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¡He estado publicando capítulos tan seguido que seguro creen que estoy poseída por un espíritu! 👻✍️ Pero, tranquilos... No planeo desaparecer por meses (o tal vez sí... nah, es broma, ¡no se asusten! 😂). ¡Gracias por seguir leyendo tan rápido como yo escribo! 😄✨

En fin, solo quería contarles que estoy tratando de escribir lo más que puedo antes de que vuelva a la universidad en tres días. 🎓📚 Trataré de mantener el ritmo, pero por si me desaparezco un poquito, ya saben por qué. ¡Les prometo que seguiré trayendo capítulos en cuanto tenga un ratito libre! 😉


Capitulo 14.

Grace, Rick y Morgan llegaron a la comisaría. La estructura, que alguna vez fue un símbolo de orden y ley, ahora parecía tan vacía como las calles que habían dejado atrás. Los ecos de un mundo que ya no existía resonaban en los pasillos desiertos, pero en lugar de detenerse a reflexionar, Grace se centró en lo que tenían que hacer.

Mientras Rick y Morgan se dirigían a las duchas, Grace se quedó en la armería, recogiendo todo lo que pudieran necesitar. Esta vez, no se limitó a las armas que Rick había tomado en la serie. Sabía que cada pequeño recurso contaba, y por eso se llevó cosas que a menudo se pasan por alto: gas pimienta, tasers, grilletes, y un kit completo para limpiar y mantener las armas en buen estado. También recogió linternas, cascos, chalecos antibalas y botas militares. Sabía que, aunque los caminantes eran el enemigo principal, no podían subestimar a otros humanos desesperados que pronto se convertirían en una amenaza tan mortal como los muertos.

Mientras guardaba todo en mochilas y cajas, pudo escuchar el murmullo del agua de las duchas. Este momento de tranquilidad, aunque efímero, era necesario para todos. Habían pasado días sin descansar adecuadamente, y las próximas horas serían aún más duras. Grace sabía que Rick necesitaba más que una ducha; necesitaba tiempo para procesar lo que había visto, lo que había vivido en su cabeza.

Al poco tiempo, los chicos regresaron, ya vestidos y con un aire renovado. Pero la calma duró poco. Mientras Rick se ajustaba el cinturón, vio a uno de sus antiguos compañeros de la comisaría tambaleándose cerca, convertido en un caminante. Sin dudar, Rick levantó su arma, pero antes de que pudiera disparar, Grace le entregó una pistola con silenciador.

—No queremos llamar la atención —dijo, con la voz firme pero tranquila.

Rick asintió y, con un disparo certero, puso fin al tormento de su antiguo colega. Su mirada quedó fija en el cuerpo por un momento, pero no dijo nada. Había aprendido rápido que, en este nuevo mundo, la muerte era algo con lo que tendría que lidiar constantemente.

Después, el grupo se dirigió a los vehículos que estaban aparcados fuera de la comisaría. Vaciaron los tanques de gasolina de algunos autos para llenar el jeep de Grace. El sol comenzaba a caer cuando finalmente estuvieron listos para partir, cargados con armas y provisiones. Emprendieron el camino hacia Atlanta.

Grace tomó el volante, su expresión fija en la carretera. Rick se sentó en el asiento del copiloto, mientras Morgan y Duane iban detrás. El niño, agotado por el estrés de los últimos días, se quedó dormido sobre una colchoneta que habían encontrado en las celdas de la comisaría.

El silencio dentro del vehículo era denso, solo roto por el suave ronquido de Duane. Finalmente, Rick rompió el silencio.

—Entonces... iremos por los chicos, ¿cierto? —preguntó, su voz cargada de ansiedad.

Grace asintió sin apartar la mirada de la carretera.

—Sí, eso haremos. Deberíamos recibir la llamada en cuanto estemos en las afueras de Atlanta —respondió, manteniendo su tono sereno.

La conversación murió de nuevo, y el silencio regresó, tan pesado como antes. Pero Rick, incapaz de contener la creciente confusión dentro de él, habló de nuevo, su tono más serio y cargado de incertidumbre.

—Tú... ¿quién eres? ¿Qué eres? Eso que me hiciste... esos recuerdos... ¿cómo es posible?

Grace sintió la presión de la pregunta. Sabía que eventualmente Rick pediría una explicación. No podía simplemente ignorar lo que le había mostrado; las imágenes, las sensaciones, todo había sido demasiado vívido para él como para descartarlo como una simple visión o sueño. Pero Grace no podía decirle la verdad, la historia de su reencarnación, de que sabía cómo todo sucedería por haber visto la serie. En su lugar, recurrió a la misma tapadera que había utilizado con Daryl y Merle.

—Hace un año —comenzó, manteniendo la vista fija en la carretera—, comencé a tener visiones. Al principio, eran cosas pequeñas que siempre tomaba como deja vus, pero luego empezaron a volverse más claras. Empecé a ver este futuro, lo que estaba por venir, y se sintió tan real que no podía ignorarlo. Así que comencé a prepararme.

Rick la escuchaba en silencio, intentando asimilar lo que le decía.

—Y me alegro de haberlo hecho —continuó Grace—. Ahora tengo una fuerte comunidad, y puedo ayudar a otros. Eso es lo que hago, Rick. Ayudo a la gente a sobrevivir.

Rick la miró durante un momento, asimilando sus palabras. Aunque las respuestas no aclaraban del todo sus dudas, podía ver la determinación en Grace, y algo en su tono le daba confianza. Pero la verdad seguía siendo difícil de digerir.

—¿Y esos recuerdos? —preguntó finalmente—. No parecían simples visiones.

Grace suspiró.

—A veces, las visiones son tan intensas que siento que puedo compartirlas con los demás. Eso fue lo que hice contigo. Necesitabas saber lo que estaba en juego, y no había tiempo para explicarlo de otra manera.

Rick asintió lentamente, sin estar del todo seguro de si creía en la historia de Grace, pero comprendiendo que no tenía muchas otras opciones.

El jeep continuó su camino por la carretera desolada, la ciudad de Atlanta apareciendo lentamente en el horizonte.

REBIRTH (the walking dead)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora