Capítulo 2: Tejiendo el Engaño

129 7 0
                                    

El sol había comenzado a ocultarse detrás de las montañas, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rosados. Naruto había pasado otro día entrenando, empapado en sudor, pero con una sonrisa en su rostro. Estaba ansioso por volver a ver a Ayame, quien le había prometido acompañarlo al campo de entrenamiento. Durante los últimos días, la presencia de Ayame se había vuelto una constante en su vida. Se había convertido en su amiga, su confidente, y quizás, sin darse cuenta, en algo más.

Naruto (pensando): *Ayame-chan... siempre me apoya. Es la primera persona que me trata así.*

Caminó hacia el puesto de ramen Ichiraku, como lo hacía cada tarde después de entrenar. Su corazón latía con emoción ante la idea de verla de nuevo. Al llegar, la vio de pie, charlando con su padre, Teuchi. Ayame lo vio y le regaló una sonrisa cálida que hizo que su corazón se acelerara.

Ayame: "¡Naruto! Justo estaba esperando verte."

Naruto se acercó, rascándose la nuca nervioso, como solía hacerlo cuando no sabía bien qué decir.

Naruto: "¡Ayame-chan! Pensé en pasar a saludarte antes de ir a casa. ¿Cómo te fue hoy?"

Ayame: "Todo estuvo bien, gracias. Pero, ¿sabes? He estado pensando... me gustaría saber más sobre ti, Naruto. Pasamos tiempo juntos, pero nunca hablamos mucho sobre ti."

Naruto se quedó en silencio por un momento. Nadie, excepto tal vez Iruka-sensei, se había interesado en conocerlo de esa manera. Sentía que Ayame era diferente a los demás. Ella no lo miraba con desdén, no lo evitaba. Al contrario, parecía genuinamente interesada en él, lo que le hacía pensar que, tal vez, lo veía como algo más que el niño que todos temían.

Naruto: "Bueno, no hay mucho que contar..." —empezó a decir, su habitual alegría disminuida por la carga de recuerdos dolorosos. Sin embargo, al ver la mirada atenta de Ayame, se animó a seguir—. "Siempre he querido ser reconocido, ¿sabes? Quiero que todos me vean como alguien importante... por eso quiero ser Hokage algún día."

Ayame fingió estar interesada, aunque en su mente, las palabras de Naruto solo reforzaban su plan.

Ayame (pensando): *Perfecto. Quiere ser importante, quiere que lo reconozcan. Eso solo hará más dulce su caída.*

Ayame: "Estoy segura de que lo lograrás, Naruto. Tienes todo el potencial para ser alguien grande." —dijo, con una sonrisa encantadora.

Naruto sintió una calidez en su pecho ante sus palabras. No sabía cómo describirlo, pero cada vez que Ayame lo animaba, sentía que podía lograr cualquier cosa.

Los días pasaron y Ayame continuó acercándose a Naruto. Él, ingenuo y desesperado por afecto, cada vez confiaba más en ella. Empezaba a verla como algo más que una amiga, aunque no comprendía completamente sus propios sentimientos. Cada palabra de Ayame, cada gesto amable, lo sumergía más en la trampa que ella había creado.

Por otro lado, Ayame también había comenzado a centrar su atención en Minato. Sabía que no podía acercarse a él de la misma manera que lo hacía con Naruto. Minato era un hombre astuto y respetado, y no caería en sus engaños tan fácilmente. Tendría que ser mucho más cuidadosa, tejiendo su red poco a poco.

Una tarde, después de que Minato y Naruto terminaran su entrenamiento, Ayame apareció con una bandeja de ramen que había preparado especialmente para ellos.

Ayame: "Pensé que después de tanto entrenamiento, ambos estarían hambrientos." —dijo con una sonrisa, extendiéndoles los tazones.

Minato sonrió amablemente, agradeciendo el gesto.

Minato: "Gracias, Ayame. Esto es muy considerado de tu parte."

Ayame aprovechó el momento para entablar conversación con él, mientras Naruto devoraba su ramen sin darse cuenta de lo que ocurría a su alrededor.

Ayame: "Siempre he admirado la relación que tienes con Naruto. Eres un gran padre, Minato-sama. Debe ser difícil equilibrar ser Hokage y estar ahí para él."

Minato, sorprendido por el comentario, le devolvió la sonrisa.

Minato: "Gracias, hago lo mejor que puedo. Naruto tiene un gran futuro por delante, y quiero asegurarme de que esté preparado para lo que venga."

Ayame asintió, aunque en su mente solo pensaba en cómo utilizar esa cercanía a su favor.

Ayame (pensando): *Minato es más complicado de lo que esperaba. Pero eso solo hace que el desafío sea más interesante.*

Con el paso del tiempo, Ayame comenzó a notar algo. A pesar de su enfoque en Naruto, cada vez que hablaba con Minato, sentía una ligera duda en su plan original. Minato no era como los demás hombres que había conocido. Su amabilidad y su cercanía no eran parte de una fachada. Era genuino, y eso complicaba las cosas.

Ayame (pensando): *No puedo dejar que esto me afecte. Minato es solo una pieza en mi plan. No puedo sentirme culpable.*

Pero, en lo profundo, empezaba a sentir una pequeña chispa de duda. Cada vez que hablaba con Minato, sentía una conexión que no había anticipado. Era como si, por un momento, las sombras de venganza que llenaban su corazón se desvanecieran, dejando espacio para una emoción que no reconocía: la culpa.

Naruto, mientras tanto, continuaba cayendo más y más en las mentiras de Ayame. Cada vez que la veía, su corazón latía más rápido, y no podía evitar pensar que quizás, solo quizás, estaba enamorado. Ayame era todo lo que había deseado: alguien que lo aceptaba, que lo animaba, que estaba a su lado.

Una tarde, después de un largo día de entrenamiento, Naruto finalmente reunió el valor para confesarle sus sentimientos a Ayame. Decidió que no podía esperar más, que necesitaba decirle lo que sentía.

La encontró en el puesto de ramen, terminando de atender a los últimos clientes del día. Su corazón latía con fuerza en su pecho mientras se acercaba.

Naruto: "Ayame-chan, necesito hablar contigo."

Ayame, sabiendo lo que venía, sonrió para sí misma. Había esperado este momento.

Ayame: "Claro, Naruto. ¿Qué sucede?"

Naruto respiró hondo, sintiendo cómo sus manos sudaban por los nervios.

Naruto: "Yo... creo que me gustas, Ayame-chan. En realidad, creo que... te amo."

Las palabras quedaron suspendidas en el aire, mientras el silencio envolvía el lugar. Ayame fingió estar sorprendida, aunque por dentro se regocijaba. El plan había funcionado.

Ayame: "Naruto... no sé qué decir." —hizo una pausa, dejando que el momento se alargara, antes de sonreír suavemente—. "Yo también siento algo por ti."

Naruto no podía creer lo que estaba escuchando. Su corazón saltó de alegría, sus ojos se iluminaron. Sin saberlo, había caído completamente en la trampa de Ayame.

Pero mientras Naruto celebraba en su corazón el inicio de lo que creía era un amor verdadero, Ayame ya estaba pensando en el siguiente paso de su plan. Sabía que lo peor estaba por venir. Ahora que había ganado la confianza de Naruto, tenía que acercarse más a Minato, el verdadero objetivo de su venganza.

Una noche, mientras estaba sola, Ayame se sumergió en sus pensamientos. A pesar de estar enfocada en su plan, empezaba a dudar si podría seguir adelante con el engaño.

Ayame(pensando): *Pronto, Naruto... pronto todo caerá sobre ti. Y cuando lo haga, estarás completamente solo, tal como yo me he sentido todos estos años.*

Continuará...

Naruto traicionado por ayame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora