Felix es un periodista conocido por destapar los secretos más oscuros del mundo del espectáculo y Hyunjin, el enigmático guitarrista de la banda más famosa del momento, es su nuevo objetivo.
Pero, ¿Qué ocurre cuando el cazador se enamora de su pres...
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Felix bajó del auto junto a los demás, observando la enorme casa frente a ellos.
Las luces exteriores iluminaban el lugar de forma sutil, pero suficiente como para hacer evidente que era una propiedad lujosa.
Una mansión, sin duda.
La fachada, imponente y elegante, le hizo pensar inmediatamente en cuánto dinero debía tener el dueño del lugar.
Chaeryeong se cruzó de brazos, mirando la casa con una mezcla de asombro y entusiasmo.
"¿Enserio esta es la casa de tu pretendiente Jisungie?" preguntó, con una ceja arqueada.
Jisung asintió con una sonrisa orgullosa.
"Sí"
Lia y Chaeryeong se miraron con complicidad, antes de que Lia soltara una risa juguetona.
"Jisung, ¡tienes que casarte con ese chico ya!"
Jisung soltó una carcajada y negó con la cabeza, aunque no pudo ocultar el rubor en sus mejillas.
"No es para tanto, chicas," respondió, aunque la risa nerviosa traicionaba su tono despreocupado.
El grupo avanzó hacia el gran portón de entrada, donde un chico, aparentemente el encargado de recibir a los invitados, los observaba con una sonrisa cordial.
Al parecer, ya conocía a Jisung, porque lo saludó con familiaridad.
"Bienvenidos," les dijo el chico, abriendo el portón para darles paso.
Felix siguió a sus amigos, y a medida que avanzaban por el camino, la música se hacía más fuerte.
Ya dentro, casi podía sentir el suelo vibrar bajo sus pies.
Observó a su alrededor, notando las luces que iluminaban la mansión de manera estratégica, haciéndola parecer más un club nocturno que una casa.
Mientras se acercaban a la puerta principal, Felix no pudo evitar pensar que el dueño de ese lugar debía ser increíblemente rico. ¿Una piscina? Estaba casi seguro de que la casa no solo tenía una, sino que probablemente era del tamaño de una olímpica.
Al entrar, se encontraron con una sala amplia, casi surrealista.
Las luces de colores parpadeaban al ritmo de la música, creando un ambiente festivo. Las mesas con bebidas, cuidadosamente dispuestas, eran rodeadas por grupos de personas. Incluso reconoció a algunos influencers que él conocía muy bien... personas cuyas vidas había investigado a fondo como parte de su trabajo.
Sin embargo, no le preocupaba ser descubierto; su identidad como periodista era un secreto bien guardado. Podía relajarse sin temor a que alguno de ellos lo señalara.
Mientras el pecoso recorría la sala con la mirada, notó que Jisung parecía estar buscando a alguien entre la multitud.
De repente, la expresión de su amigo cambió, y una gran sonrisa se dibujó en su rostro cuando localizó a la persona que buscaba.
