Capítulo 9

105 11 25
                                    


Seguí a Luther hasta su habitación y cerré la puerta tras de mí, por un minuto Luther se quedó frente al espejo, viendo cada centímetro de su cuerpo...
No quería hacerlo sentir peor así que no pregunté y no dije nada más que...

— Acuestate grandulón, necesito curarte las heridas — dije mientras luther se sentaba al borde de su cama esperando que pudiera curarlo, saqué el botiquín de primeros auxilios que cada uno tenía en el baño de su habitación, saqué alcohol algo para limpiarlo...

— Lilith, agradezco mucho que hagas esto, pero duele como el demonio — dijo en tono gracioso y sonreí ante el comentario.

— Gracias por estar aquí, gracias por ser una buena hermana —

— No hay de que, Luther, creo que deberías de descansar, les diste mucha pelea a los looney toons — dije mientras Luther se acostaba y le colocaba una manta encima.

— ¿Tú crees? — dijo viéndome como un niño pequeño con ojos cristalizados por las lágrimas que no dejaba salir.

— Claro que lo sé, grandulón, yo te vi con mis propios ojos — dije mientras le daba un pequeño beso en su frente.

— Descansa, hermanito — dije mientras salía de su habitación. Mientras bajaba las escaleras para volver con los demás vi algo que nunca imaginé...

— ¿Diego? — dije mientras me acercaba y asegurarme de que no lo estaba imaginando.

— ¿¡Que mierda le estás haciendo a mamá!? — le dije susurrando para que los demás no escucharan.

— No digas nada, Li, por favor — dijo mientras seguía cortando la muñeca de nuestra madre con una de sus navajas.

— Diego, ¿no te das cuenta de que la estás matando? — dije.

— Te prometo que estarás bien, mamá — le decía Diego mientras sus ojos se apagaban.

— ¿Por qué hiciste eso? — Diego solo se levantó y caminó a su habitación.

— ¡Respóndeme, imbecil! — pero Diego parecía sordo a mis palabras, no quería que mis hermanos pensaran que había sido yo y menos quería inculpar a Diego sin antes saber por qué lo había hecho, así que igualmente fui a mi habitación, entré al baño de mi habitación a darme una ducha, hace años que no peleaba así, estaba exhausta.
Salía de mi baño cuando me encontré a pequeño niño sentado en mi tocador esperando a que yo saliera.

— ¿Que haces aquí? — le dije

— Hablar contigo, Li — me dijo mientras se ponía en pie y caminaba muy lentamente hacía mí.

— Yo no tengo nada que hablar contigo, Cinco y en serio agradecería que salieras de aquí — dije en un tono muy molesta.

— ¿Desde cuando te volviste tan molesta? — dijo mientras aún se acercaba.

— Desde que te fuiste quizás —

— Vamos, Lilith, estoy arrepentido de las cosas que te hice antes de desaparecer, solo quiero solucionar las cosas contigo — dijo.

— Es muy tarde Cinco, 15 años tarde —

— ¿Tuviste algo con Diego estos años que no estuve? — soltó.

— ¿Por qué preguntas eso? —

— Simple curiosidad. Li, Diego no es el tipo de hombre que sepa satisfacer tus necesidades — me dijo, sorprendentemente Cinco era de mi altura, no regresó tan pequeño a la academia, su apariencia era de un chico de 20 quizás.

— Que vas a saber tú de mis necesidades — dije mientras lo apartaba para buscar un cepillo de cabello en mi tocador.

— ¿Tan rápido se te olvidaron esas noches, Lilith? ¿Se te olvidó que yo te hacía sentir mujer? — me quedé helada ante su respuesta, ¿quién era esta extraña copia pervertida de Cinco?

𝐖𝐚𝐢𝐭 𝐟𝐨𝐫 𝐦𝐞 | 𝐃𝐢𝐞𝐠𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora