Ir al colegio siempre fue lo peor del día para Malipo. Además de no querer levantarse temprano, Mualani no dijo la hora exacta y en realidad seguían siendo las 6. Faltaba media hora para entrar, pero su cucha ya estaba casi rogándole (con cinturón en mano) que se bañara.
—Kinich, ¿cuánto por ir al baño? —fijo Mavuika con el colmo hasta la frente, lo último que quiere es dejar (de nuevo) a su pelao a punta de ir a urgencias. Es que esta vez es ilegal—, hoy le doy 10 Lukas, así que entre, hermano.
Dejando de resistirse, Malipo le hizo caso con todo el amor del mundo a su vieja. Claro, hasta que alguien más se coló antes de que la puerta de cerrará.
—¡Saque a esa rata de ahí, tiene el tiempo contado! —gritó Mualani lanzando lo que fuera a esa puerta.
Mano, eso sonó durísimo. Lo suficiente como para que Mavuika volviera a pensarse por qué esto pasa todas las benditas mañanas.
«¿Cómo es que este man se cuadró con alguien? Creí que era Lukasexual. —Muchas preguntas, pocas respuestas y cogidos de la tarde era está hermosa mañana».
...
Eran las 6:45, justo la hora en la que el celador cerraba la puerta y suerte a los que se quedaban. Esos no desayunan, les ponen 1.0 y los regañan. Pero bueno, a eso no veníamos.
Mualani “La Umoja” llevaba los segundos contados mientras manejaba lo que sea que tuviera, ¿se lo robó a alguien? No... Bueno, más o menos... Un ñero (el vicioso) le dijo que estaba “recien salida de fabrica", y tanto la socia como el Kinich decidieron no preguntar más. Ninguno de los dos desea una rajada de a gratis parce.
Como sea, por el bien del guión. Ambos se quedaron afuera. Con hambre, un vehículo no identificado y notificaciones de una voz chillona e insoportable para Kinich parchandole el celuco.
—Calla esa porquería.
—Si, si.
Sin dinero y arrepentido de pagar esa maldita mensualidad de su aplicación “Ajaw”, Malipo se apoyó en la maldita silla de coordinación más fría que las manos de Ororon cuando se bañaron y con el hambre reclamando sus tripas. Él en serio desearía que fuera Mualani quien contrabandeara los mecatos en el colegio, pero ella no es de esas. Más bien, es alguien de sexto quien les hace el cruce... Y deben esperar hasta el segundo bloque para pedirle.
«Oh, claro, ¿con qué plata? Mis 10 Lukas...»
...
Esa espera fue eterna, incluso en su interior rezaba a cualquier imbécil para que el socio con quién está le trajera algo de afuera. O sea, no le quitaron la plata solo por dejarse el goce... ¿Verdad?
Y para rematar, cuando al fin pudieron dar con la chinche de la sobremesa, está tenía varias pregunticas que hacerle a Malipo... O simplemente deseaba hacer escándalo, una de dos.
—¡¿Se cuadró con el vicioso de la "Olla"?! —La dueña de ese desorden no era más que Kachina. La autoproclamada por la socia Mualani, como hermana menor del grupo del Malipo.
—¿Chinche, uste no que está en sexto? ¿Cómo sabes que es el vicioso de la "Olla"?
—¿A-ah...? ¿Promete que no se enoja, parce? —Kinich desconfiaba, cualquier lambon desconfiaría por algo dicho por una rata como Kachina.
—Sueltelo Mana.
—Ahora soy Kachina “La Uthabiti”. Que eso llegué a mis oídos no es novedad. —La sonrisa brillante de Kachina contrastaba limpiamente con el asombro de Kinich y la felicidad de Mualani.
—¿“La Uthabiti”? Ush, mor. Que hermosura de apodo, ¿cuándo se lo pusieron los de María?
—Ayer mientras iba con mi mamá estaban haciendo un Show de esas cositas. Y dele pa' entro, mana. Como la relación de Malipo con el vicioso. Nadie sabía y terminó mejor que las elecciones.
—¡Eso, pri! Con esa reputación qué no me le llega.
Tanto la socia como la chinche no dejaban de parlar. Sin embargo, su conversa terminó. Teniendo a Kinich como el ñero destruye temas, hablando rápidamente:
—Que me haya cuadrado o no con el vicioso es algo muy diferente a tu apodo de la María.
—Ja, ja... Lo sé... Aunque... No sé cómo se cuadraron, solo me dijeron por ahí que el vicioso de la "Olla" al fin se aquietó. Malipo, ¿por cuántas Lukas le aceptó?
—Uste es lo suficientemente chismosa como para preguntar eso... Pero chinche, esto queda entre nos... y Umoja.
Por un momento los tres se pegaron tanto que hasta los profesores que pasaban querían ver cuál era la vuelta con esos "famosillos", hasta las caras de esas viejas les mataba la curiosidad, que chismosos, nea.
—Verá, él me dió bastante, y no solo plata. Cuando me dijo que si me quería cuadrar yo pensé que era por mero vicio que porque es "El vicioso" y esas bobadas. Pero no, si era serio... Me dió 100 Lukas, protección y un bembazo con goce.
—¿Fue bueno el goce?
—No llegué a la casa a las 7pm por nada. —Justo antes de que Mualani siguiera preguntando, Kinich decidió cambiar su atención a Kachina—Pero chinche, yo no vine a tirar conversa. Vine a traerle un negocito.
—Cierto, cierto. Casi olvido esa bobada. —Mualani rodeó su brazo en los hombros de Kachina, hablando como si es un secreto—Manita, vo sabes a que venimos. ¿Qué tiene pa vender hoy?
—Siempre y cuando la de...
—La de sociales no se de cuenta, ya sabemos. Pase el catálogo.
Lastimosamente, la socia fue muy lenta, porque ya Kinich tenía el bolso en sus manos. Los mecatos y comida basura llenaban esa maleta a montones. Esa niña con su negocio de contrabando gana bien, extremadamente bien.
—¿No tiene las Gogo? Me quitaron la plata hoy. Un vicioso es un vicioso sin importar con quién se cuadre. Tendré que hacer uno que otro cameyo para reponer.
—¿Le hizo tremendo atentao? —Mualani ahora hurgaba luego de darle sus 5 lukitas a Kachina.
—No socia. Uste fue la que me hizo tremendo atentado ni bien me había trasteao.
—Papi, no confundas amistad con cameyo. Yo le dije que no se metiera por esa esquina que era mía, pero uste no hizo caso. Uy, preciosa, ¿a cómo tienes este?
Ignorando el tema inicial, Kinich quería darle tremenda estrellada a Mualani. Por desgracia, cuando estuvo a punto de quitarle el bolso no solo se acercó un profe, sino también el coordinador a buscar a Malipo.
La maleta se intentó esconder, pero Kachina no podía dejar su platica de lado... Mualani lanzó esa maleta como si su vida dependiera de ello, viendo cómo el celador las pasó de largo para susurrarle algo a Kinich.
—Kinich “El Malipo”, ¿el vicioso que se está subiendo desde la entrada es suyo?
—¿Es una de esas ratas con un ojo picho? —El celador asintió—, si. Si es mío. Y es de la "Olla".
«Espero y me haya traído algo...»
Ese sistema de defensa no lo tiene ni el estrato 20. Kinich sabía que si Ororon se aparecía aquí haría lo que cualquier vicioso, forzar la entrada en vez de llamarlo como cualquier nerdo normal. Pero él no es nerdo, es un ñero.
***
Yanoquieroserguirconesto (no me hagan caso).
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Papi. No se meta a esa "Olla"
FanfictionAu dónde Kinich, Estudiante promedio de escuela pública ñera promedio en la María, no le hace caso a su cucha Mavuika y se mete en la "Olla". Donde oh, sorpresa. Termina con cuadre.