Capítulo 4

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(POV en 3ra persona)

En aquel baño de azulejos verdes, que estaba iluminado por una luz tenue de una linterna, se encontraban dos chicos en una misma bañera. A pesar de tener sus pieles rozándose una con otra, los dos trataban de desviar las miradas y estar lo más lejos posible del otro. Mientras el muchacho pelinegro estaba recargado sobre la tina, el peliblanco estaba sentado con sus rodillas pegadas al pecho, tratando de ocultar su desnudez.

A pesar de haber sido la persona en sugerir la idea de bañarse juntos, Satoru parecía completamente avergonzado, no quería girarse porque sabía que, si lo hacía, vería el cuerpo desnudo de su profesor en todo su esplendor.

-De hecho, esta es la primera vez que me baño con otra persona. -dijo, con algo de timidez en su tono.

-Ya veo... -Suguru de plano estaba en modo automático con respecto a sus palabras, ya que se encontraba ocupado pensando en cosas que sería mejor no mencionarlas.

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-Ven aquí -Satoru estaba acostado en su cama, haciéndole señas a Suguru para que este se acostara junto a él.

- ¿Esto es algo que los amigos también hacen? -se sentó en la cama.

-No lo sé... -Geto se acomodó al lado del ojiazul-. Solía hacer esto con mi hermanito...

-Oh, bueno... -el pelinegro parecía estar lleno de dudas.

-Buenas noches.

-Buenas noches, joven amo.

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¡Satoru-nii!

¡Satoru-nii!

¡¿Por qué me estas abandonando?

¡Satoru!

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- ¡Mghm!

En medio de la noche, el peliblanco se había despertado. Afortunadamente, no había despertado al contrario, quien se encontraba durmiendo plácidamente.

-A veces pienso que eres Suguru... -susurró- Pero no lo eres... ¿verdad? -llevó su mano a la mejilla de Geto.

-Yo no te veo como un hermano, a diferencia de Suguru... Esa es la única diferencia entre ustedes.

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Los días fueron pasando, la amistad entre Suguru y Satoru se iba forjando, tanto que estar juntos era tan normal como respirar aire. Sin embargo, Satoru tenía otras intenciones...

-Su técnica de vals es casi perfecta -dijo, mientras cepillaba aquellos cabellos color nieve-. A partir de hoy, agregaremos variaciones para darle un toque más elegante.

Satoru simplemente se limitó a asentir con la cabeza.

-Ya está listo, joven amo. -sonrió gentilmente.

-Gracias... -miró a Suguru a través del espejo, para ser más específicos, a su melena negra-. ¿Tú siempre te dejas el cabello suelto?

-Sí. -el albino rápidamente se levantó de su silla de madera de roble y obligó al otro a sentarse en ella-. ¿Joven Dominic?

¿Nos volveremos a ver? [SatoSugu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora