07 + bonus (extra)

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La carnicería duró bastante. Kinich ya estaba a punto de terminar su gaseosa cuando Citlalí bajó el tacón de su mano dejando al moribundo vicioso con un pie más allá que acá mientras la vieja esta se da cuenta en dónde está. No, socio, a esa mujer se le bajó la borrachera inmunda que tenía cuando recibió el saludo de Mavuika. Ni Kinich sabía por qué la cucha está no se inmutó al ver a su madre.

—D-Doña Mavuika... Que buena esta-... Digo, que buen día está haciendo hoy acá —dijo Citlalí mientras le daba una mirada de muerte a Ororon. Pobre ñero, le dieron la matada de su vida en frente de otras personas... No, mano, que pena más berraca—. Lamento lo que le hizo este chino, es que uno dígale y dígale, y no aprende el berraco.

—Tranquila manita. ¿Quiere que nos tomemos un tintico ahí mientras chismeamos? Ha de estar re enguayabada.

Citlalí módulo su voz como si fuera estrato medio, devolviendo ese tacón a su pie antes de caminar y sentarse en el mismo mueble en donde Mavuika andaba hartandose con su pelao. En esta escena, uy, mano. Malipo nunca tuvo un momento más incómodo que cuando le vendió esas matas a la tía de la chinche, viendo que ninguna creció. Estaba a nada de hablarle a Citlalí cuando está se relajó de más. Mencionando arbitrariamente:

—Malipo, ¿uste no se acuerda de mí? Yo lo cargaba cuando estaba chiquito.

«¿Qué? Pero si usted se ve más vieja que yo, cucha... —Obviamente no le iba a responder eso a Citlalí, pasando sus ojos hacia el vicioso que...—Socio, ¿esa es una pierna rota?»

Mientras Mavuika calentaba su agua y buscaba su mejor Águila Roja (no patrocinado por “Águila Roja”), Citlalí ya tenía los cachetes de Kinich en sus manos. Esas uñas le apretaban hasta el hijuepucha, como si el vicioso no estuviera en coma mientras eso pasaba. Fue to tranqui en esa salita hasta que la cara de la cucha se puso ne- café oscuro, tan oscuro como el tinto que hacía Mavuika.

—¿Qué fue lo que hizo Ororon? —Kinich no sabía qué responder, o sea, ese vicioso le ha hecho de todo en estos días. ¿Será que si dice alguna palabra lo terminarán crucificando con tremenda paliza? No desea saber—, no puedo creer que tuve que enterarme que se cuadró con alguien por los del quiosco. ¡El quiosco, mano! ¿Acaso no tiene tantito tacto con los mayores? ¿No respeta a su abuela?

Ese regaño se fue al socio que estaba tirao en el suelo. La pierna estaba rota, el ojo morado y las marcas de tacón hasta en las uñas mano. Aun así, la cucha intentó volver a darle con el tacón cuando no escuchó respuesta de su nieto.

—¡Responda chino! Yo no lo crié para que sea así de rebelde. Esto me pasa por encargarme de pelao ajeno. Muy bien le dije a esos manes que se llevarán ese costal dónde lo encontramos entre los del barrio.

Obvio Citlalí lo decía sin culpa, pero el enojo la estaba llevando hasta el límite de la lengua.

—L-lo siento... A-abuela... —Ororon dijo con mucha fuerza de voluntad, parece que le rompieron el labio también.

—¿Lo siento? ¡¿Lo siento?! ¡¿Acaso creías que no estaba preocupada y que todo era de a gratis, chino hijueputa?! Y no me venga a decir que todo estaba bien en su puta olla, porque los únicos que le tienen el buen visto son sus amigos. ¡Los mismos ñeros que son una puta mata e' sábila y el so'queroso veterinario que lo atiende. Ni “El Patacón” me avisó!

—P-pero... A-abuela... no hable así de pincho...

En ese momento Citlalí ya había negado a Kinich, esa vieja no tan vieja estéticamente soltaba humo nea, HUMO.

No obstante, y como queremos drama. El malparido de Kinich “El Malipo” quiso abrir la bocota con respecto al problemita que pasa en su choza a estas horas.

—¿Abuela? —Este ambiente no podía caer más bajo, hasta que las palabras de Kinich jodieron todo—. ¿La “Cucha Itztli” es en verdad su cucha?

Nojoda... Esa vieja se levantó nuevamente a matarlo.

...

—¿No le duele? —Kinich ahora mismo se encuentra en su pieza con Ororon a puerta abierta, teniendo a Mavuika y Citlalí pelando muela en la sala—. ¿Por qué no me dijo que la “Cucha Itztli” si era su cucha? Se habría ahorrado la tunda.

—La abuela no es así... ¡AH!

Pegando el grito al aire, Ororon fue cubierto con una almohada con el fin de callarlo, ¿la razón? Un regaño desde la sala les recordó que están a una llamada de los vecinos de ir al Bienestar Familiar.

—L-la abuela no es a-así... —continuó Ororon cuando le quitaron el arma casi homicida de su ida con los Wayob—Según Patacón, ella no se enteraría en menos de... Hasta que muera.

«¿Este man es “El vicioso” dueño de la olla donde cualquiera tiene miedo de pasar porque llega a casa sin nada? —Kinich ya no le creía su reputación. La perdió en cuanto ese tacón le estalló en la mano.»

De la nada y con las ideas cuadradas, Kinich abrió por completo su puerta escuchando la parla de las cuchas de afuera, mostrando una seña para que su novio se vaya.

—Mano... Larguese de mi pieza. Yo le aviso mañana.

***

Extra:

Mavuika se encontraba con Citlalí hablando así bien chimba mientras los pelaos estaban es su vuelta. Lastima que la conversa iba de mal en peor.

—Doña Mavuika, perdone a ese pelao todo imbécil. Es que se cayó de pequeño me dijo el gamin cerca de mi casa.

A pesar que ese “Doña” le dolía a Mavuika como el gonorrea, esta se tragó el tinto sin azúcar que tanto le costó hacer. Aunque claro, no podía quejarse teniendo en cuenta que su hijo tiene 18 y ella 33.

—Tranqui mana, ya el Vicioso me dijo todo, no se le pasó ni una cuando lo ví llegando con el chino hace rato. Ahora somos con-con-con-con...

—¡No estoy tan acabada!

Mavuika se hartó de su risa mientras Citlalí tenía los restos de su borrachera bajados por el cafecito Águila Roja que le dieron. Sin saber el despelote que estaba por causarse dónde Kinich, el mismo despelote que empezó con ese tumba puerta que hizo un eco en esa casa.

—¡MANO QUÉ ES ESE RUIDO! —Sin importar el grito que tiraron las dos al tiempo ninguna quiso ir a ver esa peleita de pareja.

***

Soy uno con la fiebre socio...
PD: Esto se acaba en... 4-5 capitulos(?
PD de la PD: “El Patacón" es Ifá y pincho es la mata e' sábila.

Papi. No se meta a esa "Olla"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora