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Capítulo 18 La fiesta de las bendiciones ~~~~~~~~~~~~~~~~•~~~~~~~~~~~~
Jordanna era un desastre, por decirlo suavemente. Habían pasado unos días desde que se enteró de que Bonnie y Damon estaban muriendo, aunque en realidad no le importaba una mierda la muerte de Damon, solo cómo había afectado a Stefan.
Su primera visita a Nueva Orleans no debía ser así, no debía comenzar con los tres derrumbándose en cuanto sus miradas se cruzaron al entrar al complejo. Se suponía que Bonnie debía estar allí con ellos, no los tres sollozando por la pérdida de Bennett.
No se suponía que Jordanna viera a Stefan desmoronarse por su hermano.
No se suponía que Caroline estuviera llorando en el suelo del complejo, ganándose miradas extrañadas de los vampiros al pasar.
No se suponía que fuera así, pero bueno, así era la vida. Pasan cosas de mierda y no hay nada que puedas hacer al respecto, en determinadas circunstancias, al menos.
Se emborracharon, una excelente manera de aliviar el dolor de la pérdida de un amigo, todos excepto Jordanna. Ella tuvo que sentarse en Rousseau's a escuchar a Caroline y Stefan reírse entre ellos mientras ahogaban sus penas, tomando tragos
-en honor a Bonnie y Damon.-
Jordanna estuvo aburrida la mitad de la noche; sus pensamientos fueron corrompidos cuando apareció Cami. Mientras le acercaba un plato de papas fritas a la bruja, Jordanna enarcó una ceja y miró a la camarera mientras miraba a la rubia.
-Siempre te dan cuando vienes aquí.- Cami se encogió de hombros mientras limpiaba la superficie de la barra. -Pensé que tal vez necesitarías comer, ya que tus amigos están...- Sus ojos se posaron en Caroline y Stefan, la primera chupando casualmente una bolsa de sangre en medio de Rousseau's mientras el segundo disfrutaba de un bourbon. -Ocupados.-
-Gracias...- Jordanna se quedó callada, incómoda.
Era extraño.
Ella y Cami no se llevaban bien. Pasaban por momentos pequeños, incómodos, pero ¿ser amables? Ser amable no era algo natural para las dos, lo que provocó que Cami murmurara algo incómodo.
-Uh... debería volver a trabajar.- dijo en voz baja antes de irse y darse la vuelta para atender a otro cliente.
Entonces, Jordanna comió sus papas fritas y bailó. Bailó con sus dos mejores amigos hasta que salió el sol, bueno, hasta que su yo muy embarazada pudo soportarlo, y luego lloraron, otra vez. Hicieron más brindis por Bonnie, tuvieron una hora de cuentos muy emotiva y finalmente, después de un día o dos, Caroline y Stefan se fueron.
Lo que la llevó a donde estaba ahora, acostada en la cama como la había pintado el original. Él se quejaba de que ella no pudiera sonreír, o al menos parecer que no quería matar a todo y a todos. Jordanna simplemente esbozó una gran sonrisa en sus labios con rencor. Klaus la despertó mientras estaba ocupado pintando... ¿y esperaba que ella fuera toda sol y arcoíris?
