Por cuidarme y abrazarme cuando más lo necesitaba, siendo mi fortaleza cuando la mía flaqueaba.

- Por darme la amistad y confianza que pedía, convirtiéndote en mi confidente y cómplice.

- Por sacarme sonrisas cuando más enfadado estaba, transformando mi ira en risas con tus ocurrencias.

- Por las salidas que acababan en una agarrada de mano, esos paseos interminables donde el mundo se reducía a nosotros dos.

- Por las noches de conversaciones profundas, donde nuestras almas se desnudaban sin pudor.

- Por enseñarme a amar sin miedo, a entregarme sin reservas.

- Por los sueños compartidos y los planes que hicimos, aunque ahora queden en el aire como castillos de naipes.

Y por otras mil y una cosas más que llenarían libros enteros si intentara enumerarlas todas.

Lo único que puedo hacer para no olvidar es saborear, sentir lo dulce y amargo que pudimos llegar a ser. Cada recuerdo es un tesoro que guardaré en el cofre de mi corazón, cada momento vivido una joya que brillará en la oscuridad de tu ausencia.

Heráclito decía : 

"El amor verdadero no tiene final feliz, porque el amor verdadero no tiene final". 

Y aunque nuestro camino juntos termina aquí, el amor que sentí por ti vivirá eternamente en mí.

Me despido con el corazón en la mano, agradecido por haberte conocido, por haber compartido un tramo de nuestros caminos. Te llevas una parte de mí, que la vida te sonría, que encuentres la felicidad que mereces.

 Y si algún día nuestros caminos vuelven a cruzarse, espero que podamos mirarnos a los ojos y sonreír, recordando lo hermoso que fue nuestro amor.

Hasta siempre, mi amor de ayer, mi recuerdo de mañana, Lirio de cristal.

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⏰ Última actualización: Sep 06 ⏰

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