Jordanna estaba de pie en la barra, sus dedos tamborileaban sobre la superficie con impaciencia mientras sus ojos seguían al camarero que se afanaba en traerle lo que ella había pedido, sus ojos cayeron aburridamente sobre su vaso de agua frente a ella, trazando el borde con los ojos.
Justo cuando le entregó la botella de whisky, Marcel caminó junto a ella y le pidió un vaso de bourbon mientras la miraba de reojo con expresión interrogativa.
Jordanna frunció los labios antes de formar una sonrisa tensa y levantó la botella, agitándola ligeramente.
-No es para mí, idiota.-
Marcel asintió con una sonrisa que le tiraba de los labios:
-¿Cómo estás, J? ¿Cómo está el pequeño J?.-
Jordanna arqueó una ceja mientras se acercaba lentamente para mirarlo a la cara.
-Estoy bien, estamos bien.- Hizo una breve pausa. -¿Y tú, calvo? He oído que tú y la pequeña señorita Perky habéis estado follando.-
Marcel sacudió la cabeza mientras una mirada divertida se dibujaba en su rostro.
-Nai te lo dijo, ¿eh?.-
-Por supuesto que sí.- se burló Jordanna. -Una mujer no puede guardar un secreto.-
Marcel soltó una carcajada mientras la joven sonreía antes de desaparecer entre la multitud. Jordanna se dirigió a la mesa del rincón, donde Klaus estaba sentado solo, apurando lo que quedaba de su bebida antes dedejar el vaso sobre la superficie de madera.
Jordanna dejó la botella de whisky sobre la mesa y arqueó las cejas mientras se sentaba frente a él. Siguió con la mirada a Cami por el salón mientras la rubia se sentaba en el taburete del bar junto a Naomi.
Jordanna suspiró y miró a Klaus, cuyos ojos estaban centrados únicamente en el vaso de whisky frente a él, una fuerte patada en la pierna hizo que mirara a la bruja de cabello azabache con los ojos entrecerrados.
-¿Qué te pasa?.- preguntó Jordanna mientras desenroscaba la tapa de la botella. Klaus frunció el ceño, le arrebató la botella y llenó su vaso. Jordanna levantó las manos en señal de rendición. -En serio, Nik, ¿qué te pasa?.-
Klaus la miró de mala gana antes de que un suspiro escapara de sus labios, dejó la botella sobre la mesa, bebiendo el contenido de su vaso antes de dejarlo también, levantó una mano hasta su barbilla, frotando su barba incipiente con vacilación.
Aunque las continuas patadas en la espinilla fueron suficientes para que su mano libre agarrara su pie a mayor velocidad, Jordanna inclinó la cabeza y le envió una mirada.
