CAPITULO 1

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¿GOLOGA QUÉ?

PRIMERA PARTE.

El viejo y bastó mar, el charco de agua más profundo y peligroso jamás conquistado, solo algunos corazones valientes se atreven a navegar en él. Muchos de ellos con la esperanza de encontrar nuevas tierras repletas de tesoros y maravillas, pero solo un puñado de afortunados logran conseguirlo. Quienes no están preparados para la muerte, son devorados por las enormes olas, tan grandes e intimidantes que provocan alucinaciones, alucinaciones de fieras y horribles bestias marinas. Si no son las olas que te devoran, entonces prepárate para las verdaderas fauces de una bestia de las profundidades. Pero más aterrador aún, es encontrarte con las viejas y desconsoladas almas de los marinos caídos, almas que fueron tan codiciosas en vida, que aún después de la muerte, siguen sin rumbo en el océano maldiciendo barcos, esperando que sufran el mismo cruel destino que ellos... morir en las frías y desgarradoras-

-Es suficiente, capitán Rose -la figura de una dama se divisa en el marco de la puerta -¿No ve cómo tiemblan?

El capitán, quien mantenía una pose al narrar la historia, mira a las dos pequeñas criaturas que tiemblan del miedo bajo las sábanas.

-Pobres criaturas -suelta con suave voz.

El dúo se descubre la cabeza, dejando así ver unas inocentes pupilas contraídas del miedo y una mueca de disgusto en sus bocas.

-¡Con ese coraje tan endeble, jamás lograrán conquistar siquiera un litro de esta agua marina! -bufa sin piedad el capitán.

Las temblorosas criaturas pegan un salto, ante el repentino cambio de volumen en su voz y regresan al refugio de las sábanas.

-¿Cómo se atreven?

Indignado, el capitán jala con fuerza la fortaleza de los dos niños, quienes pegan un grito de miedo y corren a refugiarse detrás de la dama.

-Le sugiero que se detenga, capitán Rose. Si continúa fastidiando a los niños me veré obligada a usar la fuerza -desafía con una mirada afilada.

El capitán traga saliva con pesadez. Desafiar la paciencia de aquella mujer era más aterrador que cualquier leyenda marítima.

Se aclara la garganta con un carraspeo, a la vez que se acomoda la ropa. -Bien, por esta vez están perdonados.

Los niños asoman sus cabezas por detrás de la bella dama. Con desconfianza se observan entre sí, observan a la dama que hace de escudo y al sentir la protección de ella, miran al capitán sacando sus lenguas en burla.

Insultado posa su mano en el pecho. -¡Pero estás sabandijas! -los apunta con el dedo índice. -¿Qué se creen? ¿Pasan de temblar del miedo a burlarse de su capitán? Solo porque la señorita Vanilla los esté defendiendo no significa que estarán a salvo de mí.

Lentamente se aproxima a ellos, mientras exclama irritado "malditas sabandijas" y se les avienta por el lado izquierdo. Los niños huyen de él con miedo, pero aun así no pueden evitar reír a carcajadas. El miedo en esta situación es motor de la diversión. El capitán y los infantes corretean por todo el camarote.

-¡No escaparán de su capitán! -los persigue saltando y esquivando juguetes y libros que le son aventados -¡Los voy a arrojar por la popa y sufrirán una horrenda y deshonrosa muerte muajajaja!

El camarote se llena de gritos y risas, tropiezos y pisotones. Una lluvia de objetos comienza; juguetes y prendas vuelan por los aires, toda una batalla, capitán versus niños. ¿Quién tendrá la victoria? La señorita Vanilla por supuesto. Toma a la niña de las orejas y de las antenas al muchacho.

-Ya es suficiente -su expresión desprendía clara irritación -El camarote quedó hecho un desastre y ya paso su hora de dormir -los suelta a cada uno en su respectiva cama y los arropa -Si no quieren más problemas será mejor que se duerman.

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⏰ Última actualización: Sep 11 ⏰

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