Capítulo 2: Sombras en la Niebla

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Kavran, líder del grupo de cazadores de dragones del reino de Vydarr, caminaba con paso seguro por el denso bosque que bordeaba Lysandra. Era un hombre alto y fornido, con cicatrices que contaban historias de innumerables batallas contra los dragones que asolaban su tierra natal. Para él, los dragones no eran criaturas nobles, sino bestias indomables que traían muerte y destrucción.

Junto a él, su grupo de cazadores —todos igualmente endurecidos por la vida en Vydarr— se movían en silencio. Armados con lanzas imbuidas con magia negra y redes diseñadas para inmovilizar incluso a los dragones más fuertes, estaban preparados para lo que consideraban su misión más importante: erradicar a los dragones de Lysandra.

—Dicen que aquí los dragones y los humanos coexisten en paz —dijo Zira, una cazadora joven y astuta, mientras afilaba su daga—. ¿Cómo es posible? En casa, solo traen fuego y caos.

Kavran frunció el ceño. Había oído las mismas historias, pero para él, era imposible creer en una paz con esas criaturas.

—No importa lo que crean estos aldeanos —gruñó Kavran—. Un dragón es un dragón. Y todos deben ser eliminados.

Su mirada se dirigió hacia el horizonte, donde las primeras luces de Lysandra comenzaban a brillar a lo lejos. Pronto, la verdadera caza comenzaría.

El Reino de Lysandra La Sombra de los CazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora