~•Capitulo 2•~

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Jungkook vaciló, bueno, el realmente no sabía por qué le salvó la vida, pero algo le dijo que lo hiciera.

-camina -habló Jungkook, esta vez dándole una mirada asesina.

El castaño no pareció asustado y Jungkook pensó que era o muy valiente, o muy estúpido, el chico caminó a su lado y entró al viejo coche del portero, Jungkook sabía que no era buen idea llevar la mercancía a la mansión, así que condujo por media hora hasta estar saliendo de la ciudad, donde tenía su propia casa.

-¿Cuantos años tienes?

El castaño estaba en silencio, mirando por la carretera y con una mirada que Jungkook no podía leer, parecía vacía y al mismo tiempo flameante, le daba curiosidad.

-mañana es mi cumpleaños -habló el chico varios minutos después, Jungkook pensó que estaba traduciendo sus palabras- cumplo 26

-26 -dijo Jungkook asintiendo

Al menos, este era mayor de edad, pero intuía que esa noche desembarcó muchos menores de edad.

-sí -dijo el chico y luego giró a mirarlo, su ceño se frunció ligeramente- me salvaste.

Jungkook se movió incómodo, aún estaba pensando en porqué lo hizo, y lo menos que necesitaba era dar explicaciones a ese chico, suficiente tenía con la llamada que vendría pronto de su padre

-nombre -ordeno Jungkook

El chico volvió a mirar al frente.

-Taehyung -susurró- ¿Iré a casa?

Jungkook pareció escuchar una súplica en sus palabras, Tae, incluso su nombre sonaba poderoso.

- no

Tae tragó saliva y no dijo nada, cuando llegaron a la casa, Jungkook abrió el porche e ingresó con el auto, bajó muy rápido y rodeó el auto para abrir la puerta de Tae, lo ayudó a bajar, la sangre manchó su piso, pero a Jungkook no le importaba, él estaba más concentrado en tomar al castaño y cargarlo para subir las pequeñas escaleras que lo llevaban a la sala, y en eso se dio cuenta que Tae no pesaba nada

Cuando lo acostó en el mueble, el castaño tenía las mejillas rojas y miraba al piso, Jungkook ignoró eso, y también ignoró que le gustó ver ese rubor en cambio, dirigió su mirada a la herida e hizo una mueca.

-no te muevas -le ordenó, porqué Jungkook solo sabía dar órdenes, no era de los que pedían amablemente.

Fue por el botiquín, volvió y con unas pinzas rápidamente quitó la bala alojada en el brazo del rubio y escuchó como Tae soltaba un quejido mientras mordía con fuerza sus labios, le limpió con agua oxigenada, le vendó el brazo y luego se levantó.

Jungkook se quedó mirándolo de lejos, cuando lo vio, pensó que tendría quince años o algo así, ya que era muy bajito y delgado.

Una llamada entrante hizo que Tae se sobresalte, Jungkook regresó y cogió el celular de la mesita.

En la llamada...

-Jeon -habló, su voz salió tosca y molesta.

-¿Como es que te llevas mi mercancía de mi club? -su padre habló bastante molesto.

- estaba herido

Tae miraba el celular, como si pudiera escuchar algo, estaba claramente asustado.

-mátal# -ordenó su padre.

Jungkook miró a Tae de regreso, el castaño estaba temblando, probablemente por el frío o por los nervios, su mirada era llameante, no tenía miedo, solo estaba esperando el momento oportuno para huir.

-¿Me oyes? -habló de nuevo su padre.

Jungkook soltó un respiro, él podría matarlo sin dudar, él podría matar a cualquier persona que su padre le diga, incluso podría matar al mismo presidente si era necesario, pero entonces Jungkook estaba mirando al chico sentado en su sofá y su pecho se apretó.

-no -se negó.

Incluso su padre soltó un jadeo sorpresivo.

-¿Como qué no? -preguntó, más interesado que molesto- Jungkook, si ese niño escapa puede ir a la policía, él puede hacerme caer, ¿lo sabes?

Jungkook se río sin gracia.

-tú tienes a la policía de tu lado -murmuró, alejándose de la sala, no quería que Tae se entere de esas cosas- además, yo podría convencerlo de que no lo haga.

-¿Qué planeas?

-conseguir trabajadores, para mi negocio, ya sabes -Jungkook respondió sin dudar

-yo te puedo pasar algunos -su padre sonó cansado, él había repetido esa línea muchas veces y muchas veces Jungkook se había negado.

-voy a colgar.

- bien, bien, te dejo a ese niño, pero si me meto en líos tú te harás responsable, ¿Está claro?

Jungkook miró de nuevo al castaño, el creía que podía controlarlo, él debía hacerlo.

-mándame comida americana -dijo en cambio

Fin de la llamada...

Jungkook regresó a la sala y encontró a Tae dormido en el sofá, estaba acurrucado en un pequeño espacio con el ceño fruncido y labios apretados, extrañamente, el chico se veía muy angelical, no se veía como alguien que no trató de huir de un club lleno de secuestradores, drogadictos y traficantes.

Jungkook trajo una sábana de su cama y le puso encima, tapando el semi desnudo cuerpo, luego se sentó en el otro sofá y abrió su computadora, buscó en "personas desaparecidas" en el buscador americano, pero no habían fotos de Tae o alguna descripción del castaño

The Man Who Saved MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora