INTERCAMBIO DE ALMAS BSD

La Trampa del Engaño

La tenue luz de la luna apenas atravesaba las nubes sobre Yokohama, mientras las sombras de los edificios se alargaban sobre las calles desiertas. Selene, aún atrapada en el cuerpo de Akutagawa, avanzaba hacia su destino con una sensación de inquietud que no podía sacudirse. Había recibido una misión directamente de Mori, el astuto líder de la Port Mafia, por medio de una llamada "anónima". Aunque no había podido negarse -parecía ser el "Jefe"-, sentía que algo no estaba bien. Mori era meticuloso. Conocía a personas como él, jefes de alguna mafia u organización, siempre jugando al ajedrez con la vida de las personas. Y eso la ponía en guardia

Con la ubicación del lugar obtenida gracias a sus días de infiltración en diversas misiones, Selene se dirigió al sitio rápidamente. Poco más de veinte minutos después, divisó un conjunto de cinco edificios de cerca de cuarenta pisos, todos de color negro. No le sorprendía, al contrario, esperaba algo más grandioso, quizá una mansión.

Ya en la entrada, los trabajadores parecían reconocer al "perro de la mafia", lo que permitió que Selene pasara sin problemas. Se dirigió al edificio central y tomó un elevador que la llevaría al último piso. Durante el trayecto, notó algo peculiar: el cuerpo de Akutagawa tenía memoria muscular. Esto solo pudo apreciarlo porque ella no sabía realmente dónde se ubicaba el "Jefe".

Al abrirse las puertas del elevador, avanzó por un largo pasillo hasta una puerta grande custodiada por cuatro guardias. Con solo una señal entre ellos, las puertas se abrieron de par en par y Selene entró, caminando con cautela.

-Akutagawa, que bien que estés aquí, tengo una misión especial para ti. -dijo Mori, mientras se encontraba en su despacho, su mirada fría e implacable posada sobre Selene. La oficina estaba decorada con elegancia austera, reflejando el poder y la influencia de su ocupante.

-¿De qué se trata, Jefe? -preguntó Selene con la voz fría y calculadora de Akutagawa, tratando de ocultar su creciente inquietud.

-Tu objetivo es interceptar y eliminar a un individuo que lleva información crucial. -Mori explicó, sin detalles adicionales, mientras examinaba un archivo en su escritorio-. Este individuo se encuentra en un almacén en los suburbios. La información que posee es de gran valor para nuestra organización.

Selene asintió, tomando nota mental del lugar y del objetivo. Sin embargo, sentía que había algo más que el no le estaba diciendo.

-¿Algún detalle sobre quién más podría estar involucrado? -preguntó, intentando obtener más información.

-No te preocupes por eso. Simplemente asegúrate de completar la misión con eficacia. No hay necesidad de complicar las cosas. -Mori concluyó, su tono dejando claro que no había lugar para más preguntas.

Selene salió de la oficina con una sensación incómoda, pero la misión era clara. Debía seguir adelante y cumplir con las expectativas de Mori. El encargo estaba sellado y no había marcha atrás.

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Selene se encontraba en una azotea, mirando el paisaje urbano con ojos que no eran los suyos, pero que le permitían ver el mundo a través de una nueva perspectiva. Su misión era simple, o al menos eso le habían hecho creer: Interceptar a un objetivo que llevaba información valiosa y eliminarlo. No había más detalles, pero sabía, por experiencia, que cuando las cosas parecían sencillas, era cuando había que ser más cauteloso.

Llegó al lugar indicado, un almacén en los suburbios de Yokohama. Las sombras se movían inquietas a su alrededor, como si intuyeran la batalla que estaba por venir. Se preparó, respirando profundamente para calmar los nervios, sabiendo que la pelea sería inevitable. El "Boss" había insistido en que esta misión no requería compañeros, y eso la hacía aún más cautelosa.