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Extraño tu cuerpo delicado,
sin vicios, tan suave y frágil,
con aroma a inocencia,
y esos ojitos canela.

Tus "te quiero" en mi cama,
tus cartas por la mañana,
mis deseos al caer la noche,
y tu inocencia al dármelo todo sin reproche.

Tu maltrato y mis llantos,
las discusiones por la madrugada,
los gemidos que resolvías por la mañana.

Mi niña mala, dondequiera que estés,
solo deseo verte una vez más.

Ríete de mí, hazme daño,
hazme sufrir...
con la única condición
de tenerte solo para mí.

Tan solo para mí.

SOMBRAS ETERNASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora