Capítulo 6

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El lunes siguiente, Yongsun estaba aconsejando a una pareja que le recordaba un poco a ella y a Byul.

El señor Lim se desplomó contra el respaldo del sofá.

—¿Por qué tenemos que hablar de esto una y otra vez?

—No tendríamos que hacerlo si me escucharas y dejaras de ser tan vago. —replicó su mujer—. ¿De verdad sería tan difícil meter tu taza en el lavavajillas en lugar de dejarla en el fregadero?

—Lo haría, pero no en el momento en que tú quieres que lo haga. Eres tan anal que...

—¿Anal? No es anal esperar algo de ayuda con simples tareas domésticas, ¿verdad? —La Sra. Lim se volvió hacia Yongsun—. ¿Crees que es mucho pedir que contribuya un poco?

Oh, no. Yongsun conocía ese juego. Ella no tomaría partido. Era terapeuta, no árbitro.

—Hagamos una pausa aquí y pensemos en lo que realmente está pasando en su relación. —Miró a uno y a otro, pero ninguno de los dos intervino, así que continuó—. En primer lugar, ¿podrían intentar utilizar términos más neutros cuando hablen el uno del otro? No me imagino que los haga sentir positivos el uno hacia el otro que los llamen vagos o anales, ¿verdad?

Ambos bajaron la mirada al suelo.

—De acuerdo.

—De acuerdo. —Yongsun se volvió hacia la Sra. Lim—. ¿Cómo te sientes cuando te levantas por la mañana y encuentras platos en el fregadero? —No es que necesitara preguntarlo. Sabía cómo se sentía, ya que ella también había encontrado platos sucios en el fregadero esta mañana.

—Enfadada. —respondió la Sra. Lim sin dudarlo.

Yongsun podía empatizar, pero mantuvo el rostro neutro. Nada de tomar partido.

—¿Te enfada porque...?

—¡Porque no está contribuyendo!

—¿Puedes intentar usar afirmaciones con Yo? —preguntó Yongsun antes de que el ciclo de acusaciones mutuas pudiera empezar de nuevo—. ¿Qué es lo que sientes cuando él no contribuye?

—Yo... me siento como si me dieran por sentada.

Yongsun la animó con un movimiento de cabeza.

—Me siento... poco querida. Como si no le importara lo suficiente como para hacer algo tan sencillo por mí.

—¿Te sientes poco querida porque dejo una maldita taza en el fregadero? —El Sr. Lim parecía realmente desconcertado.

—No se trata de la taza. Se trata de... —Su mujer miró a Yongsun en busca de ayuda.

—¿De que te vean y te oigan? —sugirió suavemente Yongsun.

—¡Sí! Siento que no ve ni escucha lo que necesito.

—¿Puedes decírselo a Jun?

La señora Lim se giró en el sofá para mirar a su marido.

—Cuando dejas los platos en el fregadero, me haces sentir que no ves ni te preocupas por mis necesidades.

Él negó vehementemente con la cabeza.

—Eso no es verdad. Me imagino que para qué molestarme si ya sé que la forma en que pongo los platos en el lavavajillas no será lo bastante buena para ti. —Miró a Yongsun y añadió—: Siempre los vuelve a sacar y los vuelve a apilar como ella quiere.

Yongsun garabateó "no es lo bastante bueno para ti" sin bajar la vista de su bloc de notas. Mantuvo la mirada fija en la señora Lim.

—¿Has intentado decirle a Jun cómo te sientes?

Solo Un Espectáculo [MoonSun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora