~•Capitulo 6•~

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-¿Y me matarás a mí?

-no.

-¿Por qué? -Tae frunció el ceño

Tae parecía que estaba deseoso de morir, y Jungkook no le estaba ayudando, Jeon quiso confesar que, en realidad, quería follarlo y hacerlo sangrar al mismo tiempo.

-no me has hecho nada -respondió en cambio.

Jungkook se levantó de la cama porque si se quedaba, probablemente lo iba a amarrar y follarl#, el podría foll#rlo solo si Tae estaba de acuerdo, él no era ningún violador, ¿Asesino? Claro que sí, pero nunca un violador.

Jeon salió de la habitación y fue a darse una ducha, cuando salió con ropa limpia, encontró a Tae en la cocina preparando fideos instantáneos, se quedó mirando las muñecas de Tae estaban vendadas ahora, y el castaño parecía cómodo en la cocina, Jungkook se preguntó si acaso quería despistarlo para poder huir.

-haré sopa -dijo Tae, sabiendo que Jungkook seguía en la cocina- ¿Comes sopa?

-ujum

-Okay

Varios minutos después Tae dejó un plato de sopa frente a él y ambos se sentaron frente a frente a comer, Jungkook lo miró un rato antes de empezar a comer.

-¿Y? -Tae levantó las cejas hacia él.

-es bueno -Jungkook masticó un poco y luego añadió- muchas verduras.

-amo las verduras -respondió sonriendo.

Sí, definitivamente a Jungkook le estaba aturdiendo la actitud del rubio, estaba feliz... Jungkook comió en silencio y solo cuando Tae terminó, decidió que era momento de plantearle la idea que probablemente lo mantendría con vida, si Tae no aceptaba, entonces debía deshacerse del castaño

-quiero que trabajes para mi -le dijo, después de un rato de silencio, Tae se quedó mirando la mesa con el ceño fruncido- tengo un... negocio de clubes

-no estoy traficando personas -se adelantó a decir Tae, mirándolo directamente a los ojos.

-no tráfico niños -respondió claramente ofendido- solo son clubes en todo el país, casinos y discotecas y bares, nada de tráfico de personas ni de prostit#irse.

Tae se quedó en silencio, solo mirándolo, parecía que quería encontrar algunas palabras, Jungkook mordió el interior de su mejilla esperando una respuesta afirmativa.

-abriré otro club en la capital, necesito más gente -explicó Jungkook, no sabía por qué su corazón estaba latiendo tan rápido- te pagaré bien, tú puedes quedarte en este lugar.

-¿Quedarme en el país al que me trajeron secuestrado? -preguntó levantando las cejas, luego empezó a reír a carcajadas- prefiero que me mates, Jungkook.

Jungkook mordió con más fuerza sus mejillas y para su mala suerte, su celular empezó a sonar, al mirar supo que no podía ignorarlo.

En la llamada...

-Jeon -habló al teléfono.

-¿Que dijo el niño?, ¿Se queda o lo matas? -habló su padre.

Su padre estaba muy interesado estos días en deshacerse de Tae y Jungkook sabía que, si este salía libre por esa puerta, él podría hacer que su padre se arrepienta, esta vez, Jungkook sabía que Tae podía oír la conversación.

-estoy en ello.

-te apuras, mañana necesito que vueles a Londres a concretar la compra.

-estaré allí, no te preocupes

Fin de la llamada...

No pasó por alto la mirada de Tae repentinamente interesado.

-¿Eres de Londres? -preguntó, pero Jungkook ya sabía la respuesta, el acento lo delataba.

Tae asintió, Jungkook quería dejarlo amarrado a esa cama, pero de nuevo, algo en su interior se revolvió, ¿Por qué quería llevar a Jimin de vuelta a Londres?

-si te dejo ir, ¿Hablaras? -preguntó verdaderamente interesado y rezaba para que Tae le diera una respuesta complaciente.

-no -mintió.

Jungkook se levantó de la mesa dando por finalizada la conversación, se encerró en su habitación y estuvo dando vueltas con una copa de vino en la mano, él podría llevar a Tae, podría dejarlo libre, pero Jungkook había pasado toda esa semana con el castaño y no quería simplemente dejarlo ir, de alguna manera, le agradaba la compañía del chico, no en el sentido romántico, más bien, en el sentido de que lo excitaba y quería follarlo, y al mismo tiempo, protegerlo y hacerle daño, ¿Qué sucedía con él?

Pero Jungkook siempre había sido el tipo de hombre que hace daño a sus parejas sexuales, y tal vez por eso nadie quería quedarse luego del polvo de sus vidas, simplemente no soportaban sus fetiches, dio muchas vueltas y bebió media botella de vino antes de hacer una llamada. 

The Man Who Saved MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora