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Escuchaste una voz protestando a tus espaldas mientras un café volaba por los aires y aterrizaba en tus manos.
"Sí, ¿no te gusta? Quedaron bastante bien, ¿no?"
"Gran evento social de carácter lúdico en casa de Spencer Reid. Por favor, sed puntuales, si has sido invitado es que eres una persona muy especial... La hora, el día.. la dirección.. un corazón, otro más.. animales que se mueven.. muy creativo, si." Protestó aguantándose una risa.
No te había pedido ayuda con la fiesta pero querías hacerlo, no salía de el hacer este tipo de cosas normalmente, aunque a ti te parecía genial, era una excusa tan buena como cualquier otra para pasar tiempo juntos. Erais amigos desde hacia mucho tiempo pero últimamente te habías sentido más atraída por él de la cuenta, cosa que intentabas negarte a ti misma.
"Creo que ha tenido éxito... a todos les ha gustado, desde luego han confirmado su asistencia, de nada por la ayuda, por cierto" Contestaste con irónicamente.
"No te la pedí, no hace falta, de verdad, basta con que vengas" Sabías que no quería molestar, eso te resultaba aún más adorable.
"El sábado estaré allí temprano para ayudarte con todo, ¡Y no intentes negarte! Qué nos conocemos." Le dijiste con una sonrisa pícara pero con cierto tono autoritario, él no pudo evitar sonreír también.
El sábado llegaste a su casa a las cuatro en punto, cargada con bolsas repletas de adornos, comida y bebida. Subiste las escaleras sintiendo cómo el sudor te resbalaba por la espalda y tu corazón latía a mil por hora. Querías verte perfecta para él. Al llegar arriba, soltaste todo con un suspiro. Tu pelo estaba un poco revuelto y tenías las mejillas sonrojadas. Justo cuando ibas a arreglarte, la puerta se abrió.
"Hola...¿Qué haces...?" Una sonrisa tímida asomaba por sus labios.
"N-nada... Estaba... descansando. He subido cargada de cosas" Aún estabas resoplando.
"¡Tendrías que haberme llamado! Qué bruta eres... Llegas temprano." Protestó mientras te ayudaba a entrar las bolsas.
"Hay que poner muchos adornos... ¿Por qué haces una fiesta si vas a estar quejándote tanto?"
"Vale, vale, perdón. Es que estoy nervioso. Estás... Estás muy guapa, por cierto."
Tus ojos se abrieron de par en par y luchaste para que tus mejillas no se pusieran rojas.
"Ah... Gracias..." Te diste la vuelta intentando disimular que el comentario no te afectaba y empezaste a sacar cosas de la bolsa. "Vamos... Ayúdame..." Antes de acabar la frase Spencer estaba a tu lado ayudándote a sacar los adornos y colocándolos sobre la mesa. Tenía el brazo pegado al tuyo y eso te estaba alterando más de lo que te gustaría admitir.
"Eh, mira" Spencer envolvió tu cabeza con una guirnalda. "Te que favorece mucho" Suelta en medio de una carcajada. Estabais bastante cerca y el corazón se te aceleró con su gesto adorable.
