2 - Una coincidencia inesperada.

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Los Ángeles, California.

El sol apenas comenzaba a ocultarse tras las colinas, y el bullicio de la ciudad parecía desvanecerse lentamente. En un apartamento del centro, dos jóvenes actrices se encontraban en lo que sería su última noche libre antes de volver al set de rodaje. La segunda temporada de *Miércoles* estaba a punto de comenzar, y tanto Emma Myers como su compañera y mejor amiga, Jenna Ortega, sabían que los días relajados serían un lujo escaso a partir de ahora.

—¡Finalmente, un día sin maquillaje de Morticia o de Enid! —dijo Jenna, tirándose en el sofá con un suspiro exagerado.

—Lo sé, pero mañana ya volvemos al trabajo —respondió Emma, acomodándose junto a Jenna y pasando los canales de la televisión sin demasiado interés.

—Y yo que pensaba que ser actriz era puro glamour —bromeó Jenna—. No más madrugones, ni sesiones de maquillaje de tres horas… ¡Debería haber sido futbolista!

Emma rió, sabiendo perfectamente que Jenna apenas sabía patear un balón.

—Futbolista, ¿en serio? ¿Tú? —Emma levantó una ceja—. Creo que te lesionas solo con ver un balón.

—¡Hey! Te sorprenderías de lo atlética que puedo ser… —dijo Jenna, poniendo una cara seria que solo provocó más risas en Emma.

—Claro, claro… —Emma continuó pasando los canales hasta que algo llamó su atención. Una transmisión en directo de un partido. Athletic Club de Bilbao vs. Girona.

—¡Espera, deja eso! —dijo Jenna de repente, inclinándose hacia adelante—. Mi tío es fan de ese equipo, el Athletic.

Emma la miró, incrédula.

—¿En serio? ¿El Athletic? No lo veo venir.

—Pues sí, mi familia por el lado de mi mamá es mexicana, pero tenemos algo de sangre vasca. Mi tío se emociona cada vez que juegan esos de Bilbao.

Emma rió ante la idea, pero decidió dejar el partido, por curiosidad más que nada.

—Venga, lo dejamos. A lo mejor hasta es interesante —dijo Emma, encogiéndose de hombros—. Nunca he visto un partido de fútbol español.

—No, nunca has visto un partido de fútbol, punto —replicó Jenna, sonriendo.

El partido comenzó, y aunque al principio ambas chicas estaban más interesadas en las bromas, poco a poco el ritmo del encuentro comenzó a atraparlas.

—Mira, no está tan mal —dijo Emma, acomodándose mejor en el sofá—. Me gusta cómo se mueve ese chico de la banda. ¿Cómo se llama? —señaló a Nico Williams, que estaba corriendo con el balón.

—No tengo idea, pero corre más que nosotras huyendo de las entrevistas —bromeó Jenna, provocando otra carcajada.

De repente, la cámara enfocó a los jugadores del banquillo, y allí estaba **Tn Hernández**, mirando el campo con una mezcla de concentración e impaciencia. Emma lo vio, sin darle mucha importancia al principio, pero cuando la cámara se quedó un segundo más en él, algo le llamó la atención.

—Espera, ¿ese chico? —Emma entrecerró los ojos—. Lo he visto en alguna parte.

—¿Dónde? —preguntó Jenna, algo distraída mientras buscaba algo en su teléfono.

—No lo sé… tiene una cara familiar. Pero no lo conozco de ninguna película.

Jenna levantó la vista de su móvil y miró al chico con más atención.

—Sí, también me suena. Quizá lo viste en Instagram o algo. ¿No eres tú la que siempre está viendo perfiles random de chicos?

Emma la miró fingiendo indignación, pero terminó riendo.

—No es cierto. Pero… no sé, me parece familiar, como si hubiera visto su cara en alguna parte. A lo mejor es una de esas coincidencias tontas.

El partido continuaba y, de vez en cuando, la cámara volvía a mostrar a Tn, aún sin poder entrar al campo.

—Pobre chaval, ni siquiera ha jugado un minuto —dijo Jenna, casi con lástima—. Debe ser frustrante.

—Tal vez lo están guardando para después —comentó Emma—. Aunque parece que está deseando entrar. Mira esa cara.

—Sí, esa es la misma cara que pones cuando hay donas en la sala de rodaje y no puedes comer una —dijo Jenna, riendo a carcajadas.

Emma le lanzó un cojín, intentando contener su risa.

—¡No es cierto! —replicó, aunque sabía que Jenna tenía razón.

Pasaron los minutos, y Emma seguía intrigada por aquel chico del banquillo. Aunque no jugaba, su presencia le parecía... interesante. Jenna, por su parte, seguía con sus comentarios graciosos cada vez que un jugador hacía algo llamativo.

Finalmente, el entrenador del Athletic llamó a Tn desde el banquillo. La cara de Tn se iluminó al escuchar su nombre. Emma, sin darse cuenta, estaba prestando más atención.

—¡Por fin entra el chico que te tiene tan intrigada! —dijo Jenna, burlona.

—¡No es eso! —protestó Emma, aunque sus ojos no se apartaban de la pantalla.

Tn entró al campo con determinación, y desde el primer toque de balón, se le notaba la energía acumulada. Corrió, peleó por cada balón, y lanzó un pase largo que termina en gol de munian.

—Bueno, bueno, parece que lo hace bien —comentó Emma, impresionada.

—Tienes que admitirlo, el fútbol es más divertido de lo que pensabas —dijo Jenna, sonriendo mientras Emma asentía lentamente.

—Sí, tal vez. Aunque no lo suficiente como para verme todos los partidos. —Emma sonrió, pero seguía mirando a Tn mientras él corría por el campo.

Jenna la observó de reojo y luego sonrió con picardía.

—Emma, admítelo, ese chico te ha interesado.

—¡Que no! —respondió Emma rápidamente—. Solo estoy... curiosa, nada más.

—Claro, claro, como cuando "curioseas" sobre si deberíamos pedir pizza o no. —Jenna se rió de su propia broma, mientras Emma rodaba los ojos, pero no podía apartar la vista del partido.

Cuando terminó, con una victoria ajustada para el Girona, Emma apagó la televisión y se quedó pensativa unos segundos.

—Bueno, admito que fue más entretenido de lo que esperaba —dijo, mientras Jenna recogía sus cosas—. Aunque sigo sin saber de dónde conozco a ese chico.

—No te preocupes, seguro que pronto lo descubres —respondió Jenna, con una sonrisa de complicidad—. Y si no, siempre tienes Instagram.

Emma rió, aunque la idea de buscarlo en redes sociales pasó rápidamente por su mente. Era solo una coincidencia... o tal vez algo más.

—¿Estás segura que no fue tu crush del colegio? —bromeó Jenna, mientras ambas se dirigían a la puerta—. Porque te noto muy pendiente de él.

—¡Cállate! —dijo Emma entre risas, dándole un leve empujón a su amiga mientras salían del apartamento.

Sin saberlo, aquel día casual de partido sería el inicio de una curiosa coincidencia que entrelazaría sus mundos de formas inesperadas.

Puro y Perfecto - Emma Myers x TnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora