~•Capitulo 5•~

78 9 0
                                    

Había pasado una semana encerrado en esa casa con Tae, el castaño es un descarado, salía al balcón y miraba por sobre su hombro, sonreía de lado antes de dar varios pasos hacia la playa, luego Jungkook debía ir a cargarlo y darle el sermón de que lo mataría, estaba seguro que Tae no le creía un carajo, Tae también le había estado incitando a que Jungkook fuera agresivo, él podía notarlo cuando el chico hacia un comentario, cuando se negaba a comer o cuando hablaba sobre ayudar a los niños del club, el buscaba que Jungkook sea agresivo, que le hiciera daño, Jungkook quería amarrarlo a la cama y dejarlo allí con la boca tapada, y tal vez darle una follad# para calmar sus nervios.

-necesitas pantalones -señaló Jungkook mirando detenidamente como las heridas en sus piernas habían desaparecido.

Tae estaba acostado en el sofá con las piernas levantadas, claramente llamando su atención, y, por dios, Jungkook no follaba hace una semana, estaba perdiendo la cabeza y Tae no ayudaba.

-me gusta así -contestó Tae sin levantar la mirada o moverse.

-a mí no -dijo y luego recordó la llamada con su padre, soltó el aire en sus pulmones- saldré un rato, si te quedarás solo, ¿Huirás?

-si -respondió sin titubear.

Jungkook intuía que esa era su respuesta.

-bien.

Tae soltó un grito de sorpresa cuando Jungkook lo cargó, empezó a subir las escaleras, lo tiró a la cama y sin previo aviso, le puso unas esposas en las muñecas, dejándolo amarrado a la cama.

-Qué...no, no, no! -Tae se agitó tratando de soltarse, pero era inútil, luego miró a Jungkook- ¡No me dejes así!

-iré y volveré rápido, lo prometo -Jungkook salió de la habitación dejando a Tae gritando.

Bajó las escaleras, cogió un bolso negro de uno de sus muebles, metió dos pares de pistolas, su equipo militar de ametralladoras y bajó al porche donde aún estaba el coche de ese guardia del club, pero Jungkook prefirió ir en su motocicleta, subía a ella y salió a la carretera. ¿A dónde iba?, pues su padre le había dicho que los Choi no pagaron su deuda y que esos desgraciados pretendían salir del país esa noche, así que Jungkook no dudó en ir a por ellos, según el GPS, la casa de los Choi quedaba en el barrio bajo de la ciudad

Al llegar aparcó al frente de la casa, abrió su bolso y cargó su ametralladora, sin dudarlo soltó disparos a la casa, escuchó gritos dentro, pero no se inmutó ni un poco, luego de unos segundos pateó la puerta y encontró a una mujer abrazando a un chico, probablemente de unos 17 años bajo la mesa y al hombre oculto detrás del sofá.

-Choi -habló Jungkook- ¿Te estás yendo del país sin pagar tu deuda?

Choi estaba temblando y llorando

-por favor -rogó entre su llanto- no le hagas daño a mi esposa y mi hijo -el hombre se arrodilló y suplicó.

- ¿A él? -señaló al chico y entonces apretó el gatillo, el cuerpo del chico cayó al suelo y al sangre empezó a ensuciar el piso- uh, se me escapó el dedo -Jungkook se agachó a la altura de Choi y puso su pistola en la mejilla del hombre- o tal vez no.

- ¡Maldito!¡Mi hijo! ¡Mi hijo! -gritó Choi, tratando de acercarse, pero Jungkook lo sostuvo del cuello y con facilidad lo levantó y lo estampó en la pared- mi hijo, mi hijo, mi hijo -siguió chillando el hombre.

Jungkook sonrió de lado, la primera vez que asesinó a alguien, Jungkook supo que era fascinante y excitante, a él le gustaba matar, le gustaba ser rápido, a veces se tomaba su tiempo, incluso tomarse horas, pero esa noche él debía volver a casa ya que el castaño no había comido y Jungkook quería darle de comer y también hablarle sobre el negocio.

-hagamos esto rápido -habló Jungkook

El hombre seguía chillando y la mujer gritaba, así que Jungkook no dudó en disparar a la mujer y acabar con su sufrimiento, ante eso, Choi gritó mucho más fuerte, a Jungkook le gustaba oír esos gritos de dolor, le gustaba cuando sus víctimas suplicaban por perdón, pero jodidamente le excitaba cuando suplicaban por la muerte y Choi suplicó, y Jungkook se tomó tres minutos para embriagarse con ese sonido lastimero antes de dispararle, la sangre de Choi le salpicó la mejilla y la ropa, Jungkook cerró los ojos y disfrutó la agonía del hombre hasta que murió, limpió su mejilla con sus dedos y lamió la sangre, delicioso.

Salió de la casa y justo cuando su moto se alejó, escuchó las sirenas de policía, rápidamente condujo hasta la casa, al llegar, fue directo a la habitación y encontró a Tae dormido, entonces su mirada cayó en las muñecas del chico que estaban ensangrentados, maldijo en voz baja y se acercó, quitó las esposas y sujetó la mano de Tae, miró la sangre y luego como este abría los ojos.

-¿Te divertiste? -pregunta Tae

Jungkook se sorprendió no estar molesto con el castaño, el solo estaba mirando la sangre y tratando de controlarse para no hacerle daño, Jungkook quería hacerle daño, quería cortar esas lindas muñecas y ver la sangre manar y luego lamer su sangre y estaba preguntándose como sabría si... Parpadeó, él no debía estar pensando en foll#r a Tae y hacerle daño al mismo tiempo, aunque la sola idea hacia a sus pantalones apretarse.

- ¿De quién es la sangre? -preguntó Tae

-maté a una familia

Jungkook esperaba que Tae se espanta y suelte maldiciones, en cambio, este llevó su mano a la mejilla de Jungkook y limpió la sangre seca, sin apartar su mirada.

-¿Eso te gusta? -murmuró aún absorto en la sangre de su cara.

Tae no tenía miedo, su mirada se veía diferente esa noche, con un brillo que a Jungkook le estaba excitando.

-lo disfruto

-¿Y me matarás a mí?

The Man Who Saved MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora