𝟬𝟬𝟮🍻

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¿Cómo es posible que alguien pueda ser tan fácil de convencer?

¿Tiene dolor de cabeza? Sí, siguiente pregunta.
¿Está descansando? La respuesta es... ¡No!

Tan solo después de salir de la tienda para ir hacia su casa se encontró con Jake en su camino.
Tardó una hora entera hablando con Jake sobre que debería ir a festejar con ellos.
Al mirar los ojos de Jake sintió su corazón debilitarse, su niño había crecido demasiado.

Hace poco había salido de prisión y desde aquí podía notar el cabía en él.
Desde que salió aún no han pasado mucho tiempo juntos así que pensándolo mejor no debería rechazar aquello.
No estaría mal pasar el rato junto a los chicos, hace tiempo que no lo hace.

No sabe porqué festejan ni porqué aceptó si aún se encuentra en las peores condiciones para salir.
En realidad sí sabe el porqué pero no lo dirá en voz alta.
De manera inconsciente se alejó de ellos.
Al final ella y Jake se marcharon al hogar de más hermanas para poder prepararse.
Simplemente se vistió bajo la presión de Jake ya que según él iban tarde, llegaron y en vez de intentar relajarse en alguna esquina y dormir o al menos el intento, hizo todo lo contrario.

Se dejó llevar por el ambiente, la música y sobre todo por el alcohol.
Y es que en está vida hay solo dos cosas a las que nunca les dirá "no", el alcohol y el dinero.

Bebió como si no hubiera un mañana y Jake en vez de cuidarla simplemente le animaba a que siguiera bebiendo, de hecho ambos se retaron para ver quién aguantaba más.

Ganó Jake obviamente ya que este no viene con resaca pasada y ella está hecha polvo. Es un milagro que aún pueda moverse.

En algún momento de la noche se alejó de su grupo, simplemente caminando como una zombi sin rumbo alguno.
Chocó contra la espalda de un chico sintiendo un ligero dolor en la nariz, cuando el joven se giró para verla se sorprendió bastante.
Era una mujer bastante guapa y muy perdida como él, está claro que está noche habrá tema.

-- Tú... -- murmuró sin control alguno analizando su cara con mucho esfuerzo ya que solo podía ver manchas borrosas -- Te pareces tanto a él...

Sus palabras cargadas de dolor pero al mismo tiempo de deseo no inmutaron al desconocido, al igual que ella estaba demasiado borracho como para analizar el momento.

La tensión subía entre ambos muchachos, las manos recorrieron zonas del cuerpo bastante sensibles aumentando el calor. El deseo crece y sin vacilar se besaron.

El beso fue intenso y acalorado, para la pelinegra todo se sentía confuso.
Se sentaba volviendo a besar con ese sujeto de nuevo y tampoco tenía la intención de detenerse.
Extrañaba sentirse de esta forma.

-- Echaba de menos tus besos -- susurró con la voz adolorida -- Tus toques pero sobre todo a tí.

A pesar de que se prometió para si misma hacer lo posible para olvidarse de él simplemente fue imposible.
Dejó una gran marca en su corazón y está jamás será borrada.

El chico interrumpió su triste confesión con un beso aún más intenso, salvaje.

Las manos grandes y frías se introdujeron por debajo de su camisa recorriendo su espalda, soltaba largos suspiros y curvaba la espalda pegándose aún más a él disfrutando de la sensación, el calor y la cercanía.
Profundizó aún más el beso tirando de su corbata, ambos parecían animales en celo.

Las manos frías de su amante bajaron hasta llegar por debajo de su falda masajeando sus muslos y subiendo poco a poco hasta llegar a su trasero.
Apretó sacando un gemido por parte de la pelinegra.

Cuando sintió que la ropa se estaba volviendo en una molestia y el calor subía por sus mejillas junto a la necesidad de más se alejó de sus labios para poder hablar.

-- Hazme tuya de nuevo...









▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃










De manera perezosa abrió sus ojos que tardaron un poco en acostumbrarse a la luz del día.

Se quedó mirando el techo durante unos segundos hasta que cayó en cuenta de algo.
¡Esa no es su habitación!

Rápidamente se sentó, miró a su costado viendo a un chico de pelo rubio durmiendo de lado.
Ambos estaban desnudos y en una cama pero lo que más le incomodaba era esa cabellera rubia, sabe de sus dudas y de sentimientos.
Esto solo significa una cosa...

Solo desea no ser quién cree que es.

Nerviosa, sin ser capaz de respirar se acercó lentamente al chico para poder voltear el cuerpo  y verle la cara.
Soltó el aire atorado con un gran alivió al ver que es un desconocido de pelo rubio.

-- Uff menos mal -- susurró aliviada.
Se sentó de nuevo analizando el lugar.
Parecía una habitación de un hotel bastante lujoso, se alejó más de lo que creía.

Solo pasó la noche con un desconocido pero nada más, se fijó que llevaba una camisa blanca grande, seguramente de su amante.

Pasarse de copas es una mierda y en estos momentos cree que sigue aún borracha al notar cierto aroma bastante conocido.

-- ¿Qué cojones? -- murmuró para si misma al oler la camisa que llevaba -- Tiene el mismo olor del perfumen de... Imposible...

Detuvo su hablar al creer de nuevo en tonterías, solo se acostó con un desconocido rubio que usa el mismo perfumen que él...
M

uchas coincidencias pero solo eso ¿Verdad?

Cuando levantó la sábana vio que el hombre rubio llevaba puesto pantalones.
Eso es bastante raro, ella aparte de esa camisa no lleva nada más.

"¿Se habrá vestido?" Pensó confundida.

Se levantó con cuidado para no despertar a nadie y se dirigió al baño para poder ducharse. Ya quiere largarse para descansar en su casa.
A pasos lentos y descalza pisó algunas prendas, reconoció las suyas pero había otras que no coincidían con la situación.
Se agachó para recoger el pantalón que sobraba en el lugar mirándolo con desconfianza.

"¿Otro pantalón? ¿Acaso llevaba dos pantalones?" Pensó intentando entender porque había más ropa de la que debería.
Un fuerte ruido llamó su atención, dirigió su mirada hacia donde sonó el ruido.

"¡¿Hay otra persona aquí?! ¡¿Un trío?! ¡Imposible!"

Con dudas se acercó al baño para abrirlo y encontrar quien sea que esté allí.
Con el pulso a mil tomó el pomo de la puerta abriendo la puerta.

La impresionante imagen de la espalda grande y musculosa fue lo que le sorprendió, sin duda un gran físico pero el hecho de que también tenga el pelo rubio hacia que su piel se erizara.
¿Otro rubio?
Por muy tonto que finja que odia a los rubios siempre termina con ellos cuando tiene una cita o acaba en la cama de alguien más.

El desconocido rubio se giró cuando notó la presencia de alguien más, abrió los ojos sorprendido pero con una hermosa sonrisa.
Sonrisa que no veía desde hace mucho tiempo.

-- ¡Oh! ¡Despertaste!

Abrió los ojos incrédula por lo que veía, abrió la boca pero las palabras no pudieron salir.
Se sintió como si un cubo de agua fría callera sobre ella.

Sin duda alguna la había cagado, acabo donde juró alguna vez nunca más.

-- Mierda...

¿𝐌𝐢 𝐩𝐞𝐨𝐫 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫 𝐨 𝐦𝐢 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐞𝐫𝐫𝐨𝐫? / 𝐋𝐎𝐎𝐊𝐈𝐒𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora