Capítulo 19

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Miramos la pantalla del ecógrafo, emocionados y asustados por lo que observamos en la pantalla, luego desvío la mirada a mi esposa que conecta con la mía, en ese instante sus lágrimas brotan como cascadas igual que los míos.

Ana me sonríe nerviosa, negando sin poderlo creer, entendiendo el porque de su vientre tan abultado.

-Felicidades, señores Grey. Tendrán mellizos, niño y déjeme ver si puedo apreciar si es... es una niña -En eso la doctora enciende el altavoz y podemos escuchar el concierto más hermoso que pude haber escuchado; los corazones de nuestros bebés latiendo fuertemente.

Beso a mi esposa, ella me ha hecho el hombre más feliz en la faz de la tierra, lloramos en silencio. Lo que se nos viene será difícil, con esos delincuentes deseándonos lo peor, el clon que me está suplantando, ensuciando mi imagen y ahora Carla también está en nuestra contra. El miedo a perderlos crece en mi pecho, de manera exponencial, solo espero que Ana entienda cuando le pida que trabaje desde casa.

-¿Podría hacernos varias impresiones? Por favor -Ana se me adelanta mis pensamientos.

-Claro que sí. ¿Cuántas impresiones necesitan? -La doctora nos mira a ambos.

-Cuatro impresiones -Le respondo.

Media hora después estamos saliendo del hospital, con todas las recomendaciones del caso; como era de esperar la doctora le recomendó descanso estos últimos cuatro meses a mi terca esposa va incómoda por ese hecho le dije que hablaríamos al respecto en casa, que no mancháramos esta felicidad con una discusión. Lo que sucedió ayer no debe repetirse por ningún motivo, debo de protegerla hasta de ella misma. Mi esposa tiene un nulo sentido de auto protección, tiene un corazón tan grande que se expone ante cualquier desconocido que se le acerque.

Besos su mano cuando ya estamos dentro del auto, ella no me aparta, más sin embargo su mirada está fija en la ventana del auto.

-Nena, sabes que los amo, ¿verdad? -Ella asiente sin mirarme.

-Ana -Ella vuelve su vista hacia mí.

-Lo sé, solo que, que ... -Comienza a llorar y sé que son sus hormonas que la tienen en ese estado.

-Nena, soy consiente que eres una trabajadora empedernida, tanto como yo. Tu salud está en riesgo por tu presión arterial, al igual que nuestros hijos. Puedes trabajar desde casa, los manuscritos te los pueden hacer llegar de forma electrónica. Las reuniones de editores las pueden hacer en nuestra casa. A tu padre le estoy ayudando yo. Y por último hay un grupo de desquiciados que nos quieren hacer daño. Solo queremos lo mejor para ti y nuestros hijos -Me quito el cinturón de seguridad, para acercarme a ella.

La beso con pasión recordándole lo mucho que la amo, hasta que sentimos un golpe en la parte trasera del auto, miro hacia atrás y miro como un auto trata de acercarse a nosotros mientras uno de los escoltas trata de obstaculizarles el paso. El auto tienes todos los vidrios polarizados y no tiene identificación.

-Señor, nos están siguiendo dos autos -Busco el segundo auto.

-Ya me di cuenta, Taylor. Dile a Smith que los saque del camino, a cualquier costo -Les ordeno, mientras mi móvil suena en mi bolsillo.

-Grey -Respondo al número ya conocido.

-Grey, saca a mi hija del camino de esos desgraciados. Mi gente tratará de atraparlos -Frank cuelga antes de que pueda decir algo.

-Taylor, sácanos de aquí. Estamos recibiendo ayuda -Taylor y Luke me miran por el espejo.

-Smith los quiero vivos -Le ordena al susodicho.

Salimos a toda velocidad de la carretera transitada, hasta nuestra casa, nuestro lugar seguro. Todo iba bien hasta que aparecieron esos infelices.

Al llegar, le informo a Gail, que iremos a descansar unas horas; ya Taylor la pondrá al tanto.

EL OTRO LADO DEL ESPEJODonde viven las historias. Descúbrelo ahora