Capítulo 5

87 22 25
                                    

El lunes por la noche, cuando Yongsun volvió a casa del trabajo, sonaba música a todo volumen en el salón. Cerró la puerta, colgó las llaves en el gancho de la entrada y se quitó los tacones.

—Siento llegar tarde, cariño...

Se detuvo cuando entró en el salón y vio a la persona que estaba acostada en el sofá.

No era Umji.

No, claro que no.

Umji nunca pondría la música tan alta. Y nunca pondría un vaso en la mesita sin usar un posavasos. Tampoco dejaba platos en el fregadero, como los que había encontrado al entrar en la cocina esta mañana.

Byul se incorporó y le sonrió.

—¿Ya estás practicando, cariño?

Yongsun suspiró. Cruzó la habitación y bajó el volumen y subió la temperatura.
Dios, qué frío hacía aquí.

—Sra. Moon...

—Byul. Si queremos hacer creer a todo el mundo que estamos locamente enamorados, será mejor que nos tuteemos. —Ladeó la cabeza y un brillo travieso apareció en sus ojos color avellana—. ¿O prefieres nombres de mascotas? ¿Conejito de miel? ¿Pastelito?

Yongsun hizo una mueca.

—No, gracias. Con Yongsun bastará. —Bueno, al menos Byul no parecía guardarle rencor por lo del sábado, cuando había insinuado que ser camarera no era un trabajo deseable. Se acomodó en el sillón y la miró—. Poopsie.

Byul abrió los ojos y aflojó la mandíbula.

—¿Qué? —preguntó Yongsun—. ¿Crees que no tengo sentido del humor?

—No, claro que no.

Yongsun no necesitaba un doctorado en psicología para darse cuenta de la mentira. No debería importarle lo que Byul pensara de ella, pero por alguna razón le importaba.

—Puede que para ti sea un juego, una aventura más en la vida de una actriz, pero para mí va en serio. Quiero ese contrato. —Necesitaba ese contrato. Si quería hacerse cargo del centro algún día, necesitaba establecerse como la experta en relaciones de Los Ángeles antes de que Saeron pudiera hacerlo.

—Lo entiendo. —dijo Byul—. ¿Pero qué tiene de malo divertirse un poco mientras trabajamos para conseguir ese objetivo?

—Nada, supongo. Siempre que te lo tomes en serio. —Miró el anillo de condensación en la mesa de café—. Y usando un posavasos.

Byul utilizó el borde de su camisa para limpiar la mesa, haciendo que Yongsun hiciera una mueca de dolor.

—Lo intentaré. —dijo, sin aclarar a qué se refería.

Yongsun asintió y se levantó del sillón. Necesitaba una ducha, una ducha larga y caliente. Toda esta situación de falsa prometida la había puesto tan tensa que le dolían todos los músculos. Cargar con pesadas cajas de mudanza durante todo el fin de semana no había ayudado.

—Hay lasaña en la cocina. —le dijo Byul.

Yongsun se detuvo en la puerta.

—¿Has cocinado tú?

—Sí. En mi apartamento sólo hay una mini nevera y un hornillo, así que aproveché que tenía una cocina de verdad. Espero que haya estado bien.

Dios mío. Yongsun no se atrevía a imaginar cómo quedaría su pobre cocina.

—No, está bien. Te vendrá bien saber moverte por mi casa, por si tengo invitados.

—Cierto. Sírvete la lasaña si tienes hambre.

Solo Un Espectáculo [MoonSun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora