You're The One That I Want (+18)

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Inspiración: Canción de Grease "You're the One Want I Want" Y la BRUTAL escena del coche de Deadpool&Wolverine 😏


Llevabais meses acumulando tensión, atrapados en un tira y afloja de sentimientos que ninguno de los dos era capaz de afrontar. Esa tensión, antes imperceptible, ahora se manifestaba en cada palabra, cada gesto. Lo que antes eran bromas compartidas se había transformado en dardos envenenados, pequeños ataques que se colaban entre el trabajo diario. Cualquier excusa era suficiente para lanzar un comentario mordaz o iniciar una discusión.

Tus compañeros de la UAC lo habían notado. Habían intentado mediar, aunque sin involucrarse demasiado. Pero la fricción entre vosotros solo parecía crecer, y nada, ni las palabras ni las miradas de advertencia de los demás, lograba calmar esa tormenta que se gestaba entre los dos.

La gota que colmó el vaso fue una discusión trivial en la cocina. Tú, con una taza de café en la mano, y él, entrando de forma descuidada.

"¡Ten cuidado! Me tiras el café", gritaste, tratando de no derramar el líquido sobre tu ropa.

"¿No deberías fijarte antes de salir? Quizás así evitarías accidentes", contestó él con un tono tan agrio que te sacó de tus casillas. Entró para ponerse un café ignorándote por completo.

La respuesta mordaz salió de tu boca antes de que pudieras detenerla. "Oh, claro. ¿Alguna otra orden más que el gran doctor quiera darme hoy?"

"Por Dios, deja ese tono. Pareces una cría de quince años", espetó él. No pudiste resistirte. "Hablando de críos, ¿Cuándo vas a hacer algo con ese corte de pelo? No sé, algo que no parezca de un adolescente rebelde".

Su mirada se oscureció, la furia evidente en sus ojos. "Cállate", dijo, su voz baja y afilada como una amenaza.

"¿Qué pasa? ¿La verdad duele?" seguiste, empujando más allá del límite.

"¡He dicho que te calles!" El tono que usó nunca lo habías escuchado antes, cargado de rabia y frustración. Por un instante te quedaste en silencio, sorprendida por la violencia en su voz. Sentiste tu rostro ensombrecerse mientras te alejabas, incapaz de seguir con la conversación.

Al día siguiente, el timbre sonó mientras estabas tirada en el sofá, disfrutando de un sábado tranquilo. No esperabas a nadie. Cuando abriste la puerta y viste a Spencer, no pudiste evitar sentir un nudo en el estómago. Tenía el rostro tenso, serio, como si algo lo estuviera carcomiendo por dentro.

"¿Qué haces aquí?" preguntaste, sin esforzarte por ocultar tu desgana.

"Quiero hablar... disculparme por lo de ayer", dijo con una voz apagada.

Le dejaste pasar, pero la incomodidad en el ambiente era palpable. La disculpa fue rápida y directa, pero no tardasteis en caer en otra discusión.

"¿No tienes nada que decirme tú?" preguntó, su tono cargado de insinuaciones.

"¿Perdona?" respondiste con una risa cínica, como si el solo hecho de sugerir que tú debías disculparte fuera absurdo.

Tras un bufido la tensión creció hasta que explotó. Spencer, frustrado por tu actitud, se dio la vuelta para marcharse. Pero antes de que pudiera dar un paso, le agarraste por el codo, tirando de su chaqueta.

"¿Esa es tu solución para todo? ¿Largarte cuando las cosas se ponen difíciles?" gritaste, el calor de la ira mezclándose con algo más profundo.

Él se giró bruscamente, y antes de que pudieras reaccionar, su mano se cerró con fuerza alrededor de tu muñeca, levantándola sobre tu cabeza. Su cuerpo estaba tan cerca que podías sentir su respiración desbocada contra tu piel.

One Shots || Spencer ReidDonde viven las historias. Descúbrelo ahora